LEGENDARIOS2️⃣MIENTRAS TE LLEVO CONMIGO

♤43♤LEYES DE JADRE

Año 9
10Ka, 50Ma.
Jadre.

La ley es una cosa curiosa. Existe para juzgar y establecer el orden, pero en muchos aspectos abusa de su alcance. Pero, ¿qué alcance sobre vidas ajenas puede tener una sentencia que dicte uno solo? Mucho, muchísimo en realidad. Y ese alcance radica en el poder que le ofrecen las personas, en la disposición de estas para someterse a la voluntad de otro.

Por eso es importante escoger con sumo cuidado ese que los demás permiten que dicte las sentencias.

Hace kiloaños mi abuelo Ukar emigró de Bajo Mundo con su grupo de pelirrojos; encontraron Jadre, se asentaron y el grupo lo escogió como su líder pues según cuentan los viejos escritos era respetado por todos. Él estuvo dispuesto a recibir miembros del clan Juno, emigrantes de Drianmhar, cuando estos pidieron asilo en las tierras cálidas del oeste. Él estuvo cuando la población siguió creciendo y se implementaron las primeres leyes de Jadre. Y por supuesto, estuvo cuando ocurrió el prodigio que la estrella Saol tocara los pies de nuestro mundo y su hijo, Kronok 'El Valiente' fuera el daynoniano que se atreviera a extraer su energía. Las leyes en ese entonces aumentaron, pues la basta energía que había entrado en Jadre necesitaba regulación. Los daynonianos siempre habían poseído la capacidad de extraer y transformar energía, pero nunca lo habían hecho con la estelar, nunca se habían sentido tan cerca del cielo.

Cuando Kronok fue nombrado rey y el Consejo Real contaba con fama en los cinco mundo, debieron implementarse las medidas morales y penas de muerte respecto al asunto del matrimonio. El porqué aún me es confuso, pero los escribas que me enseñaban sugirieron que tal vez se debiera a la cantidad de daynonianos que empezaron a mezclarse con miembros de otros clanes. Ya los niños no nacían pelirrojos, la mayoría ni siquiera tenía el poder Oserium en sus venas. Entonces los consejeros idryos más influyentes votaron a favor de leyes más rigurosas para las parejas de los que vivían en Jadre.

Uno de los escribas me contó que de generación en generación se ha pasado una anécdota sobre la mano derecha del rey Kronok, un idryo llamado Olasis, y su primogénito varón Lukt. Dicen que Olasis tenía prometido a Lukt, que hacía pocos años había perdido a su joven esposa en el parto de su único hijo —que nació muerto—, con la virgen hermana adolescente de la reina Korallie, Lady Kerisha, ya que la unión procuraría a sus herederos un lugar prominente en la corte por el resto de sus generaciones. Lukt no obstante, amaba en secreto a una de las hijas de los junos, con piel tostada de los tres soles y unos ojos violetas eléctricos. Pero la muchacha, además de poseer una belleza exótica era viuda; su esposo había muerto en la construcción de la prisión de Jadre "La Sombra" cuando un ladrillo le aplastó la cabeza.

Esto no era motivo de peso para el enamorado Lukt y una noche, la noche anterior al casamiento oficial de este con Lady Kerisha, el joven idryo y su amante juna hicieron que uno de los escribas los casara y se fugaron a Drianmhar. Para la mañana, no había novio para oficiar la ceremonia y Olasis, la mano del rey, quedó humillado y relegado de su cargo por no ser capaz de manejar a su propio hijo rebelde. Al escriba que los había casado le cortaron la cabeza.

Desde entonces, las leyes se recrudecieron y el que las viudas se les prohibiera tomar esposo a su antojo y se castigara el incumplimiento con muerte se hizo legal. Y así, en cada ocasión que un miembro prominente del Consejo se encontraba con una situación embarazosa o que iba en contra de sus intereses personales, reunía los votos necesarios para pregonar una ley que los beneficiara.

«Los pecadores deben pagar» era el lema antes de bajar la cuchilla de la guillotina, antes de apretar la cuerda en el cuello de la víctima, y antes de humillar públicamente con azotes y pedradas al condenado. Los pecadores «pagaban» según su pecado no solo con su vida, sino también con su reputación. Arruinaban a su familia el tiempo suficiente para que estos quedaran renegados por el pueblo, para que la Corte los eximiera de privilegios o títulos de nobleza hasta que la generación hubiese pasado a una nueva.