30. La elección del cáliz

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—¡No me lo puedo creer!—exclamó Ron asombrado cuando los alumnos de Hogwarts, formados en fila, volvíamos a subir la escalinata tras la comitiva de Durmstrang—

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—¡No me lo puedo creer!—exclamó Ron asombrado cuando los alumnos de Hogwarts, formados en fila, volvíamos a subir la escalinata tras la comitiva de Durmstrang—. ¡Krum, Harry! ¡Es Viktor Krum!

—¡Ron, por Dios, no es más que un jugador de quidditch! —dijo Hermione.

—Gracias por decirlo, Hermione —dije, totalmente en serio, ya que Ron no era el único en mostrarse tan emocionado.

—¿Nada más que un jugador de quidditch? —repitió Ron, mirándola como si no pudiera dar crédito a sus oídos—. ¡Es uno de los mejores buscadores del mundo! ¡Nunca me hubiera imaginado que aún fuera al colegio!

—¿No dijiste que era muy joven? ¿Cómo de unos dieciocho años? —dije—. No debería ser tan extraño entonces.

Cuando volvíamos a cruzar el vestíbulo con el resto de los estudiantes de Hogwarts, de camino al Gran Comedor, vi a Lee dando saltos en vertical para poder distinguir la nuca de Krum. Unas chicas de sexto revolvían en sus bolsillos mientras caminaban.

—¡Ah, es increíble, no llevo ni una simple pluma! ¿Crees que accedería a firmarme un autógrafo en el sombrero con mi lápiz de labios?

Reí incrédula.

—¡Pero bueno! —bufó Hermione muy altanera al adelantar a las chicas, que habían empezado a pelearse por el lápiz de labios.

—Voy a intentar conseguir su autógrafo —dijo Ron—. No llevarás una pluma, ¿verdad, Harry?

—Las dejé todas en la mochila —contestó Harry.

Nos dirigimos a la mesa de Gryffindor. Ron puso mucho interés en sentarse orientado hacia la puerta de entrada, porque Krum y sus compañeros de Durmstrang seguían amontonados junto a ella sin saber dónde sentarse. Los alumnos de Beauxbatons se habían puesto en la mesa de Ravenclaw y observaban el Gran Comedor con expresión crítica. Tres de ellos se sujetaban aún bufandas o chales en torno a la cabeza.

—No hace tanto frío —dijo Hermione, molesta—. ¿Por qué no han traído capa?

—He leído que Beauxbatons está al sur de Francia, claramente tiene un clima más cálido que aquí —dije—. Puede que no tengan, o no pensaron en el frío que iba a hacer.

—¡Aquí! ¡Ven a sentarte aquí! —decía Ron entre dientes—. ¡Aquí! Hermione, hazte a un lado para hacerle sitio...

—¿Qué?

—Demasiado tarde —se lamentó Ron con amargura.

Viktor Krum y sus compañeros de Durmstrang se habían colocado en la mesa de Slytherin. Vi que Malfoy, Crabbe y Goyle parecían muy ufanos por este hecho. Malfoy se inclinaba un poco para dirigirse a Krum.

—Sí, muy bien, hazle la pelota, Malfoy —dijo Ron de forma mordaz—. Apuesto algo a que Krum no tarda en calarte... Seguro que tiene montones de gente lisonjeándolo todo el día... ¿Dónde creéis que dormirán? Podríamos hacerle sitio en nuestro dormitorio, Harry... No me importaría dejarle mi cama: yo puedo dormir en una plegable.

HOPE: LABERINTOS Y TORNEOS. (III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora