El Aforismo De Lo No Dicho (HyunMin)

Capítulo 38

Todo estaba pasando tan rápido que Hyunjin podía jurar que abriría los ojos en cualquier momento y estaría yendo a la universidad por primera vez. El último par de meses en el colegio estaban yéndose de volada y la nostalgia junto a la emoción hacían mella sobre sus hombros.

Todos estaban agotados, entregando el equipo de animadores a la nueva generación y con sus propios papeleos. Él no hacía más que esperar con emoción la entrega de boletines, sabía que había aprobado todas las materias, hacer felices a sus padres en ese último semestre era lo único que le permitía estar tranquilo.

Tenían la graduación a la vuelta de la esquina, esperaban ansiosos a poder ser oficialmente egresados. Todos estaban terminando los detalles de sus atuendos, sus parejas y los planes que tenían a partir de entonces.

Él, a decir verdad, no estaba tan emocionado. En el pasado había creído que iría al baile con Minho o incluso en algún momento con Jeongin, pero en el último semestre dejó de tener idea alguna sobre lo que iba a deparar el futuro para él en el baile.

No quería pensar en eso. Si lo hacía demasiado, terminaba decepcionado. Claro que la gente no lo sabía y tocaba el tema como si del clima se tratase.

— ¿A quién invitaste? ¿O te invitó a alguien? —Preguntó su madre una tarde, él sentado en uno de los bancos altos mientras lo observaba cocinar, aburrido— ¿Como es que funciona un baile aquí?

— Es exactamente igual que en otros lados, creo —bostezó, cruzando los brazos sobre la barra para descansar la espalda—. Y no iré con nadie en especial. Iré solo.

— ¡¿Qué?! ¿No tienes un novio? — La mirada de su madre estaba llena de total incredulidad. Hyunjin agradeció que su padre no estuviera en casa o sería un poco más incómodo de lo que ya era— Sinceramente creía que tenías novio.

— Bueno, no tengo.

— Entonces que hay de Jeongin y Seungmin, ¿ninguno es tu novio? Tu padre y yo teníamos una apuesta al respecto y ahora ninguno ganará — refunfuñó con malicia, su hijo le miró indignado.

— ¿Cuál era la apuesta y de que equipo eras tú?

— Bueno yo digo que te gusta Jeongin y papá insiste en que te gusta Seungmin. Si yo ganaba papá haría la cena un mes y si él ganaba bueno... él tiene sus intereses, pero es clasificado.

— Si, prefiero no saber —negó con ironía—. Bueno, ganaste —ella le miró sorprendida—. Técnicamente lo habías hecho. Jeongin y yo estábamos en una relación, pero eso se terminó antes de las vacaciones de invierno, así que tienes casi cinco meses desde que caducó tu apuesta —la mujer dio un zapatazo al suelo, haciendo reír a su retoño—. Y Seungmin es... Seungmin. Al menos hasta ahora todavía dice que no fue invitado por nadie para ir al baile. Y yo tampoco invité a nadie.

— ¿Y por qué no van juntos?

— Seungmin es un ex racista, mamá, todavía lucha mucho contra eso. Si te soy honesto me encantaría invitarlo, pero él habla tanto sobre no querer ir acompañado que me asusta que se moleste si le sugiero ir juntos. Lo último que deseo es pelear con él.

La señora Hwang dejó sus comestibles a medio terminar, limpió sus manos, acercándose a su hijo para tomar su rostro con cuidado. Lo escuchó suspirar.

— Mírame —le pidió con cariño—. No soy tercer género, pero tengo amigos que sí lo son y aunque son mucho más prácticos y maduros en sentido emocional que una mujer, también son astutos y tienen sentimientos, sensibilidades. Seguramente Seungmin está esperando a que lo invites al baile, pero no lo va a reconocer en voz alta.

— ¿Crees que sea así?

— Podría apostarlo. Intentalo, si te dice que no no perderás nada, únicamente iras solo al baile a lucirte y deslumbrar. Yo te ayudaré.