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Todos los trabajadores en el palacio de gobierno miraban como Rusia parecía estas de buen ánimo, lo notaban más concentrado en su trabajo, incluso más comunicativo a como se había estado comportado en las últimas semanas donde solos sus ciudades y claramente su gobernante conocían la razón llegando a este último a regañarlo y darle más trabajo con tal de mantenerlo lo más distante del latino como fuera posible.

Se encontraba frente a su computador revisando algunos informes, pero una muy leve sonrisa lo acompañaba, sin duda la llamada madrugadora con el chileno le había ayudado bastante y más al saber que se encontraba bien, aunque aquellos parches aun le hacían creer que estaba ocultando algo más sobre su salud. Dejo de teclear un momento tomando aquel collar que chile le regalo, desde ese día no se lo quitaba por ningún motivo, solo lo ocultaba debajo de sus prendas para poder protegerlo.

-Señor Rusia, disculpe, pero el presidente solicita su presencia-

-Voy, gracias- firmo unos papeles y con ellos en mano salió dejando aquellos documentos a su secretaria para luego ir a la oficina del mandatario, de vez en cuando miraba su teléfono por si había novedad del chileno, principalmente quería saber si lo darían de alta-cierto aun es temprano allá, seguro duerme- como siempre toco la puerta y espero hasta escuchar el pase del otro lado.

-Toma asiento Rusia-

-Señor si es por las propuesta que me envió ayer yo...-

-No te llame para eso Rusia-

-¿Entonces?-

-Se me acaba de informar que se llevara a cabo una celebración con nuestros más cercanos aliados como forma de mantener las relaciones diplomáticas y quiero que tu asistas-

-Disculpe, pero es extraño, nunca se había hecho y encuentro innecesario asistir ya que debo prepararme para las próximas reuniones y reunirme con la persona que acompañare –

-No es obligación que asistan las representaciones, prefiero que te ocupes de mantener nuestras alianzas a unas reuniones que no van a ningún lado-

-Debemos asistir, no podemos simplemente mandar a un embajador, debe acompañarlo una representación- esa era la instancia perfecta del ruso para ver al chileno, sabía que se llevarían acabo en su territorio por lo que debía lograr convencer al gobernante de turno.

-Veo que no comprender Rusia, no iras allá, sé que tu insistencia no es porque te importe el cambio climático, si no donde se van a llevar a cabo ¿o me equivoco? - el ruso guardo silencio, odiaba esa parte de su mandatario le era difícil ocultar cosas sin que el se enterara -tu silencio me lo confirma, te avisare donde y cuando se va a llevar a cabo aquella celebración... y espero no cometas errores-

-Si señor...- se puso de pie para retirarse, pero el contrario le volvió a llamar la atención haciendo que quedara con la mano sobre la perilla de la puerta -si tanto te importa nuestra presencia en esas reuniones le diré a Moscú que asista por ti, ahora retírate- molesto se marcho de la oficina dejando contento al gobernante al reafirmar su control frente a la representación de la nación.

Rusia por otro lado iba dando fuertes pisadas por el pasillo hasta su oficina, su humor había cambiado por completo, estaba molesto consigo mismo y con aquel sujeto que debía llamar presidente, estaba harto de tener que obedecerle y que le cuestionara todo solo por ser una representación joven.

-Todo esto es una completa mierda y perdida de tiempo, hasta ahora no se han puesto en dudas nuestras alianzas... este imbécil solo busca formas de fomentar conflictos- gruño asustando a un par de trabajadores que pasaban al lado suyo.

Imposible volver amar ¿Verdad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora