Isabella:
Uno de los amigos de Maya, una cosita bien guapa y sexy esta besando mi cuello mientras estamos en una habitación en la casa de Chloe y adivinen a quién vi aquí hoy con nosotros los plebeyos, pues si, nada más y nada menos que a Nathan Rothschild.
Ese es uno de los motivos por los cuales estoy aquí arriba con este guapo pelirrojo, si fue a propósito que lo elegí, él es bueno en lo que hace aunque no me enciende lo suficiente, así que imagino a otra persona, imagino al guapo chico que se atrevió a tratarme como el chicle ensuciando sus zapatos, si Emilio está pagando, él también lo hará, cierro los ojos y me dejo llevar, imagino esos ojos mirándome con rabia mientras me folla fuerte contra la pared, empiezo a gemir pero no es por Colton, claro que no, es por Nathan, susurro un joder mientras dejo que este chico embista fuerte en mi.
La emoción se acaba rápido y me siento cabreada y estafada, no duró más que 5 minutos más después de que me encendí, enojada me arregló la ropa y lo dejo ahí, llamando a gritos que en media hora más, esta como nuevo, pues que se joda, me voy a beber.
Encuentro a Maya y Chloe turnándose para besar a un chico Moreno, ojos marrones pero guapo como modelo de revista ¿Hay una fábrica de Hombres de donde ellos vienen? o solo dejan entrar a los más guapos, ver tantos rostros de revista y perfectos me hace sentir que estoy en una fábrica de juguetes, todos ellos plásticos y vacíos por dentro.
Me voy a la cocina y busco una botella de Vodka, me sirvo dos dedos y los bebo de golpe, me quema todo el camino, pero no me importa, me limpio la boca con mi mano y me sirvo otro, estoy por levantarlo, cuando alguien pone una mano sobre mi muñeca impidiéndome beber.
-¿No crees que deberías ir más suave?- me giro y le sonrío burlonamente mientras levanto la botella a mis labios con la otra mano y bebo del pico de la botella, unos sorbos pequeños, pero debo aparentar ser ruda, una vez que termino me paso la lengua por los labios muy despacio, como si me hubieran quedado pequeñas gotas del licor.
Él me suelta como si lo que hice hubiera sido lo más sucio del mundo, no puedo evitar jugar con él -¡Dime Roy, bebé! ¿Qué haces aquí con los plebeyos?- me subo a la mesa y la falda se me sube dejando la mayor parte de mis muslos al descubierto, cruzo las piernas y espero a que responda.
Él no se perdió detalle en ningún momento y después sacude la cabeza recordando que le hice una pregunta -¿Plebeyos? No soy de la realeza, italiana, solo tengo mejores modales que la mayoría, vengo de buena familia, no es mi culpa- ruedo mis ojos, no puede sonar más arrogante.
-¡Okey! ¿Qué haces aquí? no deberías estar aquí, deberías estar recitando poesía o paseando a caballo con tu virginal novia- levanto el vaso que no me dejó beber y de golpe lo bajo.
-¡Es por ella que estoy aquí!-¿espera que?
-¿Qué? ¿Ella es salvaje como nosotros buena chica, dime dónde está para poder darle la bienvenida - miro a todos lados pero él solo me mira a mi, me voy a servir otro vaso pero esta vez él me quita la botella y la lanza estrellándola en la pared, el estruendo hace que nos miren pero yo sonrío para quitar importancia a lo que acaba de hacer.
-¿Acaso Estas loco? ¿Por qué hiciste eso?, el alcohol no tiene la culpa que te aprieten tus calzoncillos hoy- era un buen trago, si quería que deje de beber solo debía pedirlo de buena manera, Cielos.
-Necesito tu ayuda - lo dice tan bajo que tengo que acercarme a él para que lo repita por si lo vuelve a repetir.
-¿Disculpa que dijiste?- pasa una mano frotándose la nuca y ese delicioso rubor aparece ¿Cómo será cuando este teniendo un orgasmo? ¿Se pondrá más rojo? ¿No le saldrá en absoluto?
¡Okey, no vayamos por ese camino!
-¡Que necesito tu ayuda, Isabella! - sonrío y acerco mi rostro como si lo fuera a besar, él retrocede un poco algo incómodo.
Me estoy cansando de estos tipos que rechazan los besos, ¡Dios mío hay algo tan mal en ellos!
-¡No! y deja de arruinarme la diversión ve a buscar a tu novia o algo pero déjame sola- voy a bajarme de la mesa pero él me lo impide poniéndose en mi camino, levanto una ceja en su dirección ¿Es enserio?
-¡Mira esto me disgusta de verdad!, no eres mi tipo eres todo lo contrario a lo que buscaría en una mujer, pero mis padres quieren conocerte, el Profesor Williams fue con el chisme a ellos y sino te llevo tendré muchos problemas que pueden llegar afectar mi relación, por favor haré lo que quieras, te pagaré lo que quieras, pero ayúdame nadie más puede- ¿me vio cara de necesitada acaso? ¿Pagarme? si tengo el dinero suficiente para vivir decentemente un tiempo y él viene a decirme esto, es definitivo el dinero y la clase social no te aseguran tener un cerebro.
Pero bien puedo torturarlo un poco, dice que tiene novia, se me hace que es novio, lo descubriré, así que me voy a divertir aquí, haré que pase un mal rato frente a sus padres.
-¡Claro Roy, bebé! para eso estamos los amigos ¿no? pero sellemos el trato de acuerdo, bésame - cualquiera pensaría que él abriría los ojos con sorpresa o se alejaría, pero al contrario me mira con rabia y se hace espacio entre mis piernas para tomarme con fuerza de la nuca y pegar sus labios a los míos, la que abre los ojos con sorpresa soy yo y la boca como una completa tonta, pero Soy una Cavour, así que debo comportarme como tal, le doy más acceso y lo acerco con mis piernas una vez que lo hago las cierro en sus caderas.
Apoyo mis manos detrás de mi en la mesa haciendo que mi cuerpo quede más cerca del suyo, su agarre se vuelve más fuerte y nuevamente estamos en una pelea por quién toma el control en el beso, ¡Oh, bebé eso jamás pasará!, no me vas a poder controlar ni tú ni nadie.
Esto dejo de ser un beso para sellar un trato y se volvió una guerra de quién puedo con el otro, sus manos ahora están en mis caderas pegándome con fuerza a las suyas y yo no puedo evitar frotarme con su erección, después de todo Roy no es un robot si tiene emociones, saben que es lo más curioso, que ninguno de los dos gime, nos atacamos como animales con nuestros cuerpos y bocas, pero no queremos ceder, sin poder evitarlo agarro su labio inferior con mis dientes con algo de fuerza y lo estiro, él sube sus manos rápido, una a mi rostro y otra a mi cuello, abriendo los ojos de golpe ambos, él ahora me sostiene con fuerza, como si quisiera estrangularme si así consigue que lo suelte, quieto mis dientes para succionarlo muy despacio y jugar con mi lengua a la vez, mis manos ya no las uso de apoyo ahora están en su cintura clavando mis uñas con fuerza.
Roy parece que va a ser muy interesante.
Me alejo primero porque debo tomar aire y ambos nos miramos jadeando, no lo puedo evitar sonrío y lo empujó suavemente pero se niega a retroceder.
-¡Bien te ayudaré, Roy! acabamos de cerrar nuestro trato, ahora déjame ir antes de que tengamos que ir arriba a buscar un cuarto vacío, cosa que no harás por que tienes novia ¿correcto?- eso parece funcionar ya que se aleja un poco, pero no del todo debe ocultar su erección.
Así que decido ayudarlo como buena amiga de él, me estiro un poco y meto la mano en una bandeja donde vi que habían unos pocos cubitos de hielo, agarrando un puñado me acerco a él y estiro la parte de adelante de su camiseta metiéndolos sin darle tiempo a que pueda evitarlo, se aleja de golpe de mi y maldice ¡ Ya ven, soy una buena amiga! su erección se ha ido, me bajo de la mesa y me voy lejos a buscar más alcohol y alguien que valga la pena que me ayude con esta calentura que dejo Nathan en mi.
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Me Engañaste y lo vas a Lamentar
RomanceIsabella Cavour Castagna toda su niñez fue temerosa y cansada de esconderse en su cuarto, no poder salir con sus amigas y tener una vida normal, añádele también a su hermano Luciano que prometía hacerle conocer placeres inimaginables. En New York le...