Capítulo treinta

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A la mañana siguiente Jimin había recibido una llamada del hospital,  al parecer su madre había decaído y estaba hospitalizada...dejó de lado a Suga y partió a Busan luego de unos minutos del llamado.
-¡¿DONDE ESTÁ?!- al llegar a su cuarto ella no se encontraba en la camilla.
-Tranquilo- Byul aparecía por detrás de él tomándolo de los hombros y dando pequeñas palmadas para tranquilizarlo pero por el contrario Jimin enfureció y quitó sus manos de golpe ocasionando que esta resbalara y cayera al piso.
-¡¿Que demonios haces Park Jimin?!- su madre aparecía por la puerta acercándose a Byul- Estas demente no te ha hecho nada.
-Ella no pero tu si...¿Que no estabas enferma?, por lo que veo estas bastante bien como para incluso maquillarte estando hospitalizada.
-Soy mujer y...
-¡Querías que dejara a YoonGi y estuviera con Byul!...eres increíble- daba ruidosos aplausos llamando la atención de más de un transeúnte que pasaba por el pasillo.
-¡Detente!...me dejarás en vergüenza.
-Eso es lo único que te importa...tu reputación, casarme con una chica adinerada para elevar tu rango social ¿No te basta con todo el dinero que tienes y quieres más? Tu detente antes que me pierdas como perdiste a papá.
-¡CALLATE! ¡NO DIGAS UNA PALABRA MÁS! Tú y tu padre son iguales...igual de estúpidos.
-Lo soy, soy un maldito estúpido pero por lo menos no soy igual que tu...un monstruo- terminó su oración recibiendo una bofetada de su madre que mordía su labio y retenía sus lagrimas en un fuerte agarre entre sus labios y sus dientes, segundos después acariciaba su mejilla y pedía perdón.
-Prometo que será la última vez que te hago daño...- Jimin sostenía los brazos de su madre apunto de caer.
-Estoy seguro que será la última...porque no habrá una segunda vez viéndome a los ojos y prometer algo que no cumplirás- dejó los brazos de su madre que en estos instantes se encontraba sentada sobre sus piernas y avergonzada ocultando su rostro con sus manos temblorosas- y solo para que te enteres...amo a YoonGi y si se te da la gana puedes asistir a mi matrimonio. Por un momento pensé que me estaba volviendo un monstruo al igual que tu pero ya ves yo si tengo corazón.

*
-¿Todo bien?-esperaba una sonrisa de su parte pero solo recibí un suspiro cálido y prolongado.
-Esta todo bien...si estoy contigo todo esta bien...quita esas preocupaciones de esos ojos cansados y mejor usa esos labios que piden atención -hice un arco con mis labios dándole una sonrisa esta vez más natural sin problemas detrás de ella.
-¿y esos rasguños?- notaba pequeñas marcas en su mejilla.
-Seguro un gato me lo hizo y no me dí cuenta.
-Ajá un gato...- me crucé de brazos un poco infantil a como soy normalmente.
-Si pero a mi me sigue gustando mi cachorrito dormilón- trataba de atrapar mis labios pero me corría evitando el contacto hasta que pasó una de sus manos por debajo de mi camisa. No me resistí y fui yo quién robaba sus labios con urgencia. Me senté en su entrepierna y sus manos ágiles quitaron mi cinturón mientras acariciaba mis gluteos con ambas manos dando pequeños apretones ligeros y tiernos pero de igual manera candentes.
-¿Podrías...?- no terminaba mi pregunta y su mano ya estaba acariciando mi miembro.
-Puedo.
Sus labios recorrían mi cuello dejando besos cerca de mi clavícula izquierda mientras yo tenía mis dedos entrelazados con su cabellera negra. Mientras nos librabamos de la ropa besaba su abdomen marcado hasta llegar a su última prenda...su bóxer.

Sweet & Love [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora