31 de Diciembre 2022
No puedo creer lo lejos que hemos llegado, Diego y yo llevamos ya cuatro años y medio de novios y no sólo hemos crecido en edad, sino también profesional y personalmente. Él logró desempeñarse demasiado bien en la mayoría de las áreas legales, y hace poco le ofrecieron convertirse en socio del bufete en el que trabaja. Yo por mi parte logré entrar al Poder Judicial Federal, así que no es presumir pero puedo decir que lo estoy haciendo bastante bien.
- ¡Layla viniste!
- ¡Y miren quién viene conmigo chapulines!- en cuanto me hice a un lado, los pequeños se olvidaron por completo de mi y saltaron sobre mi madre.
Después de tanto tiempo me seguía pareciendo imposible que Sera y Lucas se hubieran convertido en parte de mi familia. Sera ya es toda una señorita con sus doce años casi recién cumplidos, mientras que Lucas por su parte ya era más alto que yo y contaba con una voz demasiado profunda en comparación de la que lo acompañaba en su infancia.
- Me parece que ya te cambiaron, amor- aparentemente no era la única que notaba como esos dos traidores me habían cambiado.
- No me importa, al fin y al cabo cuando ven a tus padres Alicia también pasa a plato de segunda mesa.
- ¡Te escuche Layla!
- ¡Ese era el punto madre!- le gritó sin separarme en lo más minímo de los brazos de Diego.
Me sentía completamente feliz con lo que me rodeaba, después de pasar meses asustada y buscando a Sera y a Lucas, hace cuatro años este mismo día recibí la sorpresa de enterarme de cómo los padres de Diego habían estado tramitando su adopción. Resulto ser que al ver a su hijo crecer, no querían quedarse solos, por lo que al ir a apoyar con ciertos recursos a la casa hogar y quedar completamente facinados con los pequeños, supieron que debían formar parte de su familia.
Desde entonces mi familia y la suya festejábamos las fiestas de año nuevo juntos, al principio con Diego y conmigo como novios solamente, pero este año todo cambió, esta vez la celebramos comprometidos y con un invitado más ya que Liza invitó a su novio, pero no nos quejamos, al fin y al cabo que la familia crezca es lo que mejor nos va.
- ¿Podemos hablar Layla?
- Claro que si Lucas- en cuanto salimos al patio, su expresión cambia y me pierdo más sobre lo que quiera decirme.
- Quería agradecerte por todo lo que hiciste y sigues haciendo por nosotros, digo con todo y tus horribles pero ricos postres, siempre estuviste ahí para nosotros. Eres como nuestra hermana mayor, y pues gracias, sólo quería decirte eso y que te amo.
- ¡Yo también te amo Lucas!- me jaló en cuanto le dije aquello, obviamente comprendía que para él era más profundo que se lo dijera sólo a él a decirsélo a su hermana y a él juntos.
Pero, ¿cómo es posible que después de tanto tiempo siga siendo una llorona? En lugar de yo abrazarlo a él, literalmente él me estaba sosteniendo. A pesar de que Lucas siempre había sido muy comunicativo, desde que paso por la pubertad y todo eso comenzó a alejarse de mí, y aunque ya no me lo decía mucho comprendía cuanto me quería. Pero oírlo decirmelo es diferente a comprenderlo, me siento más que abastecida de todo el amor que él y Sera me dan.
En cuanto nos soltamos y después de revolverme el cabello gracias a su altura, decidió entrar mientras yo me recuperaba de mis emociones, las cuales últimamente salían a la luz con más frecuencia.
- ¡Por cierto, ese novio que tu hermana espera, soy yo! ¡No te creas! Lo que si es una afirmación, es que todos ya sabemos que estas embarazada ni para que lo escondas.
- ¡Lucas!- con sonrojo y todo lo seguí adentrándome a la casa.- Sera más te vale que no me quieras robar a mi novio, practicámente ya es tu hermano señorita.
- Desafortunadamente- me mostró su lengua como si fuese una niña pequeña.
- Que pronto te dará un sobrino- gracias a Lucas todos los ojos se posaron en mi y eso abrió el tema de la noche.
Me encantaba mi familia y como lejos de hacer un gran problema con ello, comenzaron a especular sobre el sexo y el nombre que le pondríamos a nuestro bebé, hicieron apuestas y hasta comenzaron a inventar reglas rídiculas para ello. Mientras tanto Diego y yo sólo reíamos y disfutábamos de la familia que juntos habíamos conseguido.
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Niñas!!! ¡Muchísimas gracias por estar conmigo hasta el final de esta historia! El que la terminara me fue en parte gracias a ustedes y el apoyo que me dieron desde un principio. Espero y la disfrutaran tanto como yo, porque así como escribía para mi, también lo hacía con el fin de que les gustara a ustedes también.
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Serás mío
RomanceEn cuanto su madre se contactó con una vieja amiga de la infancia, la vida de Layla dio un giro de 360°. Pues lo que al principio era sólo un amor platónico y el constante deseo de sentirse notada, terminó siendo el inicio de una etapa, por la cual...