Sweet & Love [YoonMin]

Capítulo uno

"El tiempo se detiene al dar el primer paso, se acerca a lo prohibido y este le llama con el dedo corazón, aún más cerca de él se voltea dándole la espalda mientras se aleja riéndose, y este se arrodilla gritando su nombre..."
No está mal, solo un poco rústico, Apoyado en un árbol escribo borradores en un cuaderno antiguo cubierto de cuerina café un poco mal gastada pero de acuerdo conmigo.

Veo pasar en frente de mis ojos a parejas infelices que solo están juntas fingiendo amarse, no he visto ningún detalle de un hombre hacia la mujer en todo este lugar.

Ningún ramo de flores o una carta a la antigua, solo puedo ver esos gestos en mis libros, dónde me refugio ignorando mi alrededor, cierro mis ojos quedándome dormido.

Hasta que el olor a cigarro se impregna en mi nariz despertándome tosiendo, al otro lado del árbol estaba Jimin, el mariscal de campo que se ha cogido a todas las porristas, es gracioso verlo allí callado sin decir nada mirando a lo bajo mientras fuma un cigarrillo, lo normal sería que esté tocando a una chica contra este árbol o riéndose al igual que hienas con su grupo de amigos, pero no, estaba ahí, al otro lado fumando.

Me levanté tranquilo tomando mis libros en mano, pensando que había pasado desapercibido sacudo mi ropa quitando el resto de pasto de mi pantalón.

-¿Me acompañas? - Oí su voz casi inaudible del otro lado, caminé hasta verlo, su rostro que tenía una sonrisa a cada lado no estaba, me señala que me siente pero niego con la cabeza.
-Lo siento mucho pero...tengo que entregar estos libros a la biblioteca - era una excusa barata para salir de ahí, mira los libros que tenía en mis manos asiente para luego regresar su mirada al piso, mientras me alejo le oigo sollozar un poco, sabía que era irónico verle así creía que me reiría pero siento mi pecho encogerse al escucharlo, una parte de mí quería volver y la otra quería salir corriendo del lugar y quedar lo más lejos de él si fuera posible, no estoy seguro si tomé la decisión correcta.

-¿Quieres renunciar a ser un mariscal de campo? ¡¿ES ENSERIO?!- El entrenador me grita solo miro cabizbajo, no era tiempo para rebelarse menos ahora que tenía razones para gritarme, estaba renunciando cuando el partido era dentro de una semana- ¡¿Y QUÉ ESPERAS QUE HAGA?! No hay otro mariscal de campo como tú- lo sabía y no era de presumido, pero una lesión que tuve hace un mes aún está sanando y el dolor es indescriptible por mi salud no quería hacerme daño pero tampoco quería ser el mariscal de campo que se retiró como una niña por una lesión, prefería ser reconocido como el mariscal de campo que dejó al equipo en muestra de rebeldía como todos me conocían, me dolía dejar al equipo era lo que más amaba pero esperaré a que sane completamente para volver en un par de meses- ¡VETE DE AQUÍ, NO QUIERO VERTE!- tomé mis bolsos y equipamiento en mano y salí buscando un lugar tranquilo para fumar, veo ese árbol con un chico durmiendo, echo un vistazo a sus libros, "La mecánica del corazón" uno de los mejores libros que había leído estaban en su mano, algo tenemos en común, sonreí de costado al verlo dormir tan plácidamente. Rodee el árbol para sentarme a fumar el último cigarrillo de la cajetilla, supongo que estoy de suerte.