Capítulo # 12

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Emilio:

Hoy me toca llevar a esa loca a bailar otra vez, no quiero ir y dejar a Alessandra sola en manos de Dante.

Ella está desnuda en mi cama ahora, con las sábanas apenas tapando su cuerpo, las marcas que deje en su perfecta y rosada piel se ven como una obra de arte.

No soy nada de esas tonterías de moda, de Amos y esclavas, el sexo es algo que no debe ser limitado, es como el arte dejas salir todo lo que sientes en ese momento y lo expresas con tu cuerpo y el cuerpo de la otra persona con lo que desees hacer en ese momento, golpear, arañar, morder, atar, asfixiar, tirar del cabello, etc.

No terminaría nunca de nombrar las cosas que se puede hacer, por qué limitarse y dejar que los demás digan que se puede y no se puede hacer.

Ella se remueve en la cama y suelta un suspiro, se gira y abre sus ojos, me ve ahí sentado junto a ella desnudo y sonríe.

Si no la conociera bien, creería que esa sonrisa es genuina, pero es mentira todo en ella es una mentira, lo que dice, lo que hace y como si no supiera que ahora tiene de amante a Vanna, la hermana de Leo.

Quisiera poder poner mis manos en su cuello y apretar hasta que deje de moverse y todo rastro de vida haya abandonado su cuerpo.

¡Qué estúpido fui al enamorarme de una mujer así!

Ella se arrastra lenta y sensualmente hasta donde estoy y trata de besarme, giro mi rostro lejos, desde que descubrí su engaño nunca más la volví a besar.

Besar es algo más íntimo, algo que haces con alguien que te gusta y es especial para ti, por eso me enoje con Isabella cuando me robó un beso, ella no es nada para mí.

Es hermosa y excitante como la mierda, pero no mentí al decir que no me meto con menores.

-Bebé pensé que ya me habías perdonado- ella se arrodilla junto a mi y empieza a besar mi hombro hasta llegar a mi cuello.

-¡Eso jamás pasará, Alessandra!- mi celular suena y sé que es ella-¡ Vístete con las prendas que te dejo Dante y muévete que tengo que salir!, debes quedar en el armario, así que ve al baño apenas termine de usarlo, no estoy jugando- tomo mi celular y entro al baño para quitarme el olor de esta mujer que aunque odio con todo mi ser, no puedo dejarla aún ir.

¡Eres un tonto Emilio, por seguir enamorado de ella!

Ahora a darle lo que Dante tanto quiere y que me deje en paz con este tema de Isabella.

Isabella:

Le mentí a mi hermana, le dije que iba al cine sola y que ya volvía en unas horas, salí con un short ni tan elegante ni tal informal color negro, una blusa con casi toda la espalda descubierta está unida por medio de unas cadenas finas, en la parte de adelante no es tan escotado que digamos color morado, pero lo tape con un buzo encima, casi no me maquillo no me gusta por qué no solo tapa tus poros, te envejece más rápido, opte por rímel con un poco de glitter, un labial suave color rojo suave y ya.

¡Así que no gracias!, paso de eso.

Unas sandalias de cuña color negro y cómodas, como dije esta ropa no llama la atención, llevo en mi cartera dinero, mi celular y las llaves.

-¡Ale ya regreso!- no espero a que me responda pero cumplo con decirle que ya me voy así me escuche o no, estoy caminando a la puerta de salida, por qué el taxi me indico que ya está afuera esperándome, pero mi humor cambia un poco por qué en la puerta está Gabriel.

Tiene una mirada de enojo y disgusto, espera hasta que esté cerca de él para detenerme y hablarme muy bajo para que solo yo lo escuché.

-¿Llevas condones en tu cartera Isabella? Lo que dije acerca de que vengas con un bebé en tu vientre fue verdad, yo mismo te haré casar con cualquiera de mis hombres y librarme de una vez por todas de ti, si sales embarazada por andar de fácil en la calle-sabe que lo voy a ignorar y por eso me toma de la muñeca impidiéndome que lo deje con la palabra en la boca.

-¡Lo que haga o deje de hacer con mi cuerpo no es tú asunto, maldito loco!, si no me sueltas gritaré y tú máscara de hombre bueno caerá, ¡suéltame ahora Gabriel!-escuchamos pasos y él me empuja para que salga pero sin soltar su agarre en mí.

Forcejeo tratando de librarme de él, pero me atrapa en sus brazos pegándome a su pecho, no me gusta esto es muy incómodo.

Pero sobre todo por qué estamos afuera ahora, Allecra nunca sale a caminar a los exteriores de la casa, si no está practicando, está con los niños jugando, en su habitación o en el despacho de Bella, pero no le gusta salir a caminar ni a los jardines ni a sus alrededores, así que estoy jodida en ese aspecto.

-No trates de gritar, sabes que tú hermana me deja a los niños mientras tú y ella salen ¿Verdad?, que terrible sería que Niccolò tenga un accidente, tú sabes los niños son inquietos y a veces esas cosas pasan- lo dice tan cerca de mi oído, que no solo me hiela la sangre por la amenaza que acaba de lanzar, sino que la forma en que su cuerpo está pegado al mío es de una forma libidinosa, eso dispara alarmas en mi cabeza.

-¿Qué demonios quieres Gabriel? ¡No toques a los niños, ellos no te han hecho nada! -susurro con enojo y terror.

Él muerde una parte de mi oreja antes de hablar-¡Quiero que dejes de darme problemas! tus escapadas provocan que Allecra se centre en ti y no me deje follarla a fondo, Quizás tenga que buscarle un reemplazo provisional, si sigue pasando esto ¿Qué opinas Isa?- siento ganas de vomitar, me siento sucia por como su cuerpo se frota con el mío y por lo que acaba de insinuar.

-¡Mi novio es el sobrino de Russo! no puedo tener nada contigo, si él descubre que otro hombre me toca o tengo relaciones, estaré muerta ¡no volveré a molestar lo prometo!, solo déjame ir, me está esperando ahora- todo lo que digo es mentira, pero si peleó y me rebelo él usará a los niños para tomar represalias.

¡Tonta Allecra! le dije que no huyéramos y no me hizo caso, siento tanta rabia, escape de Luciano para que esté imbécil quiera abusar de mi, no lo permitiré jamás.

-¡Siempre encontraremos un momento!, claro si me sigues dando problemas, si no pues me conformo con tocarte Isabella- mete su mano bajo mi buzo y la va subiendo despacio, hasta que toca uno de mis pechos desnudos y lo aprieta con fuerza, gimiendo en mi oído.

-¡Tan suave y redonda! quizás deba también probarte más a fondo, Isa así puedo tener a ambas hermanas para mí- no lo soporto más y me alejo de él aprovechando que soltó un poco su agarre en mí y me alejo.

-¡Debo irme ya, es en serio!-mi teléfono suena en este momento, así que lo tomo como mi señal para irme.

No hace otro intento de acercarse a mi, así que me voy de ahí antes de que cambie de parecer.

¡Dios mío, que asqueroso! juré que no iba a beber, pero esto que acaba de pasar, se merece unos buenos tragos.

Me Engañaste y lo vas a Lamentar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora