Sweet & Love [YoonMin]

Capítulo dieciséis

Cerré mis ojos, dejé que mis pies avanzaran por si solos, los volví a abrir al estar a centímetros de su espalda, el ruido bullicioso desapareció ya no oía nada más que mi respiración y mis pasos por sobre el pasto, extendí mi brazo y voltee por completo a Jimin, solo podía observar sus labios carnosos y de color rosado con un rojo degradado que especulaban palabras, lo tome de la camisa acercando su rostro al mío, al cerrar los ojos mis labios se posicionan en los suyos, el tono del timbre se hizo escuchar y comencé a oír al mundo nuevamente, abrí mis ojos pudiendo observar sus ojos abiertos de la sorpresa mis manos se soltaban y mis piernas temblaban la mirada se me nublaba y lo último que pude ver era el cielo y su silueta cubriendo la luz del sol.
Desperté en la sala de enfermería, Jimin se encontraba en la camilla de a lado durmiendo en posición fetal.
-Jimin- lo moví un poco pero no despertaba, lo dejé descansar.
-¡Suga!.
-¿Mamá?.
-Dios mío, cariño ¿Te encuentras bien?.
-Lo estoy-sus manos cálidas cubrían mi rostro.
-Vamos a casa.
-Espera- pude ver su rostro cansado antes de salir arrastrado del brazo por mi madre.
-¿No tienes nada que decirme?.
-Nada.
-Cariño, sé lo que sucede ya lo experimentamos una vez no quiero que suceda una segunda, mañana mismo buscaré matrícula en otra universidad, superaremos esto juntos como siempre mi vida- posó su mano en la mía mientras con la otra conducía y miraba el camino.
-No me cambiaré.
-No seas testarudo, el bullying no acabará pero si podemos evitarlo.
-Estoy hablando enserio, no soy una víctima del bullying y estamos huyendo en vez de confrontarlo.
-Lo ves, estoy en lo cierto.
No hay nada que pueda hacer cambiar de opinión a mi madre, todo lo distorsionaba y lo usaba a su favor, nada era lo que parecía.
-¿Donde estás? [Recibido a las 6:34 p.m]
-Yendo camino a mi casa, mi mamá me recogió, hablamos mañana [Enviado a las 6:35 p.m]
Llegamos a la casa, mi padre esperaba en el sofá con sus manos juntas y respirando con dificultad.
-Ya llegamos.
Como si estuviera enfermo me acobija en sus brazos.
-Ya pasará.
Nos sentamos a la mesa para comer, me mantuve en silencio viendo la hora debajo de la mesa.
-El cambio esta hecho, entrarás el lunes y dejaras de asistir a partir de mañana.
-Pero, ni siquiera me lo consultaron.
-Cariño, es por tu bien.
-Ustedes no lo entienden.
-Somos tus padres claro que lo entendemos.
-No hay necesidad de cambiarme.
-¿Porque sigues insistiendo en aferrarte a esa universidad?- por Jimin- ¿Crees que se arreglará con algunas palabras?.
-¿Y ustedes creen que con huir las cosas se arreglan? Yo no... y no, no es porque quiera aferrarme es porque lo que ustedes creen no es verdad.
-Cariño, no te desmayabas desde...
-¿¡Desde cuando!? ¡Ya olvidenlo!- me marché y cerré con llave la puerta de mi habitación.
Dejé mi celular en silencio y tomé una larga ducha, luego de salir no miré la hora y caí rendido en la cama acariciando la almohada miraba al vacío del otro lugar de la cama, frío y a la vez cálido al ver a Jimin tendido a mi lado sonriendo amplio y sin preocupaciones, sabia que estaba soñando, por último consolide el sueño. A la mañana siguiente me vestí en silencio tome las llaves y mi mochila, baje las escaleras revisé mis bolsillos se me olvidaba mi celular, subí nuevamente y no estaba en el sitio que lo había dejado en cambio había una nota.

"Es todo por tu bien, cariño.
Te queremos mucho."

Ya habían pasado el límite de lo normal, me estaban quitando mi privacidad.
Las llaves de la casa no estaban, las rejas se encontraban cerradas no tenía manera de salir.