Capítulo # 27

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Emilio:

Me siento tan mal, el sexo con Alessandra dejo de ser emocionante desde que le confesé todo a Isabella.

No entiendo, si eso es lo que yo quería, Alessandra no deja de provocarme y no puedo evitar ser muy duro con ella cada vez más, pase de querer hacerla pagar y consolarla con mis caricias, a follarla sin sentido y lastimarla cada vez más, pienso que en algún momento me encontraré con su cadáver, pero eso no me importa.

¡Maldita mocosa me hace sentir culpable! esa culpa no me deja dormir, me tortura, saber cómo era ella antes alocada y risueña, las pocas veces que salimos nos divertimos, las charlas que tuvimos, los textos que intercambiamos, ella preguntando por mis tatuajes y de como quería tatuarme un león rugiendo y lo mucho que significaba para mí, ella prometiendo acompañarme.

Estoy muy enojado ya que la Isabella de ahora es fría, no demuestra nada cuando nos vemos, simplemente sigue de largo, eso me enoja, quizás y sueno como un tonto, pero pensé que iba a tener que seguir insistiendo que guardé silencio.

Pero es todo lo contrario ella paso página, es como sino hubiera significado nada, ella sale de fiesta, tiene amigos, la vienen a ver la vienen a dejar, a veces está borracha otras veces está sobria, juraría a que tiene montones y montones de sexo, eso me da una sensación de disgusto.

La otra vez le vi una marca en su cuello, ella pasaba tranquila en presencia de Dante, Allecra y de mi, como si no fuera nada.

Su hermana está que se sube por las paredes y Dante se hace de la vista gorda, ella y él tienen algún arreglo de mierda, eso lo sé.

¿Por qué más dejaría que una joven de su edad, salga sin control alguno?

Alessandra está montando mi polla, pero mi cabeza está en otro lado, cansado y no queriendo continuar con esto, la empujó a un lado, ella grita de frustración.

-¿Qué mierda te pasa Emilio? ¿Es esa maldita mocosa en tu cabeza otra vez?- tiene la cara roja y respira con dificultad, en cualquier momento se lanzará sobre mi tratando de golpearme, eso lo sé, así son mis noches ahora, un infierno.

-¡Cállate! y si piensas en golpearme, te lo devolveré, no estoy de genio- me levanto enojado y voy al baño, azotando la puerta con rabia.

Aún estoy algo excitado pero no por Alessa, es por la jodida Isabella.

El Karma es una perra, me lo merezco, estoy hecho un lío ya no sé ni que pensar.

Enciendo la ducha tomo un poco de gel de ducha y me frotó la polla, mientras imagino a Isabella de rodillas ante mi, como me chupaba la última vez, los ruidos que hacía, muevo mi mano lento al principio, pero a medida que mi fantasía llega más lejos, recuerdo las cosas que le hice, como gemía y pedía más, como la llene en todas partes, muevo con más fuerza mi mano, imaginando como sabía su piel, como ella estaba entusiasta por recibir mi polla, eso me hace apoyarme en la pared de la ducha y agarrarme más fuerte mientras bombeo mi puño sin descanso, hasta que finalmente llegó al clímax, mis gemidos suenan fuerte por el placer que me recorre y no me importa si Alessa me escucha y se enoja.

¡Qué mierda, no puedo seguir así!, debo hablar con ella de nuevo y quitarme está culpa.

Una vez duchado y con una toalla envuelta en mi cuerpo salgo para encontrar a una Alessandra, enojada y vestida.

-¿Te corriste pensando en el coño de esa mojigata? ¿Ese era el amor que me jurabas? ¡Eres patético, Emilio! me das asco, mejor era Vanna en la cama, que tú y eso que ella no tenía polla- aprieto los puños y respiro, si dejo que mi temperamento gane, la golpearé y no quiero eso.

No soy un maldito cobarde que golpea mujeres hasta la muerte, como lo es mi enfermo Padre.

-¡Cállate! o prometo no te gustará lo que te haré- me pongo un pantalón de chandal y lanzo la toalla lejos, me acuesto en la cama dando por terminado los reproches de mierda, de esta loca, aún no sé cómo pude soportarla todo este tiempo y fui un bobo al seguir encaprichado de ella.

-¿Qué me vas hacer? ¡Eres un perro faldero! nunca serás nadie, solo la sombra de Dante, él si me follaba bien, nunca tuvo estos problemas como tú, perdedor- la ignoro está enojada, no soporta ser dejada de lado o que otra ocupe mi cabeza, ella pensó que siempre me iba a tener a sus pies y que estaba haciendo algún progreso en manipularme, la tonta es ella, no yo.

Escucho su grito de frustración cuando la siento lanzarse sobre mi, reaccionó rápido, logrando hacerme a un lado, ella tiene un cuchillo ¿De dónde mierda lo saco? se vuelve a lanzar a mi, tratando de atacarme, pero golpeó su muñeca fuerte que lo suelta, grita y se lanza a mi, con sus uñas en un intento de descargar todo su enojo en mi.

La empujó tratando de no golpearla pero sigue viniendo a mi, esto es una jodida pesadilla, me sigo conteniendo no la quiero lastimar, además si dejo salir mi mal humor es algo seguro que toda la casa escuché sus gritos.

Logra hacer contacto con mis brazos y mi pecho, dejando marcas rojas sangrando, eso sí me enojo, la agarro fuerte del cabello lanzándola a la cama, ella grita como si la estuviera matando, ella quizás desee que Dante venga ayudarla, pobre tonta si él viene solo meterá una bala en su cabeza.

Me subo sobre ella y trato de agarrar sus manos pero la perra lucha fuerte y hasta logra patear mi estómago, la abofeteo fuerte, rompiendo su labio, mierda ¿Qué estoy haciendo?, esto no está bien, no es correcto.

Ella se suelta de mí agarre en mi momento de duda, trata de golpearme con la lámpara que está en la mesita de noche, la cosa se estrella en la pared-¡Alessandra, detente! Dante va a venir y te matará por hacer escándalo y más si Allecra se entera- ella grita más y más fuerte, joder debo hacer algo.

Estoy por hacerla callar cuando unos golpes frenéticos están en mi puerta, seguido de una Allecra preocupada.

¡Joder, estoy frito!

Alessandra lanza una risa burlona antes de estrellar su cabeza con fuerza contra la pared y sacarse sangre en la frente ¿Qué demonios? mientras toma aire y vuelve que gritar con fuerza.

No solo ella es mujer muerta, quizás yo también esté muerto al terminar la noche.

Me Engañaste y lo vas a Lamentar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora