Capítulo # 25

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Isabella:

Finjo estar aburrida, pero ellas tienen una enorme sonrisa en su rostro, miro al disimulo a Nathan y lo encuentro clavado en su teléfono frunciendo el ceño mientras teclea furiosamente.

Ese chico tiene problemas de Ira muy serios, solo pasa enojado y de mal humor, quizás solo le hace falta una buena follada.

¡Isabella alto ahí! solo lo ayudaste porque lo necesitaba, suficiente tienes con Emilio y su estúpida muñeca sexual en su cuarto, el pensar en eso me hace rechinar los dientes.

Maya sigue parloteando con Chloe sobre una fiesta que hay hoy en la casa de algún jugador de fútbol que ellas conocen, estoy tan perdida en mis pensamientos que luego me percató de que Maya dejo de hablar y ambas me están mirando.

-¿Me preguntaste algo?- ellas asienten con su cabeza que haciéndome saber que si y están esperando mi respuesta.

-Si querida Isabella ¿puedes venir con nosotras a la fiesta?, te recogemos si quieres- estoy por negarme cuando me acuerdo que en la mañana que enfrente a Dante le dije que iba a salir desde ahora dónde me de la gana, así que cambio de opinión.

-¡Claro! yo te doy mi dirección pasen por mi a las 8- ellas ríen de emoción y yo solo ruedo mis ojos, debo empezar a relacionarme si quiero darle una lección a todos en casa, aunque sean estás dos las que se acercaron a mí primero.

Las clases continúan con normalidad y lo peor de todo que Pinky y cerebro siguen pegadas a mi como si fuéramos amigas, llega al fin la hora del almuerzo y me logro escapar de ellas, estoy sentada en el patio del Colegio, en un banco de piedra cerca de las canchas de fútbol mirando a cualquier lugar y bebiendo jugo mientras mastico un sándwich de pollo que me conseguí en la cafetería antes de salir.

Cómo quisiera poder descargar todo este enojo que siento, es tan potente que siento como me quema poco a poco y a veces se me hace difícil hasta respirar.

Demonios, no puedo evitar lamentarme con un quejido suave, siento un movimiento a mi lado, rápido me giro para encontrar a este chico que puso de rodillas a Nathan tan casual junto a mi, cerca de nosotros están dos chicos diferentes uno tiene el cabello negro y el otro es pelirrojo, parecen modelos de revista tan guapos, tan elegantes, apuesto a que son huecos no han de tener nada que ofrecer si alguien quisiera algo con ellos, parece que no trajo esta vez a los jugadores de fútbol.

-¡Hola a ti!, zorra atrevida ¿me recuerdas?- suspiro y le doy otra mordida a mi sándwich.

Lo ignoro y finjo que no está aquí molestándome, los chicos nos miran algo inquietos pero siguen ahí de pie cerca, si alguien nos ve de lejos da la impresión de que estamos conversando y que somos un grupo de amigos.

-¿Eres sorda acaso? estoy hablando contigo puttana vulgar, crees que no sé por qué ayudaste a Nathan, quieres follar con él, todas las zorras de este Colegio quieren hacerlo, pero yo puse primero mis ojos en él, así que te daré una lección - siento que presiona algo a mi costado, bajo mi mirada solo para comprobar que es un pequeño cuchillo.

Este tipo quiere que yo descargue toda mi rabia en él, lo está pidiendo a gritos.

-¡Camina o juro que te tomaré del pelo! y te aseguro que no te va a gustar- me pongo de pie pero solo porque quiero irme a un lugar más alejado para poder golpear la mierda fuera de él.

Dejo mi bandeja a un lado y finjo obedecer, pero uno de los dos chicos habla con él antes de poder dar un paso.

-¡Carl pensé que solo ibas a hablar con ella! nosotros no queremos problemas, Will y yo nos vamos- pero antes de que puedan irse él les muestra el cuchillo a ellos amenazándolos.

Me Engañaste y lo vas a Lamentar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora