Isabella:
Estamos en una heladería sencilla, desde que fui muy dura con Emilio ha estado muy callado.
Estoy lamiendo y chupando mi cuchara, cuando noto sus ojos ojos fijos en mi boca, le sonrió, eso parece sacarlo del trance en el que estaba, sacude su cabeza y sigue comiendo.
-¿Vas a comportarte así de ahora en adelante? Por qué si es así hasta hoy nos veremos, te estás volviendo aburrido- meto otra cucharada de helado de chocolate con trozo de galletas y manjar en mi boca.
Gimo encantada, amo este helado me fascina comería todos los días esto si pudiera.
Pero la realidad es otra, no tengo esa libertad, por eso disfruto tanto ahora que puedo, así sea que el tonto de Emilio con su cara agria me lo quiera echar a perder.
-¡No, solo estoy algo cansado de que te comportes como una Niña Isabella! Me gustas de verdad ¿Yo no te gusto ni un poco?- es un hombre follable, no lo puedo negar, pero no me convence del todo que esté aquí en NY cuando el vive en Londres, él y su jefe planean algo lo sé.
-Si, me gustas tendría sexo contigo, alocado y salvaje, pero nada más, ahora lo que no entiendo es ¿Qué te trae a NY, si tú vives y trabajas en Londres?- dicho eso meto otra cuchara de helado y la vuelvo a chupar y lamer hasta dejarla limpia.
-¿En serio tendrías sexo conmigo? Lo dudo no estás lista para manejarme, quizás hayas tenido sexo con tu noviecito y creas que sabes todo en el mundo pero no es así, te falta mucho por aprender- termina su helado y se cruza de brazos recostándose en su silla y así poder centrar toda su atención en mi.
-¡Te aseguro que Jared es todo menos inocente y amoroso! Pero dudo que alguien de tu edad, sepa cómo divertirse y relajarse en varios lugares al momento de follar- termino mi helado y me pongo de pie para salir de la heladería.
Cómo era de esperar sale detrás de mí y avanzamos en completo silencio hasta el auto.
Llámame loca pero voy a poner a prueba lo que él tanto asegura, que le gustó y que quiere algo conmigo.
Una vez adentro del auto me giro hacia él y le pongo una mano en su brazo para que me mire.
-¡Bésame!- espero su reacción.
Abre sus ojos con sorpresa y horror en partes iguales, como si le hubiera dicho que nos quitemos la ropa aquí a vista de todo el mundo.
-¿Qué dijiste?- sabe muy bien lo que le pedí, solo quiere que lo repita.
Me arrodilló en mi asiento inclinándome hacia él, apoyándome con una mano en su muslo y la otra en su asiento-¡Te dije Bésame!- susurro cerca de sus labios.
Él duda así que yo decido tomar la iniciativa y sellos mis labios con los suyos, lo hago muy despacio, mordiendo suavemente su labio inferior, él levanta la mano con intención de empujarme pero yo subo ambas manos y agarró su rostro con fuerza mientras profundizó más el beso, la mano que en un principio me estaba empujando suavemente ahora me tiene agarrada muy fuerte de la parte de adelante de mi blusa como si me quisiera acercar más a él.
Clavo mis uñas en su rostro y muerdo con fuerza su labio inferior estirándolo un poco, eso lo hace gemir y subir su otra mano a mi cintura para tirar de mí a su regazo, lo detengo y de mala gana dejo de besarlo.
Debo admitir que Emilio besa muy bien, es tan apasionado y entregado que parece ser que lo que me ha estado diciendo es verdad, le gustó.
-¡Estamos en un parqueadero Emilio! ¿Quieres que llamen a la policía por dar un espectáculo XXX?- regreso a mi lugar y me siento bien poniéndome el cinturón de seguridad.
-¿Por qué hiciste eso Isabella? ¿A qué juegas?- espeta enojado mientras nos saca de ahí con rumbo a la escuela.
-¿Yo? a nada, ¿Por qué te enojas? Yo solo comprobaba cuánto te gustaba- él solo frunce el ceño y aprieta fuerte el volante como si ayudará en algo a su mal humor.
-¡Detente deja de jugar conmigo! Te dije que te respetaba pero no lo vuelvas hacer, no me gusta que me besen sin mi permiso- ¡Él asegura que yo le gustó y se siente violado porque lo bese!
-¡No! tú no me dices que hacer, ya despertaste mi curiosidad quiero ver qué tienes para dar Emilio, así que el fin de semana quiero ir otra vez a bailar y antes de que pienses que te estoy pidiendo que lo hagas, no lo estoy haciendo te estoy exigiendo- con eso me giro y no vuelvo a intercambiar palabra con él.
Me deja en la puerta principal del colegio me bajo sin decir nada y camino a mi lugar habitual donde espero a que me venga a ver.
Un Jared enojado me devuelve la mirada desde su Camioneta, por lo visto vio todo desde que auto me baje y con quién estaba, yo solo le sonrió y le saco el dedo medio.
La chica junto a él una pelirroja bonita, con cara de ser una tonta hueca pero experimentada, por qué está besando su cuello y moviendo su mano en dirección a la entrepierna de él, puedo imaginar que está agarrando y no es la palanca de cambios.
Bueno, bueno, bueno y ¿no que me amaba y quería estar solo conmigo?
Hombres, dicen una cosa y hacen otra.
Me conviene que se fije en otras y me deje en paz, me giro para ver el auto que me recoge todos los días solo que esta vez viene Allecra con ellos y Gabriel, como siempre metiéndose donde no debe.
Se estaciona el auto y se baja ella hecha una furia-¿Dónde estabas Stella? ¿Con quién dormiste ayer? ¿Con tu novio ese chico mayor a ti?- se cruza de brazos pero yo solo la ignoro y camino para abrir la puerta del auto y subirme, no me gustan los espectáculos y parece que Allecra se olvidó que está haciendo uno.
-¡Respóndeme Stella! tengo unas palabras que decirle a ese chico, eres menor de edad, no puedes salir y no volver sin avisar ¿Qué te pasa?- Gabriel solo pone sus manos sobre los hombros de ella, dándole su respaldo y jugando al papel de novio perfecto, ¡puaj!
-¡Carina, cállate! estás haciendo un show, una Cavour nunca hace eso, te olvidaste lo que nos enseñó padre - respondo calmada, pero en el fondo cabreada y enojada como la mierda.
En este colegio soy invisible y ahora ella viene armar un escándalo, de verdad que mi hermana cada día está más lejos del ejemplo que era para mí.
Eso parece surtir efecto por qué abre la puerta que yo estaba por abrir hace un momento para poder subirme e irnos.
-¡Sube y llegando a casa vas hablar te guste o no!- nos vamos de ahí y yo con un dolor de cabeza terrible que me regreso por los quejidos de ella y su reproches.
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Me Engañaste y lo vas a Lamentar
RomanceIsabella Cavour Castagna toda su niñez fue temerosa y cansada de esconderse en su cuarto, no poder salir con sus amigas y tener una vida normal, añádele también a su hermano Luciano que prometía hacerle conocer placeres inimaginables. En New York le...