Año 4.
10Ka, 50Ma.
Balgüim.—Son las cinco de la tarde —anunció Forian poniéndose de pie y sacudiéndose las manos.
Me había costado asimilar todo lo que ocultaba la oscuridad del mundo Balgüim, pero después de unos minutos ya estaba lista para tomar un camino. Tosiendo, miré a mi guardián confundida. El cielo presentaba una noche permanente, ¿cómo iban ha ser las cinco de la tarde?
—¿También tienes la capacidad de detectar el tiempo en un mundejo negro por completo, eh? —Tomé la mano que me extendía para ponerme de pie.
Él también había empezado a toser desde el mismísimo momento que caímos sobre las raíces del árbol.
—Los destroyadores tenemos sentidos muy desarrollados. Y sí, sean las cinco, las doce o las tres, aquí siempre habrá oscuridad.
—Odio este mundo —crepité con mi garganta buscando la forma de aliviarla y parar la tos.
—Escucha Khristen —Forian apoyó una mano sobre mi hombro. Sus ojos seguían con esa sombra previsora, al color verde casi transparente lo había suplantado uno opaco—. Debes olvidar todo lo que creas saber sobre el Clan Oscuro y su mundo. Los libros de la Academia no contienen ni el principio de lo que en verdad representan.
—Yo... no creo que puedas asustarme más de lo que estoy —Bajé la mirada ignorando la tos que seguía en intervalos cortos.
Ya tenía una probada de lo escalofriante que eran sus descendientes, así que no me cabía ninguna duda de lo despiadados que podrían llegar a ser los verdaderos Legendarios: Legendarios que querían matarme, que llevaban años planificando su victoria, que estaban buscándome sin descanso.
—No pretendo asustarte, sino alertarte. Khris mírame —Forian levantó mi mentón haciendo que me fijara otra vez en aquellos ojos rasgados que seguían siendo hermosos a pesar de la cautela que los envolvía—. Debemos salir rápido de aquí, yo intentaré protegerte con mi vida, pero este clima reduce considerablemente mis habilidades y frente a un grupo de soldados oscuros no podré hacer mucho —confesó carraspeando su propia garganta.
—Abrir el portal me consumió demasiadas energías, no estoy segura de poder hacerlo de nuevo.
—Lo sé. Por eso buscaremos una vía natural.
—¿Vía natural?
—En clase debiste aprender princesa, que los primeros agujeros negros se formaron en Irlendia de manera natural luego de la explosión de la estrella. Así saltaron los Legendarios a la Tierra.
—Pero esos agujeros negros desaparecieron al estallar la Guerra Roja. Todos lo saben.
—No necesariamente...
—¿Osea que aún existen? —pregunté atónita.
Él suspiró.
—Son escasos, además que desaparecen a los pocos segundos de formarse. El Clan Daynon en estos últimos kiloaños ha usado con más vehemencia la energía Oserium a fin de mantenerse fuerte en medio de la guerra. Esto provocó que los gases a través de la atmósfera en los cinco mundos fueran imperceptibles y como consecuencia débiles. No obstante, hay posibilidades, aunque mínimas, que podamos usar alguno que nos transporte a Jadre.
—¿Tú puedes encontrarlos? —quise saber después que recuperé el control de mi voz.
Seriamente esa tos iba a dejarnos severos estragos a ambos.
—Haré mi mayor esfuerzo. Ser el Alfa de la manada debe tener sus ventajas, ¿no?
Sonreí por la alusión, que Forian fuera el Alfa mejoraba considerablemente nuestro balance. Luego recordé cómo lo había ocultado desde que nos conocimos.
ESTÁS LEYENDO
LEGENDARIOS2️⃣MIENTRAS TE LLEVO CONMIGO
Fantasy2️⃣ ⚜SEGUNDO LIBRO DE LA SAGA LEGENDARIOS⚜ ⛔⛔⛔Prohibido leer sin haber terminado "Mientras te Observo", primera novela de la saga. Obra protegida por los derechos de COPYRIGHT✅ y registrada en SafeCreative bajo licencia 2109153964998