Me levanté tarde el veintiséis de diciembre, todos lo hicimos. La sala común de Gryffindor se encontraba más silenciosa de lo que había estado últimamente, y muchos bostezos salpicaban las desganadas conversaciones. El pelo de Hermione volvía a estar tan enmarañado como siempre, y ella confesó que había empleado grandes cantidades de poción alisadora; «pero es demasiado lío para hacerlo todos los días», añadió con sensatez mientras rascaba detrás de las orejas a Crookshanks, que ronroneaba.
Ron y Hermione parecían haber llegado al acuerdo de no tocar más el tema de su disputa. Volvían a ser muy amables el uno con el otro, aunque algo formales, y un poco raros. Ron y Harry nos pusieron al tanto de la conversación entre Madame Maxime y Hagrid, pero no fue tan sorprendente la noticia de que Hagrid era un semigigante.
—Lo imaginaba —dije—. No podía ser tan enorme así porque si.
—Tienes razón —dijo Hermione encogiéndose de hombros—. Sabía que no podía ser un gigante puro, porque miden unos siete metros de altura. Pero, la verdad, esa histeria con los gigantes... No creo que todos sean tan horribles. Son los mismos prejuicios que tiene la gente contra los hombres lobo. No es más que intolerancia, ¿verdad?
Daba la impresión de que a Ron le hubiera gustado dar una respuesta mordaz, pero tal vez no quería empezar otra discusión, porque se contentó con negar con la cabeza cuando Hermione no lo veía. Yo también me resistí a discutirlo, no era lo mismo. Los hombres lobo no eran monstruos, solo personas con un problema, al contrario que los gigantes. No por eso iba a considerar a Hagrid malo o un monstruo, claro.
Había llegado el momento de enfrentar los deberes que habíamos dejado de lado durante la primera semana de vacaciones. Por suerte, esto me ofreció una excusa para evitar a George, sin sentirme demasiado culpable por un tiempo. No quería, pero no podía evitarlo. De repente, me sentía rara a su alrededor; la cercanía me ponía nerviosa y me hacía ruborizarme. Solo me atreví a compartirlo con Hermione una vez que estábamos solas en el dormitorio.
—¿Por qué no admites que te gusta George? —me preguntó Hermione con una sonrisa traviesa.
—¿Qué? —exclamé, elevando un poco el tono—. No me gusta... creo... no estoy segura...
Hermione me miró, alzando una ceja en señal de escepticismo.
—No hay nada de malo en que te guste alguien —dijo.
—Lo sé... pero... —no se me ocurrió nada que rebatir.
—Hope, ¿qué está pasando? —preguntó Hermione, con curiosidad genuina.
—Yo... está bien, mira, en caso de que sí me gustara, ¿qué se supone que debo hacer? —dije, sintiéndome un poco perdida.
—No tengo la respuesta, depende de ti —respondió Hermione—. Podrías decírselo.
—¡No! —exclamé rápidamente—. No, no puedo... simplemente no.
—Hope, no sé qué quieres que te diga...
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HOPE: LABERINTOS Y TORNEOS. (III)
ФанфикTercera parte de HOPE: LA UNIÓN ENTRE DOS MUNDOS que narra los hechos de La batalla del laberinto y El cáliz de fuego desde el punto de vista de nuestra protagonista, Hope Lupin. [ PRÓXIMAMENTE EN EDICIÓN ]