Capítulo 31

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Narra Myeong:

Sabía que no me quedaba mucho tiempo en ese departamento. No existe un lugar seguro en el mundo para mí. No después de todo lo que he visto y vivido. De alguna manera siempre supe que tendría que vivir el resto de mis días huyendo, escapando de quién realmente soy...

En cuanto llamaron a la puerta de la oficial Gyeom estaba segura de que se trataba de ellos. Me coloqué la ropa lo más rápido posible y heché a un vistazo a toda la habitación, tratando de encontrar algún escondite o salida. Era evidente que no me quedaba otra opción.

A medida que los golpes en la puerta principal se hacían más intensos, los latidos de mi corazón aumentaban su velocidad peligrosamente. Caminé hasta la ventana donde había un balcón y miré hacia abajo para comprobar la altura del piso.

Una sensación de vértigo invadió mi estómago y al mismo tiempo, una descarga de adrenalina recorrió mis venas. Aún no estaba muy segura de poder realizar movimientos bruscos, pues mi herida podría volver a abrirse. Pero tenía que correr aquel riesgo para evitar ser asesinada.

El vecino del piso de abajo contaba con un balcón similar, pronto comprobé que además había otros cuatro seguidos. Sin pensarlo dos veces, pasé una pierna del otro lado del barandal y me giré con un poco de dificultad hasta quedar de espaldas al vacío. Tragué un poco de saliva antes de dejar caer mi peso por completo.

En ese mismo momento escuché la puerta del departamento abrirse de golpe, y fue mi señal para saltar. Aferré amabas manos a los barrotes de metal mientras mi cuerpo se balanceaba un poco sobre el aire. Hice un gran esfuerzo por que mis pies tocaran el barandal del balcón de abajo, y una vez que encontré soporte, bajé nuevamente sintiendo como el peso de la gravedad comenzaba a hacer presión sobre mi herida.

Sin embargo, tuve que repetir la misma hazaña cuatro veces más. Entonces supe que ya no me quedaban más balcones para descender. Tenía que terminar de bajar en un sólo salto... Por suerte la altura ya no era demasiada, y entre quejidos y un poco de lágrimas llenas de dolor, llegué hasta el suelo de la calle.

Corrí hasta la avenida más cercana para perderme entre la gente. No tenía idea de hacia dónde debía dirigirme, tampoco sabía si podría sobrevivir por mucho tiempo en este estado. Mientras caminaba con paso apurado, precioné mi herida con una de mis manos, y al dedicar un vistazo hacia abajo, noté que un par de manchas de sangre volvían a hacerse presentes.

[...]

Narra Ryu:

—¿Entonces es cierto lo que decías?— preguntó el director frente a la mesa del interrogatorio.

Lo miré un par de segundos sin comprender a qué se refería.

—Puedes parecer más inteligente de lo que realmente aparentas Ryu... —me apuntó levemente.

—No tengo idea de qué habla...— respondí con tono cortante.

—La oficial Gyeom y aquel joven Kyeong parecen estar limpios... Realmente no tenemos idea de dónde puede encontrarse Myeong... Aunque tampoco voy a creérmelo así de fácil, aún cabe la posibilidad de que todos ustedes hayan planeado muy bien dónde esconderla...—

—Entonces sigan buscando...— reté.

—Y lo haremos... Pero aún recuerdo muy bien la parte de mi trato... Y dije que te liberaría si me decías la verdad...— se puso de pie.

Mantuve mi vista fija en él.

—Podré ser todo lo corrupto que quieras... Pero aún sé cumplir mis promesas... Y es evidente que no quiero que todos empiecen a sospechar por tener a uno de mis mejores oficiales bajo interrogatorio por tanto tiempo...— continuó.

●~Caught Up~● [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora