Estoy sumergida en el agua fría. El color del agua a cogido un tono más oscuro a causa del barro. Mis pensamientos se bañan en estas aguas sucias,para así, limpiar este deseo oscuro que me provoca Hernando.
Sus frases resuenan en mi mente una y otra vez,como si pausaras una canción que te gusta para poder memorizarla.
Mientras termino de darme el último enjuago,mis manos recorren con delicadeza mis muslos,y mi mente inconsciente empieza a dar rienda suelta a mi imaginación. Fantaseo en mi mente,cómo sería el tacto de sus robustas manos en mi piel.
Muerdo mis labios suavemente,con un deseo insaciable que solo él puede saciarme. Mis dedos empiezan a nadar bajo el agua,buscando aquel punto prohibido del que nadie puede hablar. Siento pudor por lo que estoy haciendo,pero mi instinto más animal,manda en mí.Empiezo a tocarme suavemente, mientras que mi cuerpo empieza a tensarse. Mis pies se engarrotan saliéndose de la bañera.
-Hernando...- digo entre gemidos.
Siento como la temperatura de mi cuerpo va subiendo por la excitación,y el agua fría empieza a calentarse. Y cuando estoy en medio de una gran explosión,pegan a la puerta.
Me reincorporo lo más rápido que puedo en la bañera,y siento que mis mejillas me arden como el fuego.
-Si, adelante- respondo mientras me sumerjo entera en el agua para limpiar mi vergüenza.
Nicolás entra a la habitación.
-Cataleya, ya tienes el carruaje preparado para salir- dice mientras que está de espaldas al ver que estaba bañandome.
Cuando escucho la voz del duque,miro hacía atrás con euforia.
-¿Se puede saber qué haces aquí?.¡Por dios,estoy desnuda Nicolás!- mis gritos alertan a las criadas.
Una de ellas pega a mi habitación.
-¿Se encuentra bien,princesa?- pregunta preocupada.
El duque entre resoplidos le contesta.
-Estamos bien,Ana. Puede retirarse- responde el duque.
Él sigue ahí parado de espaldas.
-¿Podría ser tan caballero y retirarse,señor duque?- le pregunto deseando de salir de este agua que se a quedado helada.
Él se da media vuelta y se dirige hacia a mí.
-¡No de ni un paso más,o le juro que...!-grito tapándome lo más íntimo de mi ser.
Nicolás mira desafiante y da no solo ese paso que le prohibido, si no los que faltan para llegar hasta a mí.
-Metete esto en tu cabeza,Cataleya. ¡Eres mi mujer!,y como esposo tengo el derecho de verte desnuda si lo deseo. He sido un hombre muy paciente contigo,pero se acabó. A partir de ahora empezarás a comportarte como la esposa que debes ser.
Y se fue de la habitación dando un gran portazo.
Aprovecho y salgo del agua. Mi piel está arrugada como una anciana. Me coloco mi toalla y me tumbo en mi cama.
Te juro que no lo soporto. Ni en sueños voy a darle ese gusto de comportarme como su esposa,y mucho menos hacer nada fuera de lugar con él.
Respiro profundamente y suelto todo el aire de mis pulmones.
En el comedor.
Entro en silencio y ni mis pestañas suenan al parpadear. El duque está sentado en la mesa.
-¿Estás lista?-pregunta el duque mientras que termina su almuerzo.
Me quedo mirando mi plato vacío,esperando alguna respuesta por esto.
ESTÁS LEYENDO
El Secreto De Cataleya
RandomSiglo XVI, Europa. Una princesa de la alta nobleza,llega a la edad en la que es obligada a casarse con un duque desconocido. Pero su amor, ya le pertenecía a un joven que ya conocía desde la niñez,estando pérdidamente enamorada, desafiando los pecad...