𝗙𝐔𝐈𝐌𝐎𝐒, 𝗦𝐄𝐑𝐄𝐌𝐎𝐒;; Neymar JR

𝟬𝟭𝟰. 𝗇𝖺𝖽𝗂𝖾 𝖼𝗈𝗆𝗉𝗋𝖾𝗇𝖽𝖾

CAPÍTULO NÚMERO CATORCE

CONDUCÍA AL ESTADIO con algo de música de fondo. Estaba feliz, tenía buenas expectativas con este partido y además estaba teniendo muy buen día. No había nada ni nadie que pudiera arruinarlo.

No tardé mucho en llegar y ya empezaba a llenarse todo, yo entré y me fui a los asientos con las chicas que también habían ido a ver jugar a sus parejas. Esta vez no pude venir con Ari porque tenía que ir a ayudar a su madre con algunas cosas, Kylian lo entendió por completo, seguramente hayan hablado antes de que Kylian entrara a jugar al campo.

— ¿Hoy vienes sola, Mia? — escucho una voz femenina a mi lado y me sorprendo al ver de quien se trataba. Antonela, no creo que sea necesario decir ni quién es.

— Por dios, Antonella — ella se ríe y se tapa la cara con vergüenza —. Sí, hoy sí. Mi amiga no pudo venir porque le surgió algo así que estoy aquí por ella también.

— Bueno, vos sabe que tenés una amiga acá, ellas tienen su propio grupito y es medio raro, hay veces que no te incluyen — le regalo una sonrisa y asiento.

— Mejor, así no me siento tan sola — empezamos a hablar un poco antes del partido.

Era una chica agradable tal y como se la había pintado siempre, me contó un poco sobre cómo era estar con Leo. Me preguntó en que trabajaba así que le expliqué en que consistía.

En el tiempo que hablábamos pasó todo muy rápido y vi como los jugadores ya estaban preparándose para sacar, iban a sacar ellos. El árbitro se llevó el silbato a la boca y pitó para dar comienzo al partido.

Empezó y el Paris no lograba arrebatarle el balón al otro equipo, les estaba costando mucho adaptarse a la forma de juego de ellos.

Estaban muy cerrados y el balón a la mínima que conseguían tocarlo lo perdían, no había espacio para poder hacer algo. No estaba yendo del todo bien.

Era alrededor del minuto dieciséis y el momento que no quería que llegara, llegó. El primer gol del otro equipo se sumó al marcador, mucho antes de lo que se esperaba.

El equipo de los chicos parecía desesperado y desorientado. Más valía que en el descanso les dieran una buena charla para que se centraran en el partido que estaban jugando.

En el minuto treinta y nueve un penalti claro no fue pitado, era a nuestro favor. El estadio entero gritaba y se quejaba. Me apunté ese detalle para después escribirlo, era más que evidente que se tendría que haber pitado penalti. Verratti estaba tendido en el suelo con su mano en el tobillo, parecía dolorido.

— No puede ser, menudo árbitro de mierda sinceramente. — yo solía vivir bastante los partidos, este tipo de cosas me calentaban muchísimo.

Estaba enfadada de brazos cruzados esperando a ver si el colegiado cambiaba de opinión o si pasaba algo al final con Verratti porque no parecía levantarse. Finalmente mantuvo su palabra y Verratti salió un momento.

El italiano entró poco después porque le dieron el visto bueno, no tenía nada, había sido algo del momento.

La primera parte terminó así, saqué el portátil de la mochila y me puse a escribir algo para después ya solo tener la segunda parte y me llevaría menos tiempo publicarlo. Anto aprovechó y fue a por botellas de agua para las dos, estábamos con la garganta seca de tanto gritar.