Parte 13

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OLIVER
Como siempre me encontraba explotado laboralmente. Trabajaba sin descanso y la tía Lisa solo me daba un cincuenta por ciento de mi sueldo.

—Te dije que dejarás esas mierdas— y aquí va de nuevo, sus malditos sermones —Esa porquería no le hace nada bien a tu cuerpo.

—No sigas, mi cabeza esta a punto de estallar— aún me encontraba recostado en mi cama y era demasiado temprano para que me reclamara sobre lo que hacía mal con mi vida.

—Está es la última advertencia que te hago, Oliver Rossi— me quitó las cobijas —Si no dejas de consumir eso voy a mandarte a un reformatorio y te dejaré ahí hasta que envejezcas.

Me puse de pie —No veo el por qué, mi padre también lo hace.

—Pues tu padre es un dementé, es un delincuente y no permitiría que tú arruinaras tu vida como lo hace él— la mire —alístate y no tardes en bajar— dicho eso salió de la habitación y fue a esperarme a su auto.

Cuando termine de ducharme y cambiarme baje y salí —Ya estoy listo— ella solo comenzó a caminar hasta llegar al hotel. Una vez llegando ella se estacionó y luego bajó y se fue a encerrar a su oficina como siempre.

Yo baje y luego fui a ocupar mi lugar y a esperar a que alguien viniera y pidiera una habitación para que se quedara. Al poco rato el antisocial llegó y tomó su lugar.

Me había empeñado en hacerle la vida imposible y había funcionado. O al menos siempre terminaba molesto conmigo, pero me gustaba verlo molesto.

(...)

El tiempo pasó y sin darme cuanta ese chico ya se había robado mi corazón. Que estupidez, pero así había sido. Siempre que lo miraba había algo que hacía quererlo besar.

—Tía— dije en cuanto entre a su oficina —Quiero un consejo.

Ella dejó de hacer lo que hacía y me miró —¿Que hiciste ahora, Oliver?— preguntó un tanto molesta.

—Nada— me senté en la silla del frente — es solo que quería saber ¿como dejó de querer a alguien que probablemente me odia?

—Pues eso es sencillo, alejándote de esa persona.

—Pero no puedo alejarme de él— decir eso hizo que su mirada fuera más penetrante —Él es ¿como decirlo? Una persona que necesito ¿entiendes?

—¿Si? ¿Para que la necesitas? ¿Es acaso la persona que te entrega la porquería con la que te drogas?

—No, no. Estoy tratando de dejarla ¿si?

—Bueno, espero que la dejes por completo algún día. Ahora dime ¿Por qué es tan importante esa persona que no puedes alejarte de él?

—Veras, creo que me gusta Max— la mire y le di una sonrisa casi forzada.

Mi tía solo comenzó a reír —así que ¿te gusta? ¿Max? ¿El chico al que te pedí que te volvieras su amigo te movió el tapete?— se puso de pie y caminó hacia la puerta —Pues si te gusta porque no lo conquistas.

—Tía— me pare y camine tras ella —Te pregunté ¿cómo dejó de sentir esto por él?— la alcancé —Veras, él es... Ham... no le agrado y probablemente me odia por no lo sé...

—A ver, Oliver. Él te gusta y tú solo quieres dejar de sentir esto por él. Aléjate o acércate— caminó rápidamente y se perdió de mi vista.

¿Cómo haría eso? Ni siquiera había respondido mi pregunta. ¿Cómo iba a alejarme de él si lo tenía que ver todos los días?

El Chico de Enfrente (En Proceso De Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora