Capítulo 38

46 1 0
                                    

Perdí la noción de la vestimenta que usaba. No me importaba si llegaba a descoser la tela. Y aunque los tacones fueran la peor de las opciones durante una persecución, mantuve mi cuerpo firme esquivando a los guardias del edificio.
Lo primero que hice fue dirigirme hasta las escaleras. Nadie tenía tiempo de pensar que el elevador podría salvarte en estos momentos.

A pesar de que mi respiración se encontrara agitada, aún conservaba la energía suficiente para escapar. Al mismo tiempo, fui consciente de percibir los latidos de mi corazón chocar agresivamente contra mi pecho. No había nada más en lo que mi cerebro pudiera enfocarse instintivamente; mi prioridad era mantenerme con vida.

Mientras llegaba al piso de abajo, observé a cuatro hombres de traje negro detenerse en seco delante de las escaleras. Se trataba de una red para bloquearme el paso. Supe que era momento de retroceder unos cuantos metros para tomar vuelo. Incrementé la fuerza y velocidad de mis pasos hasta patear justo en el abdomen a uno de ellos. De esa manera pude abrirme paso para alejarme lo suficiente.

Sin embargo, acababa de sentir un tirón en mi brazo derecho que me hizo detener repentinamente. Giré hábilmente para golpear con mi codo izquierdo justo en el agarre. Con otro movimiento brusco, logré sujetar de ambas manos al hombre que me había detenido y lo volteé de espaldas provocándole una lesión en ambas muñecas.

Lo solté después de asegurarme que lo tenía controlado y continué corriendo a la misma velocidad de antes. Las escaleras abajo parecían tornarse infinitas a medida que avanzaba. Había perdido la cuenta de cuántos pisos acababa de descender, y todos esos sujetos seguían saltando en mi dirección. Empezaba a fatigarme de tener que golpear a cada uno de ellos.

Tuve que deshacerme de mis zapatos cuando un hombre de Kim se acercaba apuntándome con su arma. Sujeté con fuerza uno de los zapatos, cuando se había acercado lo suficiente, usé el filo del tacón para noquearlo. Justo ahora me arrepentía de no haber pensado en traer una pistola conmigo. Por suerte aún contaba con la astucia suficiente para seguirles dando pelea.

Mis ojos buscaron en todas direcciones. Finalmente me hallaba en el último piso, la salida estaba a tan sólo unos pasos de distancia. Pero nada iba a resultarme tan sencillo. Afuera del edificio me esperaban más sujetos armados. Quize encontrar otra manera de escapar, pero los anteriores guardias que me venían persiguiendo desde los pisos de arriba, se hallaban bastante cerca de mi posición actual. Estaba siendo acorralada por cada uno de ellos. Mi pecho se movía aceleradamente de arriba a abajo. No podía resignarme tan rápido y aceptar que este era mi fin.

Tensé mi mandíbula mientras tragaba algo de saliva. Entonces sentí nuevamente el agarre de alguien en uno de mis antebrazos. Estuve a punto de soltarle un golpe para liberarme, pero mis ojos lograron reconocer el rostro de aquella persona justo a tiempo.

—Ven conmigo —dijo en voz baja.

Ni siquiera me dio tiempo de reaccionar cuando sentí el tirón en mi brazo nuevamente. Me llevaba en otra dirección, al parecer él conocía una salida distinta.

—Creí que no querías volverme a ver —comenté asombrada mientras corría a su lado.

—Resolvamos eso en otro momento —respondió con ironía.

Una especie de compasión recorrió mi cuerpo. Me sentía agradecida de saber que aún contaba con el apoyo de Ryu. Tenía razón respecto a que él no podía llegar a ser tan idiota después de todo. Además, logré sentirme protegida durante el corto trayecto, y al dar vuelta en una esquina divisé frente a nosotros una pequeña puerta metálica. Arriba de la misma indicaba en un letrero que se trataba de una salida de emergencia.

●~Caught Up~● [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora