NARRADOR
El celular de Arthur no dejaba de sonar, la mañana era radiante y hermosa. El hombre gruñó y abrió los ojos, buscó su celular por toda su cama, cuando al fin lo hayo reviso quien lo llamaba antes de contestar.
Su alegría rebasó todo sentimiento. Su hijo lo llamaba, algo que era extraño ya que nunca lo había hecho, pero agradecía que al fin lo haya llamado. No dudo ni un solo instante, rápidamente tomo la llamada y se colocó el celular en el oído.
—Que alegría, me alegra que al fin me hallas llamado— sonrió —Lamento haber ido a su casa ayer.
La risa insaciable fue lo único que se escuchó del otro lado de la línea. Jhonatan era el que había llamado a Arthur y no Max —Cuanto tiempo, Arthur.
—¿Quién eres?— pregunto preocupado —¿Por qué llamas desde el celular de mi hijo?
—¿Qué acaso ya te olvidaste de tu hijo?— cuestionó el hombre —Eso es muy decepcionante, papá.
—No entiendo a lo que te refieres.
—Déjame refrescar tu memoria. Recuerdas a Maria Glass.
—Si— Arthur susurró. La mujer había sido su primer amor, pero ella se alejó y no supo más de ella.
—Ella era mi madre y tu mi padre.
—¿Qué? Yo jamás me enteré sobre eso.
—Bueno, ya no importa— puso el altavoz y acercó el teléfono a donde Max se encontraba —Ahora dile a tu querido padre cuanto ansias de que venga a buscarte.
Max intentó hablar, pero, ahora, tenía la boca cerrada con una venda, solo pequeños gritos lograban salir.
—No juegues conmigo— Arthur comenzaba a preocuparse —No caeré en tus juegos estúpidos, es obvio que mi hijo no está contigo, él está en la universidad ahora mismo.
—¿En serio crees eso?— el hombre se acercó el celular de nuevo —Desafortunadamente el pequeño Max está conmigo y nos estamos divirtiendo mucho— tomo un cuchillo y volvió a hacer otra cortada, esta vez en su brazo derecho. Max solo se quejó del dolor que la herida ocasionó.
—¿Sabes con quién te estás metiendo? Nosotros no somos una pequeña organización, justo ahora estas jugando con fuego, así que atente a las consecuencias que tu estúpido juego está apunto de hacer.
—Nosotros tampoco, Arthur. O ¿Ya olvidaste quien mató a tu queridísima esposa?— el hombre sonrió —Bueno, si no lo has hecho ven a la ubicación que te enviaré, pero si no quieres que nada malo le pase a tu adorado hijo ven solo— dicho eso colgó la llamada.
Arthur salió de la habitación, con la impotencia de no poder hacer nada, con la preocupación de si a Rose también la habían raptado y muchas otras cosas más habían invadido su cabeza. Llamó a Alisa, misma que venía con Celine.
—¿Sucede algo?— preguntó Celine.
—Si— el hombre soltó —Acaban de llamarme, la LL tiene a Max. El líder me pidió que fuera solo a una ubicación que pronto me enviara— se acercó a su hija y la tomó de los hombros —Necesito que vallas con Rose y cuides de ella— miró, ahora, a Alisa — ve con ella.
Ambas chicas asintieron y fueron a cumplir su deber. Mientras que Arthur tomó su arma y esperó impaciente a que Jhonatan mandara la ubicación del encuentro.
(...)
Era el turno de llamar al padre de Oliver. Jhonatan se acercó al chico peli negro y se agachó a su altura —Oye— lo llamó y seguido le dio un golpe en el rostro.
Oliver reaccionó dando un brinco, este se encontraba malherido gracias a los golpes que había recibido, tanto de los hombres de Jhonatan como de él.
—Es hora de llamar a tu padre— Jhonatan tomó el celular y con la huella de Oliver lo desbloqueo. Después entro a las llamadas y buscó el contacto de su padre, una vez dio con él llamó y espero a que contestaran del otro lado de la línea.
El celular de Fabrizio sonó, por ello el hombre tomó su celular y contestó, ya que el que llamaba era su hijo —¿Qué sucede?— preguntó el hombre.
—Hola, Señor Rossi— preguntó Fabrizio.
—¿Quien eres?— pregunto con tomo de voz intimidante —¿Qué haces tu con el celular de mi hijo?
—¿Por qué nadie es capaz de reconocerme?— se cuestionó —Bueno, no importa. Si es que ya me olvidaste déjame presentarme— miro a Oliver —Soy Jhonatan Glass, mejor conocido por ser el líder de la LL.
Fabrizio abrió los ojos, ¿Por qué él llamaba?
—¿Qué le hiciste a mi hijo?— pregunto nervioso. Si algo le ocurría, tal vez sería culpa suya por haberlo dejado solo.
—Bueno, nada que no se pueda arreglar— Jhonatan rió—Pero si no lo quieres ver dentro de una bolsa plástica, ven a la dirección que te enviaré— dio la vuelta y se dirigió a la puerta de la habitación —Pero solo hay un pequeño, pero pequeño detalle— abrió la puerta, salió y volvió a cerrarla —Quiero que vengan solos y no con su estúpido ejército de matones, porque de ser así me encargare personalmente de eliminar a Oliver y su queridísimo Max— dicho eso colgó la llamada y aventó el celular lejos de él.
Fabrizio salió apresurado de su despacho y al mismo tiempo se la enorme mansión. Entro al auto y pidió al chofer que confundiera rápidamente hacia el aeropuerto, una vez estuviera en Beaumont iría a ver a su hermana. Ella debía saber a que se refería Jhonatan.
Se encaminaron y después de un par de horas ya se encontraba frente a la puerta de la oficina de su hermana, la tocó y espero la autorización de su hermana para poder entrar.
Una vez la obtuvo abrió y entro a toda prisa —Fabrizio, que sorpresa. No esperaba tu visita ¿Qué ocurre?
—Tienen a Oliver— habló el hombre sin rodeos.
—¿A que te refieres? No entiendo.
—La LL se lo llevó y también tienen a un tal Max, eso es lo que dijo el hombre cuando me llamó.
—¿Al pequeño Maximo?— la mujer pensó por un segundo —Ya se hacía raro de que no se presentaran aún al trabajo. Creí que estaban ocupados con los trabajos de la universidad o algo parecido.
—¿Quién es Máximo?
—¿Oliver no te lo contó?— pregunto, pero al ver la cara de confusión de su hermano dedujo que no —No estoy para contártelo, pero nuestro pequeño al fin encontró su motivación de vida ¿Puedes creer que ha cambiado mucho desde que él está con nuestro Oliver?— pregunto orgullosa.
—Supongo que te refieres a que es su ¿novio?— preguntó y la mujer asintió. —¿Sabes donde vive?— volvió a preguntar —Quiero saber si puedo ayudar a sus padres con el rescate.
—Respecto a eso— Lisa se puso de pie —El vive solo con su hermana, pero si quieres podemos ir con ella y avisarle sobre el asunto, debe estar muy preocupada por él.
—Entonces vamos— ambos salieron de la oficina y se encaminaron hasta la casa de Max.
Una vez llegaron Lisa tocó el timbre y espero a que la linda Rose abriera la puerta. Cuando el seguro fue removido y Celine abrió la puerta Fabrizio se quedó boquiabierto, ¿Como era posible que la mujer más poderosa del ejército viviera con el chico que había escogido tu hijo?
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El Chico de Enfrente (En Proceso De Edición)
ActionRecuerdo que cuando tenía quince mi padre nos abandonó a mi madre, mi pequeña hermana y a mi. Recuerdo que la mayoría del tiempo estuvimos huyendo ya que mi padre estaba coludido en la mafia. Recuerdo que cuando cumplí los diecinueve ellos nos enco...