𝟬𝟭𝟱. 𝖺𝗅𝖾́𝗃𝖺𝗍𝖾

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CAPÍTULO NÚMERO QUINCE

  KYLIAN TECLEÓ ALGO EN SU móvil y nos enseñó una historia del que creo que era un amigo de Andre. En el vídeo se veía a Andre de fondo con una chica, besándose y sus amigos grabando de pasada entre risas.

  — ¿Es Bruna? — pregunta incrédulo el brasileño. Claro que lo era, ese pelo teñido era indiatinguible. No pude pronunciar palabra. — Ostia puta...

  Neymar se llevó las manos a la cara y se la frotó, yo simplemente estaba boquiabierta, incapaz de decir algo al respecto aunque quería gritar y chillar y soltar todo lo que se me estaba pasando por la cabeza.

  — No es agradable de ver para vosotros, pero es necesario que lo sepáis, no que sigáis pensando algo que no es.

  — ¿Por eso estaban tan gilipollas los dos? Bruna se va a ir a a la mierda, el otro...bueno — no me estaba importando en absoluto lo que estaban diciendo.

  Mis ojos se aguaron, mi vista se volvió borrosa y las ganas de llorar me invadieron. Me levanté y subí rápido las escaleras antes de romper en llanto ahí enfrente de los chicos.

  — ¡Mia! Ey, no, ven aquí — me grita Kylian pero hago oídos sordos, pegué un portazo y me deslicé por la puerta hasta llegar a sentarme al suelo.

  Ahora sí me sentí libre para soltar todo. Estaba muy alterada y la imagen que había visto en el móvil del francés se me repetía una y otra vez en la cabeza. Me levanté del suelo como pude y me tiré en la cama bocabajo.

  La puerta sonó un par de veces pero no dije nada, simplemente seguí llorando y empapando las sábanas de lágrimas.

  — Voy a entrar a la de tres — escuché la voz del chico que también había estado siendo engañado como yo —. Una...dos...tres.

  La puerta se abrió y noté como la cama se hundió a mi lado porque se sentó ahí. Su fría mano acarició mi espalda.

  — Mia, mírame — negué con la cabeza pero sin despegar la cara del colchón —. Por favor.

  Me hire y me quede bocarriba mirándole, él curvó sus labios levemente hacia arriba. Tampoco tenía buena cara, se notaba que también le había afectado.

  — Te iba a decir que eres muy guapa para arruinarlo llorando por un bobito, pero estás guapa incluso llorando — solté una risilla por lo bajo.

  — Me ha engañado, te ha engañado. Nos han estado mintiendo probablemente desde que conocí a Andre. Un mes y poco ha tardado en engañarme.

  — Ya te dije que tú aspirabas a más, mereces más, eres para alguien más — tiré de su camiseta y le tiré encima de mí para darle un fuerte abrazo.

  No quería que me soltara, quería que siguiera abrazándome y se quedara a mi lado. Al final ambos estábamos en la misma situación y él en vez de fijarse en él mismo, estaba animándome a mí y tratando de hacer que me sienta bien.

  — Kylian ha salido para ir a comprarte kebab, bizcocho de chocolate y fresas — me dice y yo asiento levemente.

  — Se lo agradeceré en cuánto vuelva.

  Él se separó un poco de mí y me miró a los ojos, yo hice lo mismo para conectar su mirada con la mía.

  — Gracias por lo de hoy — me dijo en un casi susurro.

  — Soy yo quién debería agradecerte, mira, estás aquí haciendo que no me derrumbe cuándo tú puedes igual o peor — respondo con el mismo tono de voz que él.

  — El simple hecho de estar contigo ya hace que no piense en eso, por lo consiguiente no me afecta en absoluto, me centro en ti — se quito de encima de mí y sentí mi cuerpo ligero pero con la falta de tenerle ahí. Se puso a mi aldo y apoyo su cabeza en su mano.

  — A veces te soporto tango que me asusta, se supone que te tengo que odiar — mi mirada bajó a sus labios inconscientemente.

  — Ódiame todo lo que tú quieras, no me importa porque voy a seguir aquí.

La sonrisa que se plasmó en mi rostro iba de oreja a oreja, escuchar eso hizo que algo dentro de mí se revolviera y me causara un cosquilleo por todo el cuerpo. Me enderecé y me senté para poder mirarle bien.

Él limpió mis mejillas con su pulgar y mantuvo su mano en mi cara dejando suaves caricias. Por primera vez en mucho tiempo me sentía en paz con Neymar, no sabía muy bien a qué se debía, probablemente a que ninguno de los dos estaba bien en ese momento.

La puerta sonó un par de veces y maldije el momento en el que decidí que vivir con mi amigo iba a ser una buena idea. Le dije que pasara desde dentro y vi entrar al francés con bolsas de los sitios a los que había ido.

— Juro que he intentado ir lo más rápido que he podido — se acerca y me mira. — ¿Cómo os encontráis?

— Como para tirarme por la ventana y salir volando — podría decir que bromeaba como solía hacer con eso, pero no era el caso.

— Tírate después de comer, por ahora no — Ney empieza a sacar las cosas de la bolsa y yo le soplo en la oreja —. Encima que te incito a comer.

— Y a tirarse por la ventana — Kylian niega con la cabeza y se cruza de brazos —. No podéis ser tan borricos.

— En todo caso cabras — habla el brasileño con una risa burlona y yo me vuelvo a tirar hacia atrás a tumbarme —. Venga que era broma Mia.

— Tus bromas son muy malas y muy tristes, me dan ganas de asesinar a alguien — cierro los ojos y cuando los vuelvo a abrir tengo la cara del francés delante —. Uiba.

— No quiero psicópatas en este hogar, por favor te lo pido eh.

— Vale, yo solo quiero comida.

Me vuelvo a enderezar y empiezo a rebuscar entre las bolsas que había traído mi amigo, había muchas cosas y todas tenían una pinta deliciosa, quería comer de todo.

Mientras comíamos hablábamos un poco de todo, no podía evitar pensar en Andre mientras y eso hacía que me desconcentrara de la conversación. Pensaba una y otra vez en porqué había hecho lo que había hecho.

Me desorientaba eso, más aún la persona con la que había estado engañándome todo este tiempo, ¿por qué justo ella? Si él bien sabía que me caía mal, que si por mi fuera no le vería un pelo en la vida.

Tal vez debería hablar con él para que me aclare las cosas.

𝗙𝐔𝐈𝐌𝐎𝐒, 𝗦𝐄𝐑𝐄𝐌𝐎𝐒;; Neymar JRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora