12 de Mayo 2015
Después de que Nicholas me diera mi primer beso, digamos que mi pulso se había acelerado más de lo normal y el doctor creyó que era debido a las contusiones que tenía, por lo que me dejó en observación y permanecí casi una semana hospitalizada, y desafortunadamente no había vuelto a ver a Nick desde entonces.
Mi madre como toda madre mexicana, creyó que los remedios caseros funcionarían mejor que cualquier medicamento y alimento que me dieran en el hospital, por lo que se negó a que me alimentará con lo que me ofrecían y cada día me llevaba caldo de pollo "recién hecho", y antes de dormirse en el sofá que había en la habitación, se encargaba de ponerme Vick Vaporub en el pecho y parte de la cara, como si esa fuera la mejor cura para todos mis dolores.
Al regresar a casa, la histérica de mi madre me obligó a quedarme en reposo por lo menos casi otra semana más, eso agregándole la dosis diaria de caldo de pollo y Vick Vaporub, y al quedar tan harta, se podría decir que evitaría ambas cosas mínimo hasta que cumpla los cincuenta.
- ¿Layla, ya estás lista?- escuché a mi padre desde la puerta.
Días después de ser dada de alta, mi padre recibió una llamada de un viejo amigo. Resultó que se había enterado de que lo habían despedido y en su compañía tenía un lugar para él, así que sin pensarlo dos veces mi papá accedió y hoy regresábamos a nuestro antiguo hogar.
- Si ya voy.- Para que mentir, no estaba completamente convencida de regresar.
Desde mi primer beso no lo había visto a Nick y no quería irme sin haber hablado con el antes. Aunque a estas alturas, lo dudaba mucho.
- ¡Layla apúrate, María está aquí!- en cuanto mi mamá gritó aquello baje corriendo sin siquiera tratar de ser disimulada.
Afortunadamente no tropecé en el camino pero al llegar me decepcioné al no ver a Nick en la sala, no me mal interpreten, me alegraba ver a María y a las gemelas ahí, pero es que de verdad quería hablar con Nick antes de irme.
- Buenos días- traté de que mi voz no sonará tan apagada.
- ¡Ay Alicia! No se pueden ir, los vamos a extrañar mucho.- María me había atrapado en un abrazo y había comenzado a llorar, yo, por mi parte me estaba quedando sin aire y el sentimentalismo me estaba ganando, juraría que las lágrimas estaban comenzando a brotar.
- Cariño no llores volveremos en cuanto tengamos la primera oportunidad.- me consoló mi madre, pero por la mirada que me daba podría decir que le daba pena ajena.
- ¿Lo prometes? - balbuseaba y lloraba al mismo tiempo, pronto tendría que conseguir una servilleta si quería evitar empezar a moquear.
- Iremos a visitarlos en unos días Layla, no te preocupes.- me aseguró Amelia, por lo que seguí llorando, pero ahora por que me avergonzaba lo ridícula que me veía en esos momentos.
En cuanto María y las gemelas se fueron mi padre nos ayudó a subir las maletas a la camioneta y emprendimos nuestro viaje de vuelta a casa.
15 de Mayo 2015
- ¡Amiga volviste!- Lara me abrazó en cuanto me vio en la puerta de su casa.
Llevaba rato sin hablar con ella y necesitaba contarle todo lo que había pasado en todo el tiempo que estuve en el pueblo.
- ¿En serio, ya diste tu primer beso? Ya era hora- no sabía si darle un zape o alegrarme de estar de vuelta con mi mejor amiga.
No era un secreto que de todas mis amigas yo fuera la última en ser besada, pero tampoco era para que me lo recordarán cada que se diera la oportunidad, bien dicen que más vale tarde que nunca ¿no?
- ¿Y cómo fue?¿Qué te dijo?¿Qué le dijiste?- me bombardeó en cuanto paró de reír.
- Pues no tengo con quien compararlo así que supongo que bien.- le dije deseando no estar poniéndome colorada.
- ¿Y después? ¿Qué pasó? Cuenta muchacha, cuenta.- si tenía que ser curiosa mi amiga.
- Pues no mucho, entró la enfermera y de un momento a otro el salió, después de eso no lo vi por semanas, mi papá consiguió empleo aquí de vuelta y ya no lo vi desde entonces.- traté de no sonar decepcionada al contarlo.
- Bueno pero por lo menos puedes presumir que ese bombón que tienes como amor platónico te dio tu primer beso, no cualquiera.- me brindó una sonrisa cálida llena de comprensión.
En cuanto regresé a casa subí a mi cuarto a dormir y en cuanto cerré mis ojos no pude evitar recordar el rostro de Nicholas la última vez que lo vi, su rostro tan cerca del mío y su voz al decir que llevaba tiempo queriendo hacer aquello. Cuanto más pensaba en él, más triste me sentía al respecto, así que decidí bloquear todos mis pensamientos, recuerdos y sentimientos respecto a Nick.
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Perdón por la tardanza pero es que, debido a los exámenes y trabajos finales no he tenido tiempo de actualizar. En cuanto terminen espero poder actualizar más seguido.Instagram: priscila_guerra_
Muchas Gracias por seguirme leyendo babes!!
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Serás mío
RomanceEn cuanto su madre se contactó con una vieja amiga de la infancia, la vida de Layla dio un giro de 360°. Pues lo que al principio era sólo un amor platónico y el constante deseo de sentirse notada, terminó siendo el inicio de una etapa, por la cual...