Capítulo #31

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Emilio:

Ella volvió a salir de fiesta, a pesar de que no durmió en casa volvió a salir, estoy tan decepcionado, pensé que era diferente, que era mejor persona, pero es como todas las niñas ricas y mimadas de este círculo, egoístas, vanidosas y solo piensan en sexo.

Estoy tan tentado en buscarla pero no haré eso, no me tomara ni dos minutos dar con su ubicación e ir a buscarla, pero no quiero que ella se comporte peor, su hermana ronda cada vez que me ve cerca, como si temiera que la agarrara del cabello y la encerrará en mi cuarto o en el sótano.

Hable con Dante para que por favor le expliqué porque Alessandra estaba en casa, pero solo es vagas promesas de que lo hará.

Escucho un auto que llega y es ella que se baja tambaleando, otra vez bebió.

Se ríe intercambia unas breves palabras con alguien y luego se despide, el auto arranca y ella camina con dificultad hasta la puerta, me muevo de mi lugar donde estaba sentado meditando fuera de la mansión.

-¿Cuánto bebiste está vez Isabella? Debes de parar solo creas más y más conflictos en casa- ella me mira como si yo me hubiera aparecido de la nada por acto de magia.

-¡Piérdete men...tiroso! No es tú mal...maldito...to asunto, cabrón-se palpa los bolsillos imagino buscando la llave, lo cual es absurdo porque siempre hay alguien en la puerta para abrirla.

El otro guardia que está junto a ella me mira sin poder creer lo que ve, ella ni lo nota por lo visto esta muy borracha, la tomo del brazo y abro la puerta, ella protesta pero la hago callar con una mirada dura.

Una vez adentro ella manotea mis manos para que la suelte, pero no lo haré no quiero que se lastime o peor aún se mate subiendo esas escaleras, paso una mano por su cintura mientras con la otra agarro su brazo, pero ella no quiero ni eso, me empuja y empieza a protestar como una niña de 5 años a la que le niegan algo sus padres.

-¡Maldita sea Isabella!, Déjate ayudar así puedo regresar a mi trabajo de una vez por todas-pero ella me saca el dedo medio y va subiendo agarrándose de la baranda con fuerza, chica terca.

Me quedo detrás de ella por si tropieza, pero una vez arriba no me esperaba a que en ese momento Allecra saliera de su habitación, ella me ve que voy detrás de su hermana e inmediatamente se acerca.

-¿Qué está pasando aquí? ¿Isabella te encuentras bien?- ella le hace un gesto con la mano de que se quite de su camino y pierde el equilibrio un poco, la agarro rápido para que no termine en el suelo, pero Allecra me dice que deje todo en sus manos y me retire.

Para ser una mujer de baja estatura con apariencia frágil, se las arregla bien con su hermana totalmente borracha, va murmurando lo que imagino deben ser un montón de groserías.

Una vez que entran a la habitación de Isabella, bajo a las escaleras para irme a dónde debería de haberme quedado, estás Hermanas Cavour son un verdadero dolor de cabeza, tomo asiento y cierro los ojos un momento.

Estoy tan jodido.


Isabella:

Mi hermana está gritando no entiendo nada de lo que dice, todo me da vueltas, la espera a que Jared haga su movimiento me tiene al límite, la ignoro como siempre lo hago hasta que cometo el error de desnudarme frente a ella, aún tengo las marcas de Nathan en mi cuerpo y pechos, las del abdomen se han borrado gracias a Dios.

Allecra grita como si hubiera visto al mismísimo demonio, la puerta de mi cuarto se abre de golpe mostrando a un Dante listo para la guerra con arma en mano, ya ven por qué algunas veces odio a mi hermana, es tan dramática, tan exagerada, Dios quiera y nunca me vuelva como ella.

-¿Qué mierda pasa aquí? ¿ Por qué gritas esposa?- mientras busca amenazas en mi habitación y yo de pie en ropa interior, sino estuviera tan borracha creo que lo encontraría algo gracioso y lo dejaría pasar.

Pero estoy tan harta de esto, si bebo toca escuchar gritos, si salgo de casa a cualquier lugar toca escuchar gritos, si mi ropa no es la adecuada jodidamente me toca escuchar gritos.

-¡Fuera! Ahora los dos, si sigues así de intensa me iré de esta casa así sea que me toque vivir debajo de un puente, ¡largo!- Dante me mira y recién se da cuenta de mi escaza ropa, pero en mi estado actual me da igual, ni vergüenza siento.

-¡Oh! Mierda, Allecra nos vamos ¡Ahora!- la toma del brazo pero ella lucha por soltarse, cansada de esta mierda me siento en la cama, además hice un esfuerzo sobrehumano al gritarles y sacarme la ropa.

La cama me llama, así que de q poco me dejó caer hasta que estoy de espaldas mirando el techo.

-¿Quién te hizo esto? ¿Fue Emilio?, Isabella hermana, confía en mí hermosa, ¿Él te lastimo?- ¡Oh Dios! No lo soporto solo quiero dormir y no me dejan, esta casa es de locos, pobres Niccoló y Gianna lo que les espera con la Reina del Drama y el gemelo perdido de Jhon Wick aquí presentes, serán humillados siempre cuando quieran ir a por un helado o se besen a sus novios.

Pero yo, yo no soy su hija así que con lo poco que me queda de fuerza me siento y le respondo -Fue mi novio, ¿Contenta?, El tiene unos gustos muy salvajes en la cama y nos llevábamos bien, ahora por lo más sagrado ¡Largo de mi habitación! Quiero dormir, Dante llévate a mi hermana y fóllala eso parece funcionar tan bien que se olvida de todo y de todos-me dejó caer nuevamente y cierro mis ojos.

Escucho como ella jadea y él se la lleva mientras susurran entre ellos muy enojados, lo que sea no me importa, estoy tan sorprendida de haber podido discutir, eso es lo último que pasa por mi cabeza antes de quedarme dormida.

Al siguiente día...

Me levanté sintiéndome horrible, me duche, bebí un café y me fui lo más rápido que me permitieron mis pies, no hay maquillaje hoy me produce mucho cansancio hasta pensar en ello, me pongo unos gafas cualquiera, me enrollo todo el cabello y lo recojo, unos mechones me quedan fuera pero como dije todo me produce cansancio.

Bien hecho Isabella, menos mal prometiste no beber más.

Una vez en la escuela me arrepiento de no haberme reportado como enferma, veo a Maya y Chloe en sus casilleros la una está que le susurra algo a la otra y amabas ríen, gracias al cielo que mi casillero queda más lejos, sino estaría apretando los dientes ahora del dolor de cabeza que me daría escucharlas reír cerca de mi.

Una vez que llegó a mi casillero apoyo mi frente en el, me siento como una anciana de unos 90 años, dónde cada movimiento consume la poca energía que me queda, abro mi casillero y saco los libros que necesito, abro el frasco con ibuprofeno y saco la botella con agua que traje de casa de uno de los bolsillo de mi mochila, me tomo dos, suspiro y cierro mi casillero, me volteo para ir a clases, pero soy interceptada por Nathan levanto la mano levemente saludando pero por lo visto él tiene otros planes, me pega a su cuerpo y me besa frente a todos, al principio me quedo como tonta, pero después reaccionó y pongo mis manos en su cabello tirando de el, hace un sonido de aprobación con su garganta ¡Diablos!, si no estuviéramos en el pasillo de seguro que ya lo tuviera de rodillas haciendo algo mejor con su boca y lengua.

Muerdo su labio inferior y tiro de su cabello un poco más fuerte para que se detenga, eso parece funcionar.

Me alejo de él, ambos respiramos con dificultad, pero para sorpresa mía todo el pasillo quedó misteriosamente en completo silencio.

Me giro alejándome de él y avanzando hacia Maya y Chloe que están con la boca abierta y frunciendo el ceño.

-¡Cierren la maldita boca! Y vamos a clases- sigo caminando como si nada aunque por dentro estoy temblando y en el buen sentido.

Apenas vayamos al receso buscaré a Nathan y le voy a preguntar por qué mierda hizo eso, se supone que me necesitaba para fingir frente a sus padres no en la escuela.

Mierda...

Me Engañaste y lo vas a Lamentar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora