●~Caught Up~● [EN EDICIÓN]

Capítulo 25

Suwon, Corea del sur.
01 Enero de 1995.

La esencia de víspera navideña aún era perceptible en las calles de la ciudad. Los negocios mantenían sus pequeñas luces coloridas sobre los cristales de los aparadores. El viento helado soplaba con intensidad debajo de un cielo grisáceo. La gente iba y venía, transportando compras y alimentos debido a la escaces de la época.

El día transcurría como siempre solía hacerlo. Al mismo tiempo que los vendedores atendían sus negocios, una mujer con aspecto desaliñado recorría las calles cubiertas por una ligera capa de nieve. Calzaba tacones negros de punta redonda, una falda que llegaba poco más abajo de sus rodillas y una camisa de botones cubierta de un delgado suéter de lana.

Con cierta dificultad llevaba un par de recién nacidas entre sus brazos. Una sola manta las cubría de frío, pero ninguna de estas características parecía llamar la atención de la gente que circulaba por aquella zona. La mujer decidió dar vuelta en una esquina y continuar su camino sin detenerse. Debajo de sus ojos podían verse reflejadas grandes ojeras que delataban su estado de salud.

"Orfanato Hyowon-ro"

—¿En qué puedo ayudarle?— la mujer que atendía la recepción se dirigió hacia la persona que acababa de entrar.

—Quisiera dar en adopción a mis bebés...— respondió con un hilo de voz poco perceptible.

—¿Se encuentra bien señora?— cuestionó algo preocupada después de observar el pálido rostro de la mujer.

—No me queda mucho tiempo... Por favor, necesito que alguien cuide de ellas...— insistió cada vez con menos fuerza.

—Está bien, pero primero necesito saber su nombre— se levantó de la silla mientras tomaba el altavoz del teléfono para marcar un número.

—Mi nombre no importa... El de ellas debe saberlo primero, son Yeong __________ y Yeong Yoo-mi...— parecía que estaba apunto de desmayarse.

—De acuerdo... Hyo encárgate de las niñas— dijo la recepcionista a una de las cuidadoras del orfanato al mismo tiempo que colgaba el teléfono.

La recepcionista rodeó la mesa de madera hasta encontrarse del otro lado. Tomó ambas bebés con cuidado y después se las entregó a la persona encargada que había llamado anteriormente. Tan rápido tuvo sus manos libres otra vez, se acercó hasta la pálida mujer para ayudarla a tomar asiento en una de las sillas del lugar.

—¿Quiere que llame a un doctor señora? ¿Cuál es su estado de salud actualmente?—preguntó al mismo tiempo que otro par de trabajadoras se detenían a observar la escena.

—No es necesario, gracias... Lo único que deseo es que ellas estén a salvo, no me queda mucho tiempo...—repitió.

—Espere aquí un momento, debo hacer una llamada...— indicó la recepcionista antes de marcharse de nuevo a su escritorio.

Levantó la bocina del teléfono y comenzó a girar el dial hasta conseguir los dígitos correctos.

—Necesito apoyo de emergencia, hablo del orfanato Hyowon-ro... Una mujer que acaba de llegar parece no encontrarse en muy buenas condiciones...—

Apenas había terminado de pronunciar aquellas palabras, la mujer que se encontraba sentada sobre la silla de madera, comenzó a toser de manera agresiva hasta expulsar sangre de su boca. Perdió el equilibrio en cuestión de segundos y cayó hacia el suelo sin dejar de derramar sangre.