Isabella:
¡Dios mejor no dejes que despierte nunca!, Solo espero que Allecra no haya escuchado nada, sino me va a dar la lata hasta que me vaya, me levanto de mala gana y me ducho otra vez se que es algo ridículo pero no quiero tener ningún rastro de Jared en mi, me duele el cuerpo pero de una buena manera, sin poder evitarlo sonrío recordando a Jared como estaba todo desesperado sobre mi, sus besos, sus palabras, me miro en el espejo y automáticamente quitó esa sonrisa boba.
¿Qué sucede contigo Isabella? ¿Acaso tu cerebro se fundió con tanto alcohol y sexo?
Sacudo la cabeza y me repito que eso no está bien una y otra vez hasta que pobremente logro convencerme, me lavo los dientes, me visto con un enterizo color dorado pegado al cuerpo, estoy agradecida que Jared no dejo marcas en mi cuello ni en mis pechos, aunque si en mi espalda y mi abdomen pero nadie los va a ver así que no me preocupo.
Voy bajando a desayunar y no está Allecra por ningún lado pero si está Dante con los niños en la sala parece que han venido de desayunar, me voy a la cocina rápido lanzando un vago saludo en su dirección, pero no sin antes lanzarles un beso a mis sobrinos preferidos.
Aprovecho y me voy a seguir haciendo los papeles que me faltan mañana ya debo irme en la mañana, reviso mi celular y veo mensajes de Maya preocupada si llegue bien a casa, de la hipócrita de Chloe y nada de Nathan, ¡Cretino! Ojalá que esa tipa le rompa el corazón cuando ya me haya ido, que sufra y que lamente haberme ignorado y no haberlo intentado conmigo.
Sigo manejando a retirar unos documentos en el colegio, y ya está listo todo, mi ticket Aéreo, mi equipaje, donde me voy a quedar allá, espero solo poder pasar desapercibida y tener paz, nada más, una vez que estoy en el parqueadero del colegio ingreso a secretaría dónde está la Miss Rowan con cara de limón agrio por haber tenido que venir hoy para darme estos últimos documentos que me olvidé de retirar entre semana.
-Miss Rowan que hermosa tarde la de hoy ¿Verdad? ¿No le parece que es ideal para estar en casa bebiendo y comiendo algo en familia?-me lanza una mirada de odio y tuerce el rostro pero no dice nada, solo me tiende los papeles de mala gana, me hace firmar y luego sin decir más se da la vuelta dándome la espalda y guardando cosas de mala gana en un cajón.
-¡Bueno fue un gusto Miss Rowan! Que disfrute su hermoso día...O bueno lo que queda de el- me voy de ahí riendo, ella era una de las que sabía de los maltratos que sufría Nathan y nunca dijo nada, solo miro hacia otro lado porque era la mejor amiga de la madre de Carl Griffith, así que sí, merece que esté aquí trabajando el Domingo sola en toda la escuela y que yo haya aparecido muy tarde.
Subo a mi auto y mi celular suena, contesto mientras estoy saliendo del parqueadero de la escuela, cuando su voz hace que frene de golpe-¡Hola hermosa! Aún siento el sabor de tus besos y de tu piel en mi lengua, puedo recordar muy bien cuan fuerte exprimías mi polla y gemías mi nombre pidiendo más, Izzy...Hmm estoy duro otra vez, muy pronto harás eso por mi todos los días y nunca me cansaré de explorar tu cuerpo, no me detendré hasta que lleves a mis hijos dentro de ti, bebé -todo iba bien hasta que dijo la palabra hijos, está loco no pienso ser como Allecra, atada a un hombre por sus niños, estar en casa, dispuesta, lista y servicial ¡Jamás!
-Jared, no ahora estoy algo ocupada, pero mañana puedes llamarme y gustosa iré donde me pidas y haré lo que quieras cuantas veces quieras, bebé-Es una mentira, pero él no lo sabe así que no pasa nada.
-Quiero verte hoy en la noche y no hay discusión, sino vienes iré hasta donde estas tú, no solo eso puede que aproveche y pida tu mano ¿Quieres eso ya Izzy?-muerdo mi lengua para no cometer el error de decirle unas cuantas cosas que se merece, así que reprimo esas ganas y trato de poner una voz dulce, pero creo que no seré convincente.
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Me Engañaste y lo vas a Lamentar
RomanceIsabella Cavour Castagna toda su niñez fue temerosa y cansada de esconderse en su cuarto, no poder salir con sus amigas y tener una vida normal, añádele también a su hermano Luciano que prometía hacerle conocer placeres inimaginables. En New York le...