Una de las consecuencias de la prueba fue que después todo el mundo estaba deseando conocer los detalles de lo ocurrido bajo el agua, lo que supuso que por una vez Ron compartiera el protagonismo con Harry. Aunque me pareció que la versión que Ron daba de los hechos cambiaba sutilmente cada vez que los contaba. Al principio dijo lo que parecía ser más o menos la verdad; por lo menos, coincidía con la versión de Hermione: Dumbledore había reunido en el despacho de la profesora McGonagall a todos los futuros rehenes y, después de asegurarles que no les pasaría nada y que despertarían al salir del agua, los había dormido mediante un hechizo.
Una semana después, sin embargo, Ron contaba un emocionante relato de secuestro en el que se enfrentaba él solo a cincuenta tritones armados hasta los dientes, que habían tenido que reducirlo antes de poder atarlo. Y yo tenía que ocultar la risa cada vez que lo contaba
—Pero yo tenía la varita oculta en la manga —le aseguraba a Padma—. Si hubiera querido, podría haber raptado yo a esos atontados.
—¿Cuándo los ibas a raptar? ¿Mientras se mondaban de risa? —le preguntó Hermione mordazmente. Estaba muy irritable porque le tomaban mucho el pelo a propósito de que fuera ella la persona a la que Viktor Krum más valoraba.
Ron enrojeció hasta las orejas, y en adelante retomó la primera versión de los hechos.
Había empezado marzo, y el tiempo se hizo más seco, pero un viento terrible parecía despellejarnos manos y cara cada vez que salíamos del castillo. La verdad es que Ron y yo apenas nos dimos cuenta de que cumplimos los quince años (los cumplíamos con cuatro días de diferencia, el uno y el cinco), a pesar de que recibí como el año pasado un buen lote de regalos de mi abuelo.
Había retrasos en el correo porque el viento desviaba a las lechuzas del camino. La lechuza parda que Harry había enviado a Sirius con la fecha del permiso para ir a Hogsmeade volvió el viernes por la mañana a la hora del desayuno con la mitad de las plumas revueltas. En cuanto Harry le desprendió la carta de Sirius se escapó, temiendo que la enviaran otra vez.
La carta de Sirius era casi tan corta como la anterior:
Id al paso de la cerca que hay al final de la carretera que sale de Hogsmeade (más allá de Dervish y Banges) el sábado a las dos en punto de la tarde. Llevad toda la comida que podáis.
Nos miramos.
—¡No habrá vuelto a Hogsmeade! —exclamó Ron, sorprendido.
—Eso parece —observó Hermione.
—No puedo creerlo —dijo Harry muy preocupado—. Si lo cogen...
—Hasta ahora no lo han conseguido —le recordó Ron—. Y el lugar ya no está lleno de dementores.
—¿Toda la comida que podamos? —dije
Aunque pensándolo mejor más tarde más tarde mientras bajábamos a las mazmorras para la clase doble de pociones, no se tenía que comer bien si vivías huyendo y escondiéndote.
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HOPE: LABERINTOS Y TORNEOS. (III)
FanficTercera parte de HOPE: LA UNIÓN ENTRE DOS MUNDOS que narra los hechos de La batalla del laberinto y El cáliz de fuego desde el punto de vista de nuestra protagonista, Hope Lupin. [ PRÓXIMAMENTE EN EDICIÓN ]