𝟬𝟬𝟮. 𝗋𝖾𝖾𝗇𝖼𝗎𝖾𝗇𝗍𝗋𝗈

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CAPÍTULO DOS

Las llaves giraron en la cerradura y al instante el calor de la fogata me arropó y calmó el frío de mi cuerpo. Entré lo más rápido que pude y cerré la puerta para alejar el frío de mí.

Dejé las llaves, cansada, sobre una pequeña mesilla localizada en el pequeño pasillo de la entrada y caminé con pereza hasta el salón. Mis planes ahora eran cambiarme y tirarme al sofá, pero solo había un problema, y es que ese sofá estaba ocupado.

— ¡No corre hermano! — exclama Kylian y el brasileño se ríe a su lado mirando con atención a la gran pantalla que tenían enfrente de sus narices.

— ¿Hola? — hablé llamando la atención de ambos.

Pusieron el juego en pausa y el francés se levantó a darme un abrazo, depositó de paso un beso en mi frente y entonces fue cuando dirigió la mirada a su amigo. Neymar.

Él y yo nos estábamos mirando, su mirada era intensa y profunda, la mía era confusa y vergonzosa. Como siempre nada parecido. Hacía mucho que no le veía, normalmente cuando venía se iba antes de que yo llegara, pero este no había sido el caso y tenerle de nuevo enfrente era un gran mazazo.

  No era capaz de decir las primeras palabras yo, habitualmente cuando venía a casa siempre se iba antes de que yo llegara así que verle fue algo que no pasó hace mucho tiempo y por lo consiguiente me sentía avergonzada. Su mirada me intimidaba.

— Hola, Mia — su rostro era serio, con una expresión neutra que no mostraba ningún tipo de emoción. Es más, se podría decir que parecía aburrido y decepcionado de que estuviera allí junto a él.

— Hola Ney...— rápidamente completé su nombre con nervios. — ...mar, Neymar.

El francés viendo mi incomodidad dijo que fuera arriba a cambiarme, yo sabía que además eso era para hablar con él. Yo no podía estar encerrada en mi habitación y con él paseando por mi casa iba a ser imposible que fuera algo sencillo.

Subí rápidamente las escaleras sin mirar atrás, noté las dos miradas de los chicos sobre mí hasta que empezaron a hablar entre ellos. No entendía la conversación sinceramente, estaban más lejos y hablaban bajo.

NEYMAR

   No me esperaba para nada que volviera tan rápido, siempre solía llegar más tarde y es por eso que yo seguía aquí con el francés. Supongo que él lo sabía y no me dijo nada así que cuando la chica desapareció miré a mi amigo.

  — ¿Tú sabías que venía? — él no dijo nada respondiendo así a mi pregunta.

  Me tiré nuevamente en el sofá y negué con la cabeza mirando al chico que sonreía inocentemente enfrente de mí. Suspiré y volví a formular una pregunta.

  — ¿Y por qué no me avisaste? O sea, podías hacerte una idea de lo incómodo que iba a ser, para ella por supuesto porque para mí no. — niego un par de veces con la cabeza y mi amigo rueda los ojos tirándose a mi lado.

— No sé, es que igual un reencuentro así es lo que necesitabais. Podríais haber hablado algo y tal vez no llevaros tan mal — encarnó una ceja y le miro con cierta confusión.

Ella y yo nunca nos habíamos llevado bien, ¿por qué iba a pasar eso ahora? Estaba claro que era algo prácticamente imposible y que no iba a suceder, después de lo que nos pasó era complicado.

— Entendiéndeme , sois mis dos mejores amigos y os lleváis como el perro y el gato. Es frustrante no poder hacer planes con los dos porque os repudiáis.

Me reí por lo bajo al ver como realmente si que estaba frustrado. Me crucé de brazos con gracia y miré al frente dónde estaba la tele en la que estábamos viendo algo antes de que Mia llegara a casa.

Escuché unos pasos a mis espaldas, dirigí mi mirada al lugar y vi a la muchacha con una camiseta holgada que me parecía haberle visto puesta a Kylian alguna vez y un pantalón con el escudo del Real Madrid.

— Además de antipática, madridista. — quería picarla, me gustaba hacerlo porque así hablamos mucho más de lo que hablaríamos pacíficamente.

— Y orgullosa — una sonrisa se plasmó en su rostro y se sentó en el sillón ella sola mirando su teléfono.

— ¿Con quién hablas? — mi amigo hizo la pregunta que me gustaría haber dicho pero no hice por no quedar mal.

— ¿Uhm? ¿Te acuerdas del otro día que salí de fiesta y conocí a un chico? — el francés asintió. — Bien, pues es él.

Escuché atento su conversación. Ahora tenía intriga por saber quién era ese chico del que hablaban.

— Al parecer vive a unos minutos en coche de aquí y es de mi edad — el francés sonrió con picardía y su amiga negó de una forma leve volviendo su mirada al teléfono.

— ¿Cómo se llama? — me atreví a preguntar. Ella me miró por unos segundos y supe que estaba dudando en si debía contestarme o simplemente debía ignorarme por completo.

— Andre, Andre Paulson. — contestó finalmente, su nombre me resultaba conocido y no llegaba al porqué.

Entre lo que ellos hablaban yo seguía tratando de descubrir de dónde conocía yo el nombre de ese chico, conociéndole así posiblemente a él también.

— Yo creo voy a ir yéndome. — me levante y dije al mirar la hora en mi móvil.

Tanto Mia como Kylian me miraron y yo me encogí de hombros con una pequeña sonrisilla.

— El amor llama a mi puerta.

— Entonces ve, no dejes esperando al amor. — la chica hizo unas comillas con sus dedos en la última palabra y yo le di una sonrisa ladeada. Sabía perfectamente porqué lo decía, lo mismo me dijo hace casi dos años.

Me dirigí a la puerta de la entrada perseguido por Kylian que había estado muy activo toda la tarde. Le miré y nada más me despedí de él salí por la puerta cerrándola a mi paso.

MIA

— ¡No le soporto! — chillo cuando escucho como la puerta se cierra.

— ¿No le soportas a él o a su novia? — Kylian se ríe y yo le miro mal, para que al instante su risa cese.

En verdad era muy buena pregunta y debería replanteármelo más a menudo. A quién de los dos odiaba yo realmente.

A los dos, menuda pregunta más estúpida.

— A ninguno de los dos, pero ni una pizca. — él asintió sin estar convencido en absoluto.

— Eso no te lo crees ni tú, sabes que desde que pasó lo que pasó no le odias.

— Anda anda, claro que lo hago, y a más que nadie. — el francés se sentó y se encogió de hombros poniendo algo en la televisión.

¿Por qué decía eso?

𝗙𝐔𝐈𝐌𝐎𝐒, 𝗦𝐄𝐑𝐄𝐌𝐎𝐒;; Neymar JRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora