Por recomendación de Joaquín, tomé las primeras vacaciones en años y no quise ni imaginar las habladurías en la empresa por la repentina decisión, pero en aquel momento era más importante resolver todo el desastre que pasaba en mi vida.
-¿Qué sabemos sobre el niño? -preguntó Edward, mi mejor amigo y abogado al que llamé para pedir asesoría legal con todo esto.
En el momento que lo recibí, una sonrisa estúpida se dibujó en su rostro al verme con Tadeo en los hombros mientras se comía mi oreja. Solo así conseguí calmarlo, estuvo llorando un buen rato y ni siquiera devorar el control del TV fue de ayuda. Mi amigo negó con la cabeza al entrar y dejó caer su robusta anatomía sobre el sofá de cuero en el salón .
-Lo que sé es que parece ser mío -respondí y Edward se soltó a reír.
-Me dijiste que necesitas ayuda legal, ¿qué quieres? ¿Darle tu apellido? ¿Fijar manutención? ¿Solicitar custodia o qué?
-Lo primero que quiero es saber: ¿Dónde están sus madres?
-¿Madres? ¿Cómo que madres? No es así como funciona, si lo sabes, ¿cierto?
-Cierra la boca, idiota. Escucha, según su acta de nacimiento es así.
-Espera, no me digas que te lo dejaron en una canasta con una carta diciendo: "Tobías toma a tu hijo", firma: "la desconocida que te cogiste".
Reí a carcajadas solo de imaginarlo, él también; de hecho, se mordía un puño para tratar de calmarse, una extraña costumbre que el barbudo ante mí tenía de toda la vida.
-Pero ya, fuera broma, Tobías. ¿No se supone que guardaste las balas del cañón bajo llave y luego la tiraste? -Eso me hizo reír otra vez, entonces él continuó-: Porque yo recuerdo el junte postoperatorio donde todos nos turnamos para molestarte.
Volví a reír por recordar las estupideces de mis amigos cuando se aparecieron en casa, la segunda noche; cargados con cervezas, documentales sobre esterilización de distintos animales y un cartel enorme que al desdoblarlo, parecía que los testículos se separaban del dibujo de un hombre con mi foto como cara.
Los muy desgraciados, incluso me colocaban una botella helada en la entrepierna cada vez que mostraba alguna señal de dolor y decían idioteces como: "¡Agárrense que ya se le paró!".
Imbéciles.
-Ed, así fue, pero metí la pata y tuve sexo sin protección antes de cumplirse los tres meses que Sebas advirtió.
-¡Oh! Bueno, entonces admites que hay posibilidad.
Asentí en silencio.
Uno porciento de probabilidad existe de un embarazo post vasectomía, según me explicó Sebas la noche anterior cuando lo llamé desesperado; solo uno y el niño en mis hombros, junto a la carta de su madre, decían que debí jugar a la lotería ya que mi suerte era asombrosa. Bajé a Tadeo al suelo, de inmediato atacó a un cojín, eso me provocó una sonrisa.
-Escucha, Tob -Ed volvió a llamarme y devolví la atención a él-. Puedes someterte a una prueba de paternidad para corroborar que sea tu hijo.
-Bien, lo haré, pero necesito encontrar a Odalys.
El risueño rostro de Ed cambió en segundos, abrió la boca, pasmado y yo solo me encogí de hombros.
-¿Tu ex esposa? Tobías, ¿qué tiene que ver ella en todo esto?
-Ella es la madre biológica.
-Espera, Tob, ustedes se divorciaron hace más de seis años... -La incredulidad en el tono que empleó era evidente también en su rostro, me veía como si yo hubiese enloquecido y solo procedí a corregirlo:
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No te esperaba || ¡YA EN FÍSICO!
UmorEl señor Wolf no cree en el amor. Eso es para pobres diablos, suele decir. El señor Wolf solo ama el dinero y fraterniza con el trabajo. A sus treinta y cinco años está a punto de convertirse en socio de la segunda constructora más importante en el...