Capítulo 24: "Punto y seguido"

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Desde navidad ha sido muy difícil para mí. Tengo ataques de ansiedad casi todo el tiempo, mi garganta se traba y tengo taquicardias recurrentes. Todo esto ocurre en mi interior pero nadie lo sabe, ni siquiera Vane.

¿La razón? ¡Adam Prince! O más bien la culpa que siento desde que le hice la escena de celos más tonta de la historia.

Ni yo misma entiendo qué fue lo que pasó conmigo, solo recuerdo que verlo con Nilena me estrujó el corazón, tuve la misma sensación que cuando Edward me presentó a su novia Caroline.

Quizás no lo había notado por el tiempo que pasó, pero aún tenía mucho por sanar. Porque mis celos solo eran indicio de inseguridad en mi corazón y un sentimiento de inferioridad muy grande. Me molestó mucho que pudiera ser tan abierto con Nilena y que conmigo fuera tan distante, llegué a creer que lo perdería y por esa razón hice escándalo en la cena de navidad.

Ahora me siento peor, porque Adam se ha distanciado, no solo de mí, sino de toda la familia y de la iglesia. Le escribo y no me responde, y cuando lo hace su excusa es sobrecarga laboral. Quiero creerle, pero, sé que hay algo más que esconde, solo espero que no sea por causa de mis celos tontos.

Tocan el timbre y salgo disparada a abrir con la esperanza de que sea él y poder arreglar las cosas.

—¡Hola!— digo con emoción. Pero, esta, dura muy poco cuando dirijo mi mirada hacia el lado derecho de Adam.

Ahí está, es ella, es Nilena. No puedo evitar mudar mi rostro de una sonrisa, a la decepción más profunda que he vivido. Veo a Adam y él me mira con indiferencia mientras entrelaza sus dedos con los de Nile. La escena desvía mi mirada hacia sus manos y un nudo en la garganta aparece, mientras mis ojos luchan por no derramar lágrimas. Sonrío de la forma más cortés que puedo, miro a la chica y la saludo.

—Hola Nile, qué gusto verte, qué gusto verlos a ambos. Pasen, la casa es toda suya— les digo mientras los hago pasar.

—Feliz cumpleaños, Amie— me dijo Nile, con amabilidad.

—Gracias, Nile ¡qué linda!— toco su cabello largo y ondulado, y luego miro a Adam, él no me dice nada. Ni un abrazo, ni un saludo de cumpleaños ¡Nada! Solo camina hacia la sala de la mano de su novia, o al menos creo que eso son.

Salgo disparada al baño y apenas cierro la puerta mis lágrimas corren por mi rostro sin piedad ¡Esto es más fuerte que yo! ¡Duele demasiado! Verlo con ella es un golpe muy duro para mí.

Siempre pensé que Adam no tenía ninguna relación con nadie porque tenía muchas heridas en el corazón, ahora me doy cuenta que no es así. Yo simplemente nunca fui suficiente para él ¡Dios mío! ¡Cómo duele esto! Darme cuenta de que yo siempre fui... tan tonta...tan ingenua...tan aburrida...tan poco y a la vez demasiado. Pongo mis manos en mi boca para no hacer ruido con mi llanto, porque hasta la respiración es complicada.

Sigo pensando y lo entiendo, ella es más alta que yo, es todo lo opuesto a mí, un cuerpo genial, cabello rizado y largo, es tan perfecta, tan divertida, y yo tan...común.

Sigo llorando, es mi peor cumpleaños de todos los 21 que he cumplido hasta hoy, mi tan esperado día arruinado, ni siquiera quiero salir del baño. Pero papá y mamá no tardarían en darse cuenta, así que seco mis lágrimas, me lavo la cara, pongo un poco de maquillaje otra vez y vuelvo.

La fiesta ha estado bonita. Vinieron varios de mis familiares, algunos amigos de la universidad y otros de la iglesia. Pero yo estoy distante, solo quiero que todos se vayan y que yo pueda quedarme sola en mi habitación.

No obstante, me doy cuenta de algo. Dirijo mi mirada hacia la feliz pareja ella lo acaricia y él quita su mano, intenta besarlo pero él la esquiva y me mira, a pesar de los metros que nos separan nuestras miradas se encuentran, y ahí está Nilena, a su lado hablándole sin que él la escuche ¿Estoy viendo alucinaciones? No lo sé, pero esto no quedará así, esto no es un punto y final. Es un punto y seguido. Necesito una explicación de todo esto. Luego de unos minutos Adam voltea y mira a Nilena mientras le habla. La fiesta termina y todos se van, incluyéndolos.

Han pasado varios días, y yo sigo distante con el mundo. No he salido mucho, como muy poco y solo quiero estar todo el día en casa viendo películas y comiendo helado. Lastimosamente, he tenido que ir a trabajar, pero fuera de eso no hago más nada que estar en cama, tal como ahora.

—Amie, has revisado tu correo electrónico últimamente— me pregunta Vane mientras yo estoy acostada con una almohada encima de mi cabeza para no ver ni escuchar a nadie.

—La verdad es que no. ¿Por qué la pregunta?— digo entre dientes.

—Bueno tal vez puedas tener una sorpresa allí

—¿A qué te refieres?— Me quito la almohada y me siento. ¿De qué sorpresa estará hablando?

—Bueno, mejor no te hago spoiler. Ven conmigo, revisémoslo juntas— Toma mi celular y comienza a revisar mi correo electrónico.

¡Vane y sus sorpresas! No tengo idea de que desea pero yo no estoy concentrada, en mi mente pienso en como lograr que Adam me cuente la verdad <<piensa Amie, piensa>> "Dios mío ayúdame, te necesito más que nunca" ni siquiera sé cómo está él, no quiero escribirle más, nunca me responde, necesito saber si aún ama a Dios, si está apartado o solo ésta ocupado, necesito la verdad.

—¡Sí, sí, sí! ¡Entrasteeeeeee!— me grita Vane mientras me aprieta con fuerza en un abrazo ¿Qué quiere decir con que entré?

—Vane, no puedo respirar

—Perdona, perdona. Es la emoción ¡Ahhhh!

—¿A qué te refieres Vane? No entiendo.

—Te explico. Como ya terminaste la universidad, y sé que quieres hacer un postgrado en "Gestión de artes" y sabes inglés y bla bla bla. Te postulé para una beca en una universidad en Canadá, se llama "Versates" "versades" algo así

—¿Versalles?

—Sí, esa misma. Obtuviste una beca en Gestión de Artes en la universidad Versalles por dos años. Todo pagado ¿No es genial?

¡Vane está loca! ¿Cómo se atreve a postularme? Lo sé, es una gran oportunidad pero ¿Y Adam? ¿Qué hago con él? ¿Y mis padres? ¿Y mi país? ¿Y....? No sé ¡Todo!

—No te preocupes, papá y mamá ya lo saben y lo aprueban. De hecho, papá me ayudó a hacer los trámites. Solo estábamos esperando la respuesta. Y es ¡siiiiiiiiii!— Vane sigue gritando y abrazándome.

—Vane, no puedo simplemente ir allá y dejar todo aquí

—¿A qué te refieres con todo? ¿A Adam? ¡Ya supéralo! Él está con esa "Nilenita" ¡Ugh! No la paso ni con agua— se tapa la nariz con la yema de sus dedos simulando asco.

—Vane, entiéndeme. Necesito arreglar las cosas con Adam. No puedo irme y dejar un asunto pendiente aquí

—Pues entonces ve, habla con él. Resuelve tus asuntos y vuela alto a Canadá. Te aseguro que es lo mejor que te pueda pasar. Ah, por cierto ¡DE NADA!

Sin prestar atención a Vane, me pongo de pie y camino en círculos en mi habitación, con mi pijama de "las chicas superpoderosas" pensando qué hacer y qué decirle a Adam.

—¡Ya sé! Iré a su casa y le diré todo— digo levantando mi índice y colocándome mis pantuflas.

—¿A qué te refieres con todo?— Vane me mira incrédula desde mi cama

—Voy a decirle la verdad. Que lo amo y que quiero ayudarlo, le diré que se case conmigo—lo digo mientras me peino un poco frente al espejo.

—¿Acaso estás loca? ¿Qué no me oíste? Te acabo de decir que entraste a una universidad carísima en Canadá ¿No te importa? — esta vez Vane se levanta, me quita el peine y trata de hacer que entre en razón.

Yo vuelvo a tomar el peine de sus manos, la tomo de los hombros y hablo.

—Vane, no me juzgues. Necesito hacer esto, gracias por lo que haces por mí, pero realmente siento que debo decirle todo a Adam, porque él jamás va a contarme nada si no hago algo primero— sigo peinándome y ella me mira desconcertada mientras mueve la cabeza.

—Amie no lo hagas. Te vas a arrepentir, déjalo en paz. Deja que resuelva sus asuntos, no te metas porque te hará daño, yo sé lo que te digo— sus ojos están brillosos, pareciera como si ella pudiera verme mal en un futuro, o supiera un pasado que yo desconozco.

Sin decir más, la dejo ahí. Y salgo corriendo en busca de Adam. No me importa incluso estar en pijama, necesito ir antes de que me arrepienta. Iré como Rut cuando le pidió matrimonio a Booz, o cómo Ester cuando fue ante el rey ¡Y si perezco que perezca!

Voy a casa de Adam, esto no ha terminado, no es un punto y final, es un punto y seguido.

Buenos días, queridos lectores...

Quiero aclarar que el comportamiento de Amanda de completamente incorrecto. Así, que me veo obligada a decir como algunos comerciales en la televisión "Niños, no intenten esto en casa" jajaja.

En primer lugar, Amie no oró ni consultó con Dios para hacer esto. En segundo, no escuchó la voz de su hermana, que le estaba advirtiendo. Recordemos que la gente que amamos puede ser usada por Dios para advertirnos de las consecuencias. Por último, ella usó versículos fuera de contexto, queriendo parecer espiritual.

El caso de Ester y Rut son muy diferentes al suyo, porque Dios las guío a ambas a cumplir una misión vital. Aquí, ella solo estaba actuando por el impulso de su corazón.

Les digo esto, porque quiero que presten atención a todo lo que va a ocurrir a partir de ahora, y que lo tomen en cuenta para poder tomar buenas decisiones en Dios.

Dios les bendiga. No leemos el miércoles.

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