Año Nuevo.

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31 de Diciembre de 2013.

Ni un año había pasado y estábamos de regreso en casa de María. Según mi madre pasar año nuevo con su familia sería algo bueno, pero yo no lo veía así. No desde que llegamos y me enteré de que Nick tenía novia, y no cualquier novia, ella era alta, delgada y era hermosa. Su nombre era Jessica y tenía un sedoso cabello largo y negro, con unos ojos enormes ojos verdes y un gran sentido de la moda.

En los días que llevábamos aquí me la había pasado aburrida, no habíamos salido a ningún lado y por más que Jessica se empeñará en sacar plática, le salía el tiro por la culata, pues quisiera o no, se me terminaba saliendo algún comentario que la hacía quedar mal frente a los demás.

-Layla, más vale que seas agradable y dejes de comportarte como una malcriada- me reprimió en su susurro mi madre, mientras me apretaba fuertemente del brazo. Jessica había intentado sacarme plática mientras yo leía una revista en la sala. Lo que ella no sabía era que la revista era sobre mascotas, como cuidarlos, la manera en la que algunos eran maltratados por sus dueños y la manera de evitarlo. Así que en cuanto hizo algún comentario ridículo sobre que se le hacía feo un perrito que había sido fotografiado después de haber sido rescatado de su dueño, el cual lo había trasquilado, le había roto unas cuantas costillas y estaba apunto de calcinarlo, colmo mi paciencia y le dije unas cuantas cosas, según mi madre inapropiadas, está me sacó de la sala y me comenzó a regañar.

-Esta bien, pero deja de lastimarme- le susurré enojada. Me sentía como una chiflada, pero simplemente no podía entrar a esa casa y pretender que todo era agradable.

-No, Layla, no quiero uno de tus esta bien- me trató de arremedar y me comencé a reír, pues según yo, no hablaba como una niña pequeña con flemas.- No te rías, necesito que te comportes- me reprimió- Estamos en casa ajena y lo menos que podemos hacer, es comportarnos y no comenzar peleas con los demás- me miró con sus enormes ojos y entendí que estaba hablando enserio.

-Esta bien, te prometo que me comportare todo el tiempo que estemos aquí- le prometí y ambas sabíamos que una Blunt cumplía sus promesas.

Después de su regaño, ella regreso a la cocina y yo al cuarto en donde mi hermana y yo nos estábamos hospedando. Me dispuse a avanzar la tarea que me habían encargado, encendí mi laptop y encendí la música a todo volumen. No supe cuanto tiempo paso, pero no fue sino hasta que lo vi parado junto a la puerta, que noté que ya había oscurecido.

-¿No te has arreglado?- sentí su mirada enfocada en mi pantalón de mezclilla y mi hoodie negra.

-¿Arreglada para qué?- le pregunté al notar que en comparación de mí, él se había rasurado la poca barba que tenía y usaba traje, y sinceramente no se si era por el traje, pero definitivamente lucía ardiente de esa manera.

-Para cenar- me dijo obvio.- Hoy es la celebración de Año Nuevo- y ahí fue cuando me cayó el veinte. Gracias a que estábamos de vacaciones, no había visto el calendario ni mucho menos, a lo mucho sabía que llevábamos cerca de una semana aquí, pero nunca se me ocurrió pensar que hoy celebraríamos Año Nuevo.- Bueno no importa, ya es tarde, supongo que ya no tienes tiempo de cambiarte así que vamos que nos esperan- se hizo a un lado y me dejo pasar primero.

Lo primero que noté al bajar fue que milagrosamente Jessica no estaba y lo segundo fue que todos estaban vestidos formalmente, mientras yo me encontraba con mis jeans, una hoodie negra que al frente decía "She's a good girl" y al reverso "Good girls are Bad girls" , a lo cual nadie le veía sentido, ya que era de las mejores de la clase, le hacía caso a mis padres, no iba a fiestas y no tomaba alcohol o fumaba, ah y no olvidemos que traía puestos mis converse negras y ni hablar de mi peinado, ya que estaba todo desordenado.

La cena había pasado tranquila, habíamos cenado con historias de María y mi madre de cuando eran niñas, de como Mario y su esposa se habían conocido, entre otras cosas. Al final de la cena decidieron hacer un volado, para ver a quien le tocaría lavar los platos y con la buena suerte que tengo, en estos momentos me encontraba tratando de averiguar como se usaba el lavavajillas.

-¿Así que eres una chica mala eh?- me sobresalté al escuchar su voz.

-No, sólo es una canción de mi banda favorita- le dije no dignándome a voltear a ver sus hermosos ojos tornasol.

-¿Qué banda es?- me preguntó mientras se posicionaba a un lado mío y logrando poner a funcionar el electrodoméstico.

-5 Seconds of Summer, pero no creo que los conozcas hacen vídeos en Youtube- le dije restándole importancia.

Y antes de que siquiera alguno de los dos dijéramos algo, se escucharon gritos desde el comedor, contando en cuenta regresiva.

-Tres, dos- y en ese momento mi corazón comenzó a latir desenfrenadamente, mis mejillas se sintieron acaloradas y mis palmas comenzaron a sudar. Él me había besado en la mejilla y aunque hubiese sido por un microsegundo, me había sonrojado, no se sentía como cuando mi padre, abuelo, tíos, primos o amigos me han besado la mejilla, se sentía diferente y no se si fue por el hecho de que me gustaba o porque sus labios habían permanecido más de lo necesario en mi mejilla.- Feliz Año Nuevo pequeña Blunt- me dijo en un casi susurro muy cerca de mi oído, para después despeinarme el cabello e irse a la sala con los demás dejándome perpleja.

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Instagram: priscila_guerra_

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