No era mi mejor día, estaba lloviendo, se me hizo tarde y parecía un completo desastre, pero no era excusa para faltar al culto de jóvenes ¿Cierto?
Ese día no escuché la alarma de mi celular.
-¡Amanda! Vas a llegar tarde a trabajar- dijo mamá desde la puerta de mi habitación, al mismo tiempo que la tocaba para hacer más ruido y que me despertara.
¿Tarde? ¿Cómo es posible? ¡Jamás despierto tarde! En especial si tengo culto de jóvenes en la noche, porque debo arreglarme muy bien para llegar linda luego de salir del trabajo.
-¿Qué hora es? ¡Santo cielo! Mamá, ¿Por qué no me despertaste- le dije a mamá con enojo, mientras quitaba el cabello de mi cara y limpiaba la baba que tenía por haber dormido profundamente, al tiempo que me levantaba de la cama corriendo hacia la ducha. ¡Ugh! ¡Qué frustración! Esto no debía pasar.
-Cariño, no te desperté porque sueles hacerlo sola, ¿Qué pasó contigo? ¿Por qué te quedaste dormida? Y no me alces la voz jovencita, ya tienes 20 años, no tengo porqué levantarte- gritó desde la cocina.
Mamá tenía razón, pero estaba tan enojada. Mientras entraba a la ducha, y me recogía el cabello para no mojarlo (porque ya no me daba tiempo de secarlo) comencé a hacer memoria, para entender qué había causado que mi sueño se prolongara. Mientras el agua fría corría por mi cuerpo, recordé que he estado mal emocionalmente, arrastrando asuntos del pasado, cosas que me hacen sentir cargada, triste y confundida, también atrapada y sin salida, pero eso es otro tema. El punto es, que no logro dormir bien estando triste o preocupada.
-¿Vas a desayunar?- Se escuchó la voz de mamá desde abajo. Nunca me dejaba salir sin desayunar, así que no sé porque me preguntaba. Mi mamá es una especie de "Hada madrina sobreprotectora". Si existen ángeles en la tierra, definitivamente serían las madres. Solo que a Dios se le pasó un poquito la mano cuando decidió darle a mi mamá un toque de protección hacia mí.
-No sé si pueda desayunar mami- le dije esperando que me entendiera.
-Mmm, bueno. Pero lo pondré en un tapper para que comas en el camino-
Me vestí lo más pronto que pude, y fui corriendo a la mesa. Allí estaba mamá con una bolsa de papel que tenía dentro un tapper perfectamente ordenado con un sándwich delicioso de atún con ensalada, un jugo de naranja en una botella de plástico (amo tomar bebidas en las botellas de plástico no tengo idea de porqué) y un termo con café.
-¡Qué Dios bendiga tu día princesa, que te vaya bien y que termines pronto para volver a casa!- su voz venía cargada de dulzura y amor, muy diferente a los gritos de unos minutos antes jajaja.
-Amén mami, gracias. Te amo, Dios te bendiga también-Mami es una persona de oración, siempre me bendice y ora por mí, eso lo valoro mucho. Ha tenido una vida dura en el pasado, pero siempre me enseñó que debía tener fe en todo lo que emprenda.
Me despedí de ella con un beso y un abrazo y salí corriendo a tomar transporte. Son las 8:45am el tiempo apremia, debo estar a las 9am en el trabajo, y aún me falta caminar hasta el paradero que está a 10min de mi casa. <<¡No voy a llegar!>> Pensé, mejor tomo una mototaxi. Reviso mi cartera, solo tengo 4 soles, "¡Ayúdame Señor! Toca el corazón de un alma piadosa que me lleve, amén". Hice una oración relámpago mientras caminaba hacia donde estaban las motos.
-Buenos... días...¿Cuánto me cobra para ir hasta el Megaplaza?- Le pregunté con voz agitada, tratando de recuperarme por lo rápido que caminaba, a uno de los conductores esperando que me llevara por 4 soles.
-Son 7 soles hasta allá- yo lo sabía pero no me alcanzaba.
-Ah, este...bueno...yo. Disculpe, estoy apurada y no tengo en este momento, mi casa está allá. ¿Puedo pagarle lo que resta en la noche? Tengo 4 soles-
Definitivamente Dios siempre me escucha, el conductor accedió a llevarme "¡Gracias Dios!". Estaba en la moto, faltaban 10 minutos. Milagrosamente llegué al centro comercial en solo 8min. ¡Fue increíble! Salí corriendo y abrí la tienda donde trabajo, y aunque estaba hecha un desastre, me sentía feliz de haber llegado a tiempo, toda mi frustración se iba desvaneciendo a medida que me daba cuenta de la bondad de Dios.
"Gracias Señor, por ser tan bueno conmigo. A pesar que soy un desastre" Dios realmente me respalda, solo porque sí, siempre todo me sale bien, bueno, casi todo (y los eventos del pasado lo dicen). El día en la tienda ha estado movido, han entrado muchos clientes, muchas ventas, arreglos de vestidos. ¡Ah! casi lo olvido, trabajo en una tienda de vestidos de novia, allí atiendo a los clientes y confecciono vestidos también. En fin, ¡terminé agotada! y a las 7pm salí corriendo a tomar transporte porque a las 8pm tenía culto de jóvenes. Y bueno, me tocaba predicar, soy la hija del pastor.
¡Pucha! Acabo de recordar que no tengo dinero, bueno, solo el de la tienda. Llamé a mi jefa rápidamente, le pedí un adelanto y pude tener efectivo para el transporte. Nuevamente a correr. Tomé una moto, subí todos los bolsos que siempre cargo (por alguna razón que no entiendo) y me dirigí hacia la iglesia.
Me recosté ligeramente sobre el asiento de la mototaxi. Estaba cansada, pensaba en lo bueno que era Dios, pero a pesar de ello no me sentía tan contenta, una lágrima brotó de mis ojos, y le pedía a Dios perdón por no sentirme plena a pesar de lo bueno que Él era.
-Señorita, ya llegamos-
-Ah, sí, cierto. Muchas gracias, aquí tieneLe pagué al señor, me bajé de la moto. Acomodé mi vestido púrpura con mallas verdes, que no combinaban en absoluto, mucho menos con mis zapatillas negras y mi cabello, bueno, ya saben towel (toweltoundesastre) y miré al cielo, diciendo "Bueno Señor, no puedo hacer más, has lo que tengas que hacer" y con la frente en alto entré a la iglesia con mis bolsos, mi biblia y todo lo que tenía encima. En ese momento, mientras caminaba y todos se me quedaron viendo, sentí que algo me golpeó ligeramente la nuca.
Volteé a ver qué era, y en el suelo había un avioncito de papel, se le había doblado la punta por el impacto. Me agache para recogerlo, me levanté lentamente, y miré a todos los que estaban a mí alrededor.
-¿Qué es esto?- pregunte en tono serio, aunque tratando de ser amable y sin dejar de ver a todos los presentes. De repente, una voz irritante se escuchó al final de todos, y se vio una mano de color que se levantaba entre la multitud.
-Creo que es un avión de papel- dijo en tono sarcástico, como si yo no supiera que era.
Me aproximé hacia la voz, con pasos firmes. Y haciendo espacio entre la multitud de jóvenes que no me quitaban la mirada de encima. No sé si por el hecho de que estaba enojada, o por el desastre de mi atuendo y cabello. De cualquier forma no me importaba, yo quería saber quién me había faltado el respeto. Lo sé, tal vez exagero, pero soy muy radical cuando de la iglesia se trata.
-Sé que es un avión de papel, me refiero a quien lo lanzó hacia mí- le dije mirándolo a los ojos, sin dejarlo voltear ni excusarse por lo que hizo.
-Fui yo- ¡Ja! ¡Qué sorpresa! No sé excusó.Lo dijo con una seguridad increíble, como quien hizo una hazaña, levanto la mano, se puso de pie, quedando como 20 centímetros más alto que yo y viéndome desde arriba, con una sonrisa desafiante.
-¿Por qué? No lo entiendo. Explícate-
Yo estaba furiosa, si hay algo que detesto más que la falta de respeto es el cinismo.
-Solo jugaba, y no fue intencional,
¡no exageres! además...pobre. Mira la punta del avión-
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Puntas
Fiksi RemajaPuntas, misiles, mejor conocidas como indirectas muy directas. Esta es una historia donde Adam y Amanda, dos enamorados, no pueden expresar sus sentimientos por sus conflictos internos, y la manera que encuentran para hacerlo es por medio de las lla...