El catorce de febrero, los alumnos de Hogwarts tenían programada una salida a Hogsmeade. Emerald había rechazado un par de invitaciones que había recibido, pues había quedado en verse con Tom a las afueras del pueblo.
—¿No crees que tu padre puede descubrirlos si se ven allá? —preguntó Aline, mientras caminaba junto a Emerald hacia Hogsmeade.
—Mi padre va a estar con mi tío. Ayer me dijo que tenía cosas que hablar con él, y me pidió que no fuera al bar hasta la tarde —explicó Emerald.
Para no levantar sospechas, pasaron un largo rato recorriendo las tiendas y comprando cosas. Cuando Tom llegó al lugar donde había quedado en verse con Emerald, la encontró allí, charlando con Aline. Lo primero que pensó fue en irse de allí, pero después cambió de opinión. En cuanto Aline lo vio llegar, murmuró una disculpa y se marchó.
—¿Tu amiga sabe de lo nuestro? —preguntó Tom, visiblemente molesto. Sabía que Aline era la mejor amiga de Emerald, pero no le gustaba para nada la idea de que ella supiera de su relación.
Emerald captó de inmediato su disgusto, y pensó que lo mejor era explicarse cuanto antes.
—Sí. Daniel le contó.
Tom estaba más que furioso, ¿cómo era posible que tantas personas lo supieran?
—¿Y quién demonios le contó a ese maldito imbécil? —gritó.
—Nadie. Él lo descubrió solo, no sé cómo. Cuando me dijo que lo sabía, yo le lancé un obliviate.
—¿Por qué no hiciste lo mismo con tu amiga? No puedes confiar en ella ni contar con su silencio. ¿Cómo sabes que no irá corriendo a contarle a Dumbledore?
Emerald entendía que Tom estuviera molesto, pues ambos sabían que nadie debía saber nada de su relación, pero le parecía que su reacción estaba siendo un poco desmedida. Le estaba levantando mucho la voz, tenía las manos cerradas en apretados puños y sus ojos se veían mucho más oscuros que de costumbre.
—Aline no le hablará a nadie de esto, es la única persona en la que confío.
—¡Pues yo no! Desde el principio dijimos que nadie debía enterarse, tu amiga no era la excepción. Debiste haberme dicho que ella se había enterado, y yo le hubiera puesto solución a esto.
A Emerald se le acabó la paciencia. Nunca había permitido que nadie le hablara de esa forma y ese día no iba a ser la excepción. Quería a Tom, mucho, cada vez más, pero a veces parecía difícil lidiar con su carácter.
—Tom, cálmate, por favor. Entiendo que te haya molestado que Aline supiera de lo nuestro, pero te aseguro que no hay nada de qué preocuparte. Daniel solo le dijo a ella, y él ya no recuerda nada de eso porque el hechizo desmemorizante salió bien. Creo que no es necesario exagerar tanto.
Él no pareció calmarse en lo más mínimo.
—¡No me parece que esté exagerando! Debiste habérmelo dicho.
Emerald intentó tomarlo de la mano, pero él dio un paso atrás, alejándose.
—Está bien, me equivoqué al no decírtelo y me disculpo por eso, pero...
—Me parece bien que admitas que te equivocaste, pero no estoy de acuerdo con que dejemos esto así. Hazle un hechizo desmemorizante a tu amiga o me veré en la obligación de hacerlo yo.
Emerald no supo qué decir ante aquella amenaza. No se sentía capaz de lanzarle un obliviate a su mejor amiga, no lo consideraba necesario, pero la contundencia del tono que había usado Tom, la hizo sentirse mal.
—No es necesario que me hables de esa manera —le dijo, sin levantarle la voz, pero de manera contundente—. No pienso lanzarle un obliviate a Aline porque sé que no hablará, y tampoco quiero que lo hagas tú, es demasiado.
—Ya hiciste eso con el estúpido de Greene, ¿por qué no vas a poder hacerlo con esa chica?
—Es diferente, ella es mi mejor amiga, la única que tengo en realidad. Confía en mí, nadie más sabrá de esto.
Él no le dijo nada más, le costaba controlar su carácter en esas circunstancias, así que le pareció mucho mejor desaparecerse y dejarla allí. Emerald se molestó también por aquella actitud y se marchó de regreso al pueblo. Quería estar en un lugar tranquilo donde pudiera pensar y tratar de comprender por qué, a pesar del difícil carácter de Tom, lo quería tanto, era tan importante para ella y no quería perderlo, pero tampoco se había acostumbrado del todo a la forma en que era cuando estaba enojado. Se dirigió al bar de su tío y estuvo a punto de abrir la puerta, pero escuchó la conversación que Albus y Aberforth estaban teniendo en esos momentos.
—No está bien que sigas mintiéndole —dijo Aberforth—, ya está en edad de conocer la verdad.
—Si le cuento todo, se molestará conmigo, conozco su carácter y no reaccionará bien —decía Albus—, en estas circunstancias, necesito tenerla cerca para poder cuidar de ella, si le cuento todo, no querrá hablarme ni saber de mí y podría ponerse en peligro.
—¿Acaso crees que Grindelwald puede hacerle daño?
—No es que lo crea, estoy casi seguro. He tomado la determinación de dejar de esconderme y enfrentarme a él de una vez por todas. Por eso es que ahora más que nunca, necesito que Emerald esté segura, lejos del alcance de Gellert.
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𝐃𝐞𝐬𝐭𝐢𝐧𝐨 || 𝐓𝐨𝐦 𝐑𝐢𝐝𝐝𝐥𝐞
FanfictionEmerald Dumbledore y Tom Riddle están unidos por un lazo invisible al que muchos llamarían destino, Tras escuchar una profecía, Tom regresa a Hogwarts como profesor y en cuanto se encuentran, se desata una tormenta de emociones y sentimientos inexpl...