Parte 3

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El fin de semana llegó y eso sólo significaba una cosa, no había escuela ni trabajo. El semestre estaba por terminar y las vacaciones por comenzar. Los resultados de mis exámenes saldrían pronto y podría rectificar que en verdad no me fue mal en el último examen que hice.

Me levante un poco más tarde de lo normal. Fui a la habitación de Rose y, como cada fin de semana, no estaba. Siempre sale con ese novio que tiene y me gusta que se divierta, pero necesita ser un poco más responsable, ni siquiera ha aseado su habitación.

El resto de la mañana me puse a asear la casa, lavar la ropa y sacar la basura. Cuando estaba tirando la basura en el contenedor, un hombre se acercó a mi y me tocó el hombro. —Max ¿eres tú?

Me giré y pude ver con claridad el rostro de mi padre. Me quede paralizado ¿que hacía aquí? ¿A que había venido? Estábamos bien sin él así que no entiendo el ¿por qué volvió?

—No, no lo soy— comencé a caminar de regreso a la casa.

—Max escúchame— caminó detrás mío.

—¡NO!— me detuve y me giré en su dirección —no hay nada que me interese de usted así que por favor, márchese o llamaré a la policía.

—No hagas esto Max. Eres mi hijo y yo soy tu padre.

—¿A si? Entonces ¿Por qué un padre abandonaría a sus hijos a la suerte?

—Fue mi error ¿si? Pero quiero tener de vuelta a mis hijos.

—No. Estuvimos siete años bien sin ti, ahora no vengas a jugar un papel de padre que está claro que no te queda.

—Solo dame una oportunidad, por favor.

—¿Crees que venir así como así te hará que nosotros te perdonemos? Mi madre murió por tu culpa y yo tuve que dejar la universidad por cuidar a mi hermana. No me vengas con mierdas como esa— di media vuelta dispuesto a entrar a la casa.

—Te lo suplico, Max por favor perdóname.

—¡NO LO HARÉ!— alce la voz. —No voy a perdonar a un mal padre como tú y por favor te pido que dejes de venir a mi casa a molestarme a mi o a Rose o sino iniciare un trámite legal para que te pongan una orden de restricción.

Sin nada que añadir, abrí la casa y entre. Le di un golpe a la pared y di un grito. No podía creer en su descaro. Venir aquí pidiendo perdón, así como así. Tome las llaves de la motocicleta y salí para ir a comprar la comida y cosas que faltaban en la casa como artículos de higiene personal y limpieza, también compre alimento para Li y Lu.

De regreso, prepare algo para comer y esperé a que Rose llegara para comer junto a ella. Mientras volvía alimente al gato y al pez dorado. Que estupidez ¿no? Tener un gato y un pez viviendo bajo el mismo techo.

El timbre sonó y salí a ver ¿quien era? Al abrir la puerta me di cuenta que era el molesto vecino de enfrente —Hola— saludo con una sonrisa.

—¿Qué quieres? No estoy de humor para escuchar basura ahora.

—Solo quiero que me orientes sobre algunos trámites que tengo que hacer en la universidad. Como bien sabes, mi padre me mando aquí a estudiar y necesito inscribirme en la universidad.

—Las inscripciones aún no comienzan. Aún falta un mes y si quieres orientación, en la universidad te brindan un folleto con los documentos que tienes que presentar.

—Pero no quiero un escupido folleto, quiero que tú me orientes.

—Mira, no quiero gritar ni mucho menos faltarte al respeto. En estos momentos estoy muy molesto como para tener  una conversación con alguien así que por favor te pido que te retires.

El Chico de Enfrente (En Proceso De Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora