𝟬𝟭𝟭. 𝖼𝖺𝖿𝖾.

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CAPITULO ONCE.



Bajo a la cocina estirándome y frotándome los ojos, tenía mucho sueño. Tan solo había dormido cuatro horas y se me notaba. Tenía unos círculos negros bajo mis ojos que ningún corrector eliminaría.

Tuve mala noche y no por el hecho de acostarme tarde, que supongo que en parte también, sino que sin más no dormí bien. Veo una nota pegada en la encimera de la cocina.

" He ido a recoger a Ari, le voy a llevar el desayuno a casa como sorpresa. Te quiero.

Kylian "

Suspiro y apoyo mis codos en la encimera para llevar mis pulgares a mi sien. Noto unos brazos rodearme por la cintura desde atrás y giro, cuanto me permite, mi cabeza.

— ¿Qué se supone que estás haciendo? — apoya su barbilla en mi cabeza.

— Tienes cara de culo, así que te estoy animando con mis súper abrazos — niego la cabeza soltando una pequeña risa.

— Muchas gracias Ney, tú también estás guapísimo — se separa de mi y se queda a mi lado mirándome.

— Hombre ya, pero eso siempre, ya lo sabes— hace una pequeña pausa antes de seguir hablando, pero cambiando completamente de tema. —. Ahora enserio, ¿por qué estás así?

— Tuve una mala noche, sin más, no pude dormir bien y eso es causante de mi mala cara también — me encojo de hombros y me siento encima de la encimera.

— Te llevo a desayunar, vístete — frunzo el ceño y él alza las cejas. — ¿Dije algo que no entendiste? Venga a vestirte — da dos palmadas y bajo de la encimera en la que no dure ni medio minuto sentada.

Subí las escaleras pensando en que le había picado, no tenía muchas ganas de salir, no sólo por mis pintas, estaba cansada aún.

Cuando estoy en mi habitación abro el armario y contemplo las cosas que hay, se me ocurren varias ideas pero solo necesitaba escoger una. Cogí una camiseta blanca y un vaquero de color negro con unos rotos. Decidí mejor no complicarme mucho porque, ¿para qué?

Me peiné y me hice una coleta baja medio suelta, me saqué dos mechones de al frente y por último cogí un bolso en el que guarde el móvil y un cacao para los labios.

La puerta de la habitación sonó un par de veces y dije "adelante" para que el chico supiera que podía entrar.

— Ponte algo, vas a tener frío, ¿es necesario recordarte que estamos a mediados de noviembre? — se cruza de brazos mirándome.

— Joder, es que no tengo nada así que me guste ahora — me cruzo de brazos mirando fijamente al armario sabiendo que no iba a coger ninguna de las chaquetas que había ahí.

  El brasileño se acercó y cogió una sudadera básica blanca. Le miré y él asintió repetidas veces dando a entender que para él era la perfecta. La cogí a regañadientes y salí de la habitación enfurruñada.

  — ¡Deja la amargura ya! — rodé los ojos y bajé las escaleras rápido.

  — Me estás sacando de casa a las nueve y media de la mañana, tengo mis motivos para estar enfadada.

𝗙𝐔𝐈𝐌𝐎𝐒, 𝗦𝐄𝐑𝐄𝐌𝐎𝐒;; Neymar JRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora