El nacimiento

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Siglo XVI, Europa. El sol se asoma entre las montañas después de un largo sueño. Hoy la naturaleza es como un cuadro recién pintado,todavía puedes percibir el olor a témperas. Los riachuelos suenan como un mar en calma y los pájaros esta mañana interpretan otra melodía para el gran momento.

-¡Vamos reina María Luisa,otro empujón más!- le dice la partera mientras asoma su cabeza entre su entrepiernas.

La reina gritaba desde lo más profundo de su ser,agarrando con fuerzas aquellas sábanas de seda que parecía que apretaba sus manos en modo de compasión. Las sirvientas le secan con delicadeza el sudor de su frente.  Y otras le abanican para darle un soplo de aire fresco, ese mismo que necesita en esos momentos.

-¡Ya le veo la cabecita reina, empujé con todas sus fuerzas,ya está aquí!- le grita la partera para motivar ese último empujón.

Mientras fuera,se encontraba un rey nervioso,dando paseos de un lado a otro pero donde recorría un mismo camino.

Cuando de repente dejo de escuchar sus gritos. Todo quedó en silencio, y solo se escuchaba el latido del corazón del rey en su cuello.

Y sin previo aviso de la nada se escucho el llanto de una nueva vida. Una melodía que recordarás el resto de tu vida y que no tendrá nunca el botón de pause. El rey entró corriendo a la habitación y allí estaba,con esa cosita tan pequeña en sus brazos,su rostro lucia pálida, cansada.

El rey se acercó lentamente hacia su cama,esperando ansioso por ver si era lo que tanto había implorado.

-Es una preciosa niña, Bartolomé. Mirala se parece a ti,tiene la misma forma de tus labios de corazón,¡están perfecta!. Creo que ya sé cómo le vamos a llamar- su voz dependía de un hilo por el cansancio acumulado, pero su felicidad era inigualable a lo que sentía.

El rey solo se limita a observarla,pero su boca se mantenía cerrada como con llaves.

-¡Enhorabuena majestades,habéis tenido una niña preciosa y muy sana. Ahora es mejor que la reina descanse y se recupere,lo va necesitar- le dijo Juana la sirvienta más fiel a los reyes.

Recogieron todo lo que quedaba en la habitación y se fueron con discreción,dejando solo al rey.

-¿Quieres cargarla?- le dice la reina mientras lo mira con sus ojos resplandecientes de alegría.

Pero el rey echo un paso hacia atrás.

-Bartolomé,¿Te pasa algo?,no has hablado desde que entraste a la habitación- le pregunta desconcertada por su comportamiento.

El rey se da media vuelta,mientras se dirige hacia la puerta.

-¡Sabes perfectamente María luisa que yo anhenalaba un varón!. ¡Él si hubiera sido mi descendiente para convertirse en el próximo rey!- le dijo en un tono enfadado y desafiante.

Y tal dijo como dijo esas últimas palabras hirientes,abrió la puerta y se fue. Dejándola allí sola,rota, desconcertada y con lágrimas en los ojos. Aquellos mismos que se iluminaron de felicidad unos minutos, ahora estaban llenos de una pena incomprensible.

Ella sabía que  siempre había anhelado un varón,pero él como ignorante desafíaba a la naturaleza. Porque eso no es algo que tú eliges,pero ella como madre elegiría a su hija por encima de todo.

Os invito a seguir leyendo mi historia📖. Démosle la oportunidad de sorprendernos con cada capítulo. Y si no te gusta,gracias por haber leído el primero😊. Y si eres una de las que te atrapa está historia, bienvenida amiga🥰 espero que disfrutes,y que pueda llegar a transmitirte con letras,lo que la misma vida te transmite. Gracias de ante mano 🤗.

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