♡2♡ A ESCONDIDAS

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Nota inicial:

Para dejar comentarios marca un párrafo por favor. Si los dejas sueltos al final se pierden y yo no los contesto. Escribo con mucho amor y me encanta ver todos sus comentarios al respecto.



Año 4.
10Ka, 50Ma.
Balgüim.


Frío.

Un frío horrible que congelaba hasta los huesos.

Mi cuerpo yacía tendido en una superficie húmeda y al enterrar mis dedos en ella descubrí que era tierra mojada. ¿Dónde estaba?

A mi nariz llegó olor putrefacto, muerte y miedo mezclados.

Abrí los ojos y me senté, contemplando con horror un campo de batalla en pleno apogeo. Vi a todos mis amigos batiéndose con criaturas de tres metros de estatura y empuñando armas de un acero diferente al que conocía: este brillaba y parecía cortar con el simple tacto.

Temblé.

《No, no. No puede estar pasando》

Negué varias veces mientras seguía presenciando lo que no quería presenciar.

Vi cómo algunos de ellos caían a tierra, heridos de muerte.

Me necesitaban.

Intenté levantarme pero resbalé en el charco que me rodeaba. Entonces levanté mis palmas ante mis ojos para percibir asqueada que no era agua lo que humedecía la tierra.

Sangre. Era sangre...

Sangre espesa y caliente, sangre recién derramada.

Volví hacer otro intento de levantarme, pero empecé a hundirme tal cual estuviera en arenas movedizas. Grité, pero mi garganta no emitía ningún sonido.

Entré en pánico.

Intenté tranquilizarme, tenía que hacerlo. Cerré los ojos en medio de todo el caos y tupí mis oídos para que el sonido de guerra no me perturbara más. A pesar del frío crudo e insoportable, traté de concentrarme en lo último que recordaba: Forian.

Abrí los ojos y lo busqué desesperada, pero no lo encontré entre los contendientes. Entonces el cielo gris empezó a tornarse rojo como el charco de sangre en el que estaba sentada. Una lluvia ácida empezó a caer, abriendo agujeros dolorosos en los cuerpos de mis amigos.

Yo seguía sin poder hacer nada. Todo ocurría ante mis atormentados ojos como una grotesca película que dejaría profundas secuelas.

La lluvia que caía frente a mí finalmente alcanzó mi posición, y al reaccionar con mi piel una luz cegadora me envolvió, destruyendo a los guerreros que quedaban en pie...

—¡FORIAN!

Me senté de golpe en la hamaca, sudando, y el corazón amenazando con salir del pecho.

—Khristen —Mi guardián se levantó del suelo y se acercó rápido a comprobar mi estado. Me apartó los cabellos de la cara y descansó su palma en mi frente—. Estás ardiendo.

—Oh por todos los clanes estás aquí —Lo abracé ignorando su sorpresa. Sentí la textura de una tela de gasa que se había enroscado, probablemente encontrada en el baúl de piedra—. Realmente estás aquí conmigo.

LEGENDARIOS2️⃣MIENTRAS TE LLEVO CONMIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora