Capítulo 36: "Una llave punteaguda"

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¡Llegó el día! Amie está en camino a Perú. Estoy tan ansioso, nervioso, no puedo describir lo que siento. Es primera vez que tomaré riesgos en el amor, y honestamente, no sé cómo se hace, tengo un plan en marcha, sin embargo no sé si salga como espero. Tomo una mototaxi y en pocos minutos llego, estoy en la casa pastoral.

—Llegas tarde— dice Vane mientras abre la puerta y me mira enojada.

—Solo me retrasé 2 minutos, perdón— respondo con sinceridad y ligereza.

—Bueno, no importa. Pasa— me hace señas con las manos.

Entro a la casa, y me doy cuenta que sigue intacta, igual a hace dos años atrás. Reconozco muy bien la mesita del centro, esa que tiene un florero, y las sillas a su alrededor. Camino hacia ellas y me siento.

—Adam, sabes lo mucho que te aprecio. Sabes que también amo mucho a Amie, es mi única hermana— la pelinegra camina y se sienta frente a mí. Peina los mechones de su cabello y continúa—no quiero que la lastimes, por eso es muy importante que entiendas lo grande que es que te esté ayudando en este plan. No quiero que la hagas sufrir de nuevo, debe salir bien. Y solo estoy accediendo porque sé que ella también te quiere, y que John, a pesar que es muy bueno, no es lo que ella necesita en su vida—cruza las piernas y espera mi respuesta.

—¿Y yo sí?— me cruzo de brazos y la miro confundido.

—No lo sé, eso espero— voltea a su derecha y abre su bolso sacando un objeto brillante y de metal—Toma, ten esto

Extiendo mis manos para tomar lo que Vane me da, es una llave punteaguda ¿Qué abrirá?

—Esta es la llave del cuarto de Amie, la necesitarás para ejecutar la primera fase. Nadie ha entrado allí desde que ella se fue, así que sé cuidadoso y no toques nada, confío en ti. Anda, entra yo te espero aquí— me hace señas en dirección al cuarto del amor de mi vida ¡Estoy nervioso!

Sonrío y abrazo a Vane. Luego, camino hasta el cuarto de Amie ¿Qué sentiré al entrar? Jamás he entrado allí ¡Qué ansiedad siento! Vane tiene razón, no me perdonaría que el plan salga mal y la lastime otra vez, es una gran responsabilidad.

Inserto la llave en la cerradura, giro la manilla y se abre la puerta, entro. Me quedo perplejo al ver su cuarto, las paredes son de color lila, y tiene mariposas púrpura por todos lados. A la derecha tiene una mesita de computadora, arriba de ella supongo que iba su laptop, tal vez se la llevó. A la izquierda está su cama, sus sábanas son lila, su almohada es púrpura, al fondo está su armario color blanco, y también tiene una biblioteca del mismo color con tres pufs a los lados. Tiene luces en el techo, el aspecto de su cuarto parece sacado de película, como si dentro viviera una princesa y un hada le hubiera dado todo lo que ahí tiene. Me percato de otro detalle, tiene una pared llena de fotos, me acerco.

Hay fotos de cuando ella era bebé, otras con sus padres, tiene muchas con Vane, con su amiga Nya, otras son en la iglesia, algunas son de ella danzando...¡Oh! Hay una foto nuestra, y los recuerdos vienen a mí mente.

...

—¿Por qué le echas azúcar?—le dije un día que cocinábamos juntos.

—Es solo un poquito Adam, no reniegues—siguió moviendo el guiso con la cuchara.

—Estas dañando el ají de gallina, déjame a mí—intenté quitarle el utensilio, pero fue imposible jajaja.

—¡No! ¡Déjame! Jajaja, yo tengo el poder. Listo, jaja, le eché azúcar y no lo pudiste impedir— sacó la lengua en señal de victoria.

—¡Qué manía tuya de que las cosas sean dulces!—dije cerrando los ojos y sosteniendo mi cabeza.

—Dulces no, agridulces. Siempre debe existir un equilibrio, ¿No crees?— dijo mientras le dio una probada a la comida

—Chicos, volteen y sonrían para una foto, digan ¡Chica morada!— nos sorprendió la pastora con una cámara frente a nosotros.

—¡Chicha morada!—dijimos al unísono.
...

No sabía que ella tenía una foto nuestra en su cuarto, de hecho, es la única foto de un chico que tiene ¡Cuánto daño le hice!

Me siento en uno de los pufs, saco una hoja de mi bolsillo y una pluma que tenía colgada al cuello y comienzo a escribir.

"No te pido garantías, solo que nos veamos. Es importante, ven mañana a las 8 AM al parque de la cultura. Te espero.

Pd: No olvides que soy tuyo por siempre. Adam"

Pongo la carta en su cama, que esté visible para que ella no tarde en encontrarla. Salgo del cuarto y cierro la puerta.

—¡Al fin! Me tenías nerviosa. Papá está por llegar y no quiero que te vea en el cuarto de Amie— me toma de la manga de mi camiseta mientras me arrastra hasta la salida jajaja.

Se abre la puerta, llegó el pastor Josué.

—¿Adam?—frunce el ceño y me mira desconcertado.

—Pastor...yo...yo...yo—tartamudeo y me rasco la nuca.

—Él ya se iba papá, no te preocupes—dice Vane empujándome.

—¿Irse? ¡Qué pena! Me hubiera gustado conversar contigo hijo, te he extrañado. Dame un abrazo— sonríe y me abraza.

Yo le devuelvo el abrazo. Que honor que aún me llame hijo ¿Sabrá lo que pasó entre Amie y yo? ¿Sabrá que yo la lastimé?

—Otro día lo visito pastor, ahora tengo que irme—me dirijo hacia afuera.

—Ven a cenar mañana, haremos una cena de bienvenida para Amie y John, te espero— me saluda con la mano y se dirige a su cuarto, antes que pueda responder.

¿Bienvenida para Amie y John? Me duele, pero tengo que estar, necesito estar, aunque espero que después de nuestro encuentro, Amie no tenga que venir con John a la cena sino conmigo.

—Adam, ¿y la llave?— Vane sale y extiende su mano hacia mí.

—Ah, sí. Toma

Le entrego la llave punteaguda, aquella que me ayudó en la fase 1 de mi plan.


Aquí les dejo el primer capítulo de nuestro maratón ¿Qué les pareció el cuarto de Amie?

Dios los bendiga mucho...


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