De vuelta.

10.3K 475 4
                                    

31 de Marzo 2013
Después de casi un año, nos encontrábamos de regreso en la casa de María. Al parecer después de nuestra visita, mi madre y ella habían seguido en contacto y la única razón por la que no nos habíamos visitado, era porque ellos estaban preparando la boda de Mario, su hijo mayor, y mí familia estaba enfocada en mi quinceaños, el cual gracias a Dios había salido de acuerdo a lo planeado. Y aunque me cueste admitirlo de verdad esperaba ver a María y a su familia en la fiesta.

-¡Que gusto que pudieron acompañarnos!- nos recibió una sonriente María, en cuanto abrió la puerta.- Pero no se queden ahí, pasen, pasen- se hizó a un lado y nos invitó a pasar.

Hoy era la boda de Mario y después de tanto insistirle a mi padre, mi madre lo logró convencer de venir. Eran vacaciones de Semana Santa, así que ni Elizabeth ni yo perderíamos clases. Mi madre nos había comprado vestidos nuevos antes de venir y para ser sincera no me sentía nada cómoda en vestido y tacones, no me mal interpreten me encantan los vestidos y tacones, pero no me gusta como se ven en mí. Actualmente me encuentro en la etapa en la que mi vida gira en torno a fiestas y quinceaños y es un poco deprimente ver como todas lucían delgadas y hermosas en vestidos, mientras yo sólo me encontraba algo así como de relleno.

-¡Lucen hermosas! -nos abrazaron las gemelas Amelia y Amanda, para después separarse y hacernos dar esa típica vueltecita que te hacen dar en las películas cuando alguien sale de un probador en alguna tienda de ropa. Al principio no lograba diferenciarlas pero con el tiempo comprendí que Amelia tiene los ojos verdes, mientras que Amanda los tiene miel.- Me encanta como luces en ese vestido Lay- me dijo Amelia y aunque sonará sincera, había una parte de mi que no me dejaba creerle.

Es triste ver que todos te dicen que eres bonita y en lo único que tu no puedes dejar de pensar es que tienes 15 años y pesas setenta kilos. Me encontraba usando un vestido negro de encaje, que me quedaba un poco más arriba de la rodilla y tenía manga tres cuartos, era hermoso, pero aún así no me sentía para nada bonita en él. Los tacones eran blancos y hacían juego con mi bolso de mano blanco, eran por mucho los más altos que había usado en toda mi vida y sentía que en cualquier momento caería al suelo. Mi madre me había maquillado algo natural, pero me hacía ver un poco mayor y mi peinado constaba de una trenza de cascada, la cual lejos de favorecerme me hacía ver infantil y arruinaba todo lo demás.

-¿Aburrida?- me sobresalté al escuchar su voz, nos encontrábamos en el jardín donde se realizaría la misa y a pesar de que la gente ya estaba tomando asiento, decidí posicionarme en uno de los asientos de al final y admirar la hermosa puesta de sol, que se lograba presenciar a la distancia.

-No, sólo algo distraída- le dije mirando al horizonte, para evitar perderme en sus hermosos ojos tornasol.-¿Cómo ha ido tu cumpleaños?- hoy cumplía 18 años y había cambiado mucho a lo largo de este año. Su barbilla tenía las sombras de haber sido rasurada hace uno o dos días, pues la aparición de pequeños vellos se hacían notables en ella. Su rostro se había endurecido un poco y al parecer había estado trabajando en su cuerpo, pues poco quedaba de aquel vaquero que me había enamorado la primavera pasada.

-Veamos, la boda de mi hermano es el día de mi cumpleaños, se supone que hoy cumplo la mayoría de edad, pero no me dejarán beber alcohol y por si fuera poco, no me dejaron invitar a mis amigos. Supongo que este es el mejor cumpleaños de mi vida- dijo con cierto sarcasmo, pero a pesar de eso me brindó una sonrisa que para nada demostraba su pesar.

-¡Nicholás ven a ayudar!- le gritó Amelia desde adentró de la casa.

-Bueno el deber me llama, nos vemos luego pequeña Blunt- me dio un golpecito en el hombro y se fue. Genial ahora sabía que ni como a una chica me veía.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Instagram: priscila_guerra_

Serás míoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora