Capítulo # 22

814 57 2
                                    


Isabella:

Ese estúpido chico me dijo su nombre Nathan Rothschild y resulta ser el hijo de una de las familias más importantes de Londres, también sus padres son dueños de la escuela, no entiendo porque no lo respetan o quizás su encantadora personalidad es la causante de los ataques que recibe.

Si ese es el caso no los culpo me vi tentada de golpearlo en la cafetería mientras seguía llamándome vulgar, voy de salida gracias a Dios se acabaron las clases y el auto ya me está esperando junto a los de seguridad, veo a Nathan solo cerca del parqueadero, revisando su celular y frunciendo el ceño, está enojado ese rubor rojo está en su cuello otra vez, más allá veo al chico que me amenazó mirando a Nathan y esperando mientras está detrás del volante, ¿será que espera a que esté solo?, debo averiguar quién es y contra quién me enfrentó o si es solo un tonto más.

Enojado Nathan camina un poco queriendo salir del parqueadero y este chico pone en movimiento su auto, ¡Quiere arrollarlo! como no me di cuenta antes, grito y corro en su dirección, Nathan levanta la vista y ve que soy yo, su cara se llena de disgusto y se gira para continuar pero pasa a toda velocidad el cobarde de la mañana en su auto, y que agradecida estoy de que no haya podido cumplir su objetivo.

-¿Estas bien? carajo ¿Qué no viste que te estaba llamando? - los de seguridad se acercan a mi y les hago un gesto de que estoy bien que no pasa nada y se quedan a un lado.

-Como no voy verte si eres tan vulgar gritando como un vendedor en la calle- ¡Este imbécil es exasperante! pero sólo hace que quiera estar más cerca de él para atormentarlo.

-Vamos te llevo, parece que tu transporte no llega, camina-duda un momento y después me sigue.

Los hombres lo dejan subir cuando les digo que es un amigo, le da la dirección a mi chófer y yo reviso mi celular, Emilio no me escribe más, maldito me evita a toda costa quiero hablar con él para saber si es una relación abierta o seguimos siendo novios, como sugirió, prefiero tener sexo y ya, las relaciones son un dolor de cabeza, pensando en dolores de cabeza ¿Cómo estará Jared? ¿En la Universidad que está tendrá un nuevo objetivo?, no me arrepiento haber cambiado mi número para nada.

Me siento mejor sin nadie que me llame y me mande textos a cada rato, las redes ni las uso no tengo amigos ni cosas que compartir, tampoco tengo a nadie a quién quiera acosar así que no me quita el sueño.

-¿Por qué te odia ese chico? ¿No lo follaste bien? ¿La tienes pequeña? ¿Lo engañaste?- su rubor llega hasta su mandíbula, es delicioso ver cómo reacciona a mis preguntas molestas.

-¡Sabes lo que es cerrar la boca! ¿O quieres que te la cierre de una vez?, ya te dije que no soy gay deja de molestarme, él me odia por qué no quiero su amistad ni aceptar sus invitaciones tontas de sus estúpidas fiestas, ¡Ahora déjame tranquilo!- se voltea a mirar por la ventana de su lado y me ignora.

¿Pero eso me importa?, pues claro que no así que solo por esta vez lo dejaré tranquilo, voy a meterme bajo su piel y jugar con él, es mi último año una vez terminado me iré a cualquier universidad en el mundo que decida elegir para estudiar diseño, ya ven porque extrañaba Londres.

Puedo hacer lo quiera y cuándo quiera, nadie se meterá conmigo, así que sonrió y muerdo mi labio inferior, él me ve por el rabillo de su ojo y se remueve incómodo.

Después de un momento el chófer indica que hemos llegado y él se baja diciéndole gracias y a mi solo me hace un gesto con la mano, continuamos nuestro camino a casa.

Me bajo y veo a Emilio, le sonrió y saludo con la mano, solo me hace un gesto con su cabeza y se gira a seguir hablando con uno de los hombres de seguridad.

Creo que hoy visitaré el dormitorio de Emilio, entro a la casa con mejor ánimo.



Emilio:


¡Demonios, no puedo evitar sentirme excitado! al verla con esa falda pequeña de su uniforme, su cabello suelto, su piel suave y libre de marcas, pensé que al estar con Alessandra iba a estar tranquilo pero que equivocado estoy.

La ignore y me puse a charlar con Patrick sobre como estaba su día y cosas así, hasta que ella entro a la casa al fin.

Emilio pareces un jodido adolescente que no sabe lo que quiere, compórtate.

Unas horas después estoy tan cansado caminando a mi habitación, esto por sacar la llave y poder introducirla en la cerradura, cuando unos brazos se cierran alrededor de mi cintura.

Agarro dichas manos y giro para poder golpear a mi atacante, me detengo en el último minuto, es Isabella, Demonios no puede estar aquí.

Abro la boca para decirle que se vaya pero ella se pone de puntillas y me toma del cuello para poder unir nuestros labios, giro mi cabeza a tiempo, ella hace un ruido de enojo.

- ¿Puedo chuparte la polla y dejar que me folles, pero no puedo besarte?, es estúpido y lo sabes- me quito sus brazos de encima y pongo mi máscara de enojo, aunque por dentro solo sienta este hambre de volver a poseer su cuerpo.

-¿Qué haces aquí?- ella no retrocede ni por un momento al contrario se acerca a mi y frota su cuerpo con el mío.

Espero que Alessandra no la escuché no quiero darle poder ni nada que pueda usar en mi contra.

-¡Quiero follar otra vez! ¿Eso es malo?, además me has estado evitando- coloca su mano en mi entrepierna y toma todo de mí alejarla.

Esta chica es peligrosa para cualquiera, ahora entiendo por qué el Sobrino de Russo se volvió loco cuando ella dejo NY.

-No tengo tiempo estoy ocupado, ¡Vete!- espero a que me haga caso, pero se queda ahí mirándome con sorpresa, luego enojo y al final indignación.

-¿Qué?- se aleja un poco y se cruza de brazos.

-¡Largo!, estoy ocupado no quiero y no trates de besarme otra vez, no lo tomaré bien- le doy la espalda fingiendo buscar mis llaves de nuevo y escucho como se aleja susurrando que soy un cretino.

Suspiro aliviado, necesito seguir manteniendo la distancia, es lo mejor.

Me Engañaste y lo vas a Lamentar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora