034. literatura

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CAPÍTULO NÚMERO TREINTA Y CUATRO






NEYMAR SE TUMBÓ A MI LADO EN LA CAMA y yo estaba finalizando el capítulo que daría su fin a la historia. Esta vez no trataría de ocultarle lo que estaba haciendo, dejaría que lo viera por mucho temor que me causara.

— ¿Qué es esto? — pregunta curioso apoyando su cabeza en mi hombro y suspiré levemente.

— Es...un pequeño proyecto que empecé en Noviembre. Es la historia de dos personas cuyas vidas se cruzan y no se dan cuenta de que es por algo, llámalo destino — solté una pequeña risa.

— ¿Pequeño proyecto de doscientas setenta y seis páginas? — me mira y yo conecto sus ojos con los míos — ¿Por qué no nos has contado que estás escribiendo un libro? Bueno, eso si soy el único que no lo sabía.

— No, Ney. Te acabas de enterar y eres el primero, me daba vergüenza mostrar lo que escribo, siento que si alguien lo lee se va a reír y va a pensar que es malísimo.

— Hay algo que nunca voy a entender y es por que confías tan poco en ti, ¿me dejarías leerlo? — pregunta y yo trago nerviosa.

Apoyo el portátil en las piernas del chico y subo hasta la primera pagina. Él sonríe con amplitud y deja un beso en la comisura de mis labios y yo simplemente bajo y me meto entre las sábanas dándole la espalda.

Cerré mis ojos y suspiré esperando que le pareciera bueno, realmente con no hacer el ridículo me valía. Me sumergí en un profundo sueño del que no desperté hasta altas horas de la mañana siguiente.

Me desperté por la tenue luz que entraba por la rejilla de la persiana, me giré y froté mis ojos en busca del brasileño pero no le encontré. Me levanté y me hice un moño mal hecho antes de ponerme las pantuflas e irme a buscar al chico.

Me asomé por las escaleras pero no hubo rastro de él así que no me molesté en bajar y fui a su habitación que estaba al lado de la mía. Abrí la puerta y ahí le vi con el portátil en la cama y él sentado comiendo galletitas.

— Oye... — llamé pero me estiro la mano para que callase.

— Estoy en la última página, Karina tiene que disculparse con Zack o si no me enfadaré mucho — sonreí al ver que mi historia le había enganchado.

Fui y me senté en su cama y él me miró cuando finalizó su lectura. Faltaba el final que tenía pensado escribir ayer antes de que Neymar dijera que quería leerlo, no tardaría mucho en escribirlo.

— Pienso llamar a todas las editoriales del mundo para que peleen por tu libro y se venda cuanto más — yo negué con la cabeza a la misma vez que me reía.

— No me gusta — Neymar cogió una galleta del paquete y me la metió en la boca.

— Te callas, soy yo el que se ha pasado la noche leyendo. Bueno, te seré sincero, hice una pausa de tres horitas para dormir un rato — mordí la galleta y me la comí.

— Te haré caso pues, hoy la termino y veo como va lo de las editoriales y esas cosas — Neymar se lanza encima de mí, quedando él tumbado encima de mí y llenándome la cara de besos.

Estaba riéndome bajo él mientras sus labios recorrían mi rostro. Tomé al moreno de la nuca y le besé con ganas, esta vez fue diferente al resto. El beso fue apasionado, con rabia, con fuerza y las manos del chico bajaron a mi cintura.

— ¿Cómo hemos llegado aquí ? — pregunté cuando nos separamos en busca de aire que respirar.

  — Tantas preguntas sin respuesta y tantas respuestas deseando resolver preguntas — le di un toquecito en la nariz al chico y sonreí.

  — Yo le dije a Kylian que siempre fuimos y seremos enemigos.

  — Realmente siempre fuimos y seremos dos locos enamorados que se dedicaban a usar un faceta que no era la real. Siempre fuimos y seremos lo que cada uno buscaba.

  Me había cambiado la vida y realmente lo había hecho. Sus palabras eran música para mis oídos, sus miradas eran una ola de paz continua, sus besos eran la mayor de las fortunas existentes, su risa era la armonía perfectamente sincronizada con mi pique.

  Darse cuenta de lo enamorado que estás no es lo difícil, lo difícil es adentrarte en ese mar de amor del que no sabes cómo saldrás o si saldrás. Por suerte yo había aprendido a nadar a tiempo y me las ingenié para salir bien parada.

  El que no arriesga no gana, yo arriesgue un poco y gané para toda la vida.

FLASHBACK

La morena no parecía estar en pleno uso de sus facultades mentales. Era su fiesta de cumpleaños y el alcohol corría tanto por su sangre como por la del resto de invitados.

El reservado estaba repleto de conocidos de la cumpleañera y de los amigos de ella. La chica se tambaleaba por los grupos de gente que se habían formado preguntando si estaba todo en orden.

Iba bastante mal y no había más que verla para saber que estaba más bebida de la cuenta.

Por otro lado estaba el brasileño sujetando una copa junto a su mejor amigo francés, Kylian Mbappé. Sus ojos estaban puestos en la chica que ahora movía sus caderas al ritmo de la música junto a un par de chicas.

La chica se tropezó torpemente y una de las chicas la sujetó del brazo libre, del otro se cayó su copa y queriendo agacharse a recogerlo se hizo un buen corte. Neymar fue con rapidez hacia donde ella estaba, también iba bebido pero se mantenía en pie.

Tomó a la chica de su brazo no lastimado y tiró de ella rumbo al baño para lavar esa herida con agua y jabón antes de que fuera a peor.

— Mírale si se preocupa por mí y todo — Mia soltó una risa tontorrona que hizo rodar los ojos al otro.

— Pues claro que me preocupo bobita, tienes muy mala imagen de mí.

Entraron por fin en el baño y Neymar limpio con delicadeza la herida que la chica se había hecho minutos atrás. Ella estaba perdida mirando a la nada pero en una de esas su vista escaneo al brasileño.

Cuando él terminó, ella le tomó de la camisa y se pegaron cuanto más pudieron. Neymar giró la cabeza a la puerta.

— Bésame Ney.

— Estas borracha, mucho de hecho — se excusó.

— Por eso, así no me acordaré de que besé a alguien tan antipático — y sin pensarlo dos veces besó al chico.



Nuestros labios una vez mas se sincronizaban, su lengua luchaba con la mía y sus manos pegaban mi cadera a la suya, eliminando el poco espacio que había quedado entre nosotros.

Me pasaría la vida entera besándole.

𝗙𝐔𝐈𝐌𝐎𝐒, 𝗦𝐄𝐑𝐄𝐌𝐎𝐒;; Neymar JRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora