Había oscurecido ya cuando hicimos nuestra invocación ante un agujero de seis metros de largo, junto al depósito de la fosa séptica. Era un depósito de color amarillo chillón y en un lado tenía una cara sonriente y unas letras rojas que decían: «FELICES VERTIDOS S.A.» En el cielo, había luna llena. Aquello me hizo pensar en mi padre. Esperaba que tuviera poción matalobos. No estaba segura de como podía conseguirla ahora que Snape ya no se la preparaba. Las nubes plateadas se deslizaban perezosamente por el cielo.
—Minos ya debería estar aquí —dijo Nico, frunciendo el ceño—. Es noche cerrada.
—Quizá se ha perdido —dijo Percy
Eso estaría bien, fue lo que pensé solo por lo que sabía de Minos. Nico empezó a derramar cerveza de raíces y arrojó carne asada en el interior de la fosa; luego entonó un cántico en griego antiguo. Los grillos enmudecieron en el acto.
—Dile que pare —susurró Tyson.
Una parte de mí sentía lo mismo. Aquello era antinatural. El aire de la noche se había vuelto gélido y amenazador. Aquella sensación me recordó un poco a la de los dementores. Admito que me estremecí ligeramente al acordarme de ellos y de aquella noche junto al lago con Sirius, Harry y Hermione. Pero, antes de que pudiera decir nada, comparecieron los primeros espíritus. Surgió de la tierra una niebla sulfurosa y las sombras se espesaron y adoptaron formas humanas. Una silueta azul se deslizó hasta el borde de la fosa y se arrodilló para beber.
—¡Detenlo! —exclamó Nico, interrumpiendo por un instante su cántico—. ¡Sólo Bianca puede beber!
Percy saco a Contracorriente, su espada. A la vista del bronce celestial, los fantasmas se batieron en retirada con un silbido unánime. Pero ya era tarde para detener al primer espíritu, que había cobrado la forma de un hombre barbado con túnica blanca. Llevaba una diadema de oro en la frente; sus ojos, aunque estuvieran muertos, adquirían vida de pura malicia.
—¡Minos! —dijo Nico—. ¿Qué estás haciendo?
—Disculpadme, amo —respondió el fantasma, aunque no parecía muy apenado—. El sacrificio olía tan bien que no he podido resistirlo —Se miró las manos y sonrió—. Es agradable poder verme a mí mismo de nuevo. Casi con formas sólidas...
—¡Estás perturbando el ritual! —protestó Nico.
Los espíritus de los muertos empezaron a cobrar un brillo de peligrosa intensidad y Nico se vio obligado a reanudar el cántico para mantenerlos a raya.
—Sí, muy bien, amo —comentó Minos, divertido—. Seguid cantando. Yo sólo he venido a protegeros de estos mentirosos que os acabarían engañando. Percy Jackson... vaya, vaya. Los hijos de Poseidón no han mejorado mucho a lo largo de los siglos, ¿no es cierto?
Supe que estaba pensando en Teseo, otro hijo de Poseidon, alguien que también había entrado al laberinto y además matado al minotauro, igual que Percy curiosamente. No había estado cuando Percy había llegado al campamento por primera vez, pero era imposible no conocer la historia. Aunque Teseo había hecho ambas cosas a la vez, pues en aquel momento, el minotauro estaba en el laberinto.
—Buscamos a Bianca di Angelo —le dijo Percy—. Lárgate.
El fantasma rió entre dientes.
—Tengo entendido que una vez mataste a mi Minotauro con las manos desnudas. Pero te aguardan cosas peores en el laberinto. ¿De veras crees que Dédalo va a ayudarte?
Los demás espíritus se removían, inquietos. Annabeth sacó su cuchillo, yo saqué mi espada y ayudamos a Percy a mantenerlos alejados de la fosa. Grover estaba tan nervioso que se agarró del hombro de Tyson.
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HOPE: LABERINTOS Y TORNEOS. (III)
FanfictionTercera parte de HOPE: LA UNIÓN ENTRE DOS MUNDOS que narra los hechos de La batalla del laberinto y El cáliz de fuego desde el punto de vista de nuestra protagonista, Hope Lupin. [ PRÓXIMAMENTE EN EDICIÓN ]