Capítulo 25: "Puntas rotas"

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He estado en mi cama todo el día. No tuve pesadillas anoche, pero es porque no dormí ni un poco. Solo pensaba en Amie, en su decepción el día de su cumpleaños, y entonces, escucho el timbre ¿Quién será a esta hora?

Me siento, tomo mi celular y veo la hora, son las 11:05 PM. O es alguien raro o es una emergencia, porque no tengo idea de quien pueda estar aquí a esta hora.

Llevo puesto unos shorts azules y una T-Shrit verde, no uso pijamas temáticas, mi pijama siempre es ropa que antes fue de salir y luego por su antigüedad se convierte en ropa para dormir, así que está arrugada y quizás con algunos hoyos. Mi cabello está despeinado, y voy caminando descalzo a la puerta. Quien quiera que sea, no creo que merezca que me ponga zapatos.

Mi dolor de cabeza bloquea mi capacidad para pensar, así que ignoro que podría ser un ladrón y sin preguntar, abro la puerta.

—Hola Adam...yo...Ehm... Necesito hablar contigo, es urgente. ¿Puedo pasar?— Amie está frente a mí ¡No es posible!

Realmente me tomó por sorpresa. Creí que después de su cumpleaños, ella no iba a querer verme nunca más. La veo con asombro, está sonriendo frente a mí con su cabello desordenado y pijama de alguna caricatura infantil que desconozco y unas pantuflas de peluche. A pesar de ello, para mí está hermosa, tierna, destilando su esencia justo ante mis ojos.

—Sí claro, pasa—le digo con seriedad y la dejo entrar.

Ella entra, y comienza a ver todo el lugar. Mira mi cama desordenada, las paredes pintadas de gris, la mesa de la cocina con algunos platos sucios y por último las sillas de la sala de estar. Se dirige hacia ellas y se sienta mientras Kiuri corre hacia ella.

—¡Kiuri, no!— trato de detener a mi gata sabiendo que Amie es alérgica.

—Esta bien Adam, no te preocupes— Amie mira con ternura a Kiuri y la acaricia. En poco tiempo, se va y nos deja a Amie y a mí solos.

—Bueno...y...¿Qué querías decirme?— le pregunto rascando mi cabeza de confusión.

—Siéntate, por favor— Amie me indica señalando la silla que está frente a ella, yo obedezco y me siento.

—Adam, te conozco hace un poco más de un año. Tú sabes que al inicio no me agradabas—noto que está nerviosa porque comienza a tocarse las puntas de su cabello mientras habla—No te comprendía, no entendía porque Vane insistía en ser tu amiga a pesar de tu frialdad y dureza. Pero entonces te conocí realmente, me di cuenta que hay más en ti de lo que se puede ver. Hay en ti un corazón compasivo, tierno, amable, un corazón lleno de amor—se acerca a mí y toca mi pecho—Compartir contigo este año ha sido lo mejor de mi vida, pero te has alejado y quiero saber por qué. Sin embargo, antes debo decirte que no hay obstáculo bastante grande para mí, yo te amo y haré lo que sea para estar contigo. Solo dime que sí, que quieres que resolvamos esto juntos—ahora toca mi rostro y empiezan a salir lágrimas de sus ojos.

Estamos tan cerca que respiramos el mismo aire, siento su respiración y hasta los latidos de su corazón. Toco su mejilla con mis manos, limpiando sus lágrimas, las que yo le estoy haciendo derramar y entonces derramo algunas también. Mientras esto ocurre, nos acercamos más y noto como su respiración se agita, porque su pecho sube y baja mientras respira. Yo miro sus ojos, esos que gritan frente a mí que diga algo, que haga algo. Bajo mi mirada unos centímetros hasta su boca. No resisto más y la tomo por la nuca y la beso desesperadamente, uniendo mis labios con los suyos y entrelazando mis dedos con su cabello. Ella corresponde y toma mis antebrazos.

<<¿Qué rayos haces? Veo que tu plan es seguirla lastimando ¿Qué esperas que ella haga ahora? ¿Que se vaya? ¡No se irá! Ahora sabe que la amas, y luchará por ti ¿Y tú qué harás? ¿Hacerla sufrir hasta que muera?>> Escucho esa voz en mi cabeza otra vez.

¡No, no, no, no!

—¡Noooo!—digo mientras me separo de Amie con brusquedad y la empujo, dejándola un metro lejos de mí. Me levanto de la silla y camino unos pasos más mientras sostengo mi cabeza con ambas manos ¿Qué es lo que hice?

—¿No qué? ¿Qué ocurre Adam? No pasó nada malo— ella viene a mí y toma mi brazo, pero yo enseguida me zafo de su agarre.

—¡Déjame en paz! ¿quieres? ¡Sal de mi casa ahora!— esta vez le grito al momento que señalo la puerta con mi índice, y ella se ve aterrada, sus lágrimas corren sin piedad.

—¿Por qué? ¡Dame una razón para irme!— ahora ella me grita también ¡Qué terca es!

—¡¿Qué quieres que te diga? ¿Qué no te amo? ¿Qué no siento lo mismo por ti?!—sigo gritando y conteniendo mi llanto.

—¡Sí! ¡Quiero que me mires a los ojos y me digas todo eso, Adam Prince! Es allí cuando voy a creerte y te juro que no te buscaré más— me dice eso tomando mi rostro para que la mire.

Lo que estoy sintiendo ahora no tiene comparación. Siento como se quiebra mi corazón en pedazos, ni siquiera las puntas me salen bien, solo salen puntas rotas, porque yo estoy roto. Sin embargo, haré mi mayor esfuerzo, no debo llorar, debo dejarle claro que la aborrezco si es posible. Quito sus manos de mi rostro y lo bajo a su altura para que vea mis ojos directamente y hablo.

—Bien. Amanda Julca, no te amo. Escúchalo bien, porque no lo diré de nuevo. Te aborrezco, me hartas, estoy hastiado de ti, y la razón, por la que busqué a Nilena es porque ella es todo lo que quiero en la vida. Ahora, hazme el favor de irte y salir de mi vida para siempre ¿Comprendes?— decir esto es lo más difícil que he hecho en la vida, tomando en cuenta que la estoy viendo quebrarse frente a mí y sigo haciéndole más daño. Su cara está roja, sus mejillas, sus ojos, su nariz y hasta sus orejas. Y su boca se encoje como cuando una hoja es arrugada por la fuerza de las manos.

¡Dios, Dios, Dios! ¡En qué monstruo me convertí! Amie sigue allí frente a mí, inmóvil, sin decir nada.

—¡DIJE QUE TE VAYAS!— Grito y mis ojos están por colapsar en llanto, así que la tomo de los brazos y la arrastro hasta la salida.

—¡Adam no!— me grita mientras cierro la puerta con llave.

Me deslizo por ella y dejo salir mi llanto en silencio para que no escuche. Hasta que caigo al suelo de mi habitación.

—¡Adam! ¡Adam, escúchame! — se oyen los gritos detrás de la puerta, pero no digo nada.

—¡Adam! Kiuri está aquí afuera, abre la puerta para que pase, sino se la pueden llevar o se puede perder.

Pasa un rato, y no respondo.

—¡ADAM!— Me grita pero yo sigo sin decir nada.

Muerdo mi puño para no dejar salir el gemido de dolor que siento en el pecho. Pasan unos minutos y ya no escucho a nadie ¿Se habrá ido?

Abro la puerta,  ya no está Kiuri y tampoco Amanda. Es allí cuando grito.

—¡Nooooooooooo!— Lloro solo en mi habitación, dejando salir las puntas rotas.

¿Cuántos lloraron con este cap? Yo lloré escribiéndolo. Por favor, no me odien jajajaja. Sé que todos estamos con sentimientos encontrados, odiando a Adam, y al mismo tiempo a Amanda. Lo que quiero es que cada uno de ustedes puedan entender qué motivaciones hicieron que cada personaje tomara sus decisiones.

Siempre lo he dicho, un corazón ano, no puede amar de la forma correcta, y podemos ser cristianos de años y seguir teniendo heridas en el corazón. Por la sanidad es algo constante, un trabajo que solo con Dios se puede lograr, y lleva tiempo, es por eso que tanto Adam como Amanda cometieron errores, porque ninguno tenía un corazón sano.

Pero para que no sea tan amargo el momento, les he traído un regalito. Es un dibujo del segundo primer beso de Adam y Amanda, espero les guste. Dios les bendiga...

 Dios les bendiga

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