Mi mente busca con desespero una respuesta que me salve de esta situación.
-¡Que susto me has dado,Juana!tenía sed y he venido por un poco de agua- le contesto lo más serena que puedo estar.
Juana me miraba de arriba y abajo,y en la expresión de su rostro podías notar que no estaba tan convencida por mi respuesta.
-Princesa...¿Porqué traes el vestido tan sucio?- le pregunta la sirvienta
Juana.Se me había olvidado por completo ese pequeño detalle.
-Esta bien Juana,te diré la verdad...no podía conciliar el sueño y he salido a los establos con los caballos,y yendo para acá me caído y mira como me puesto el vestido- le digo mientras que me lo sacudo un poco en modo de distracción.
Juana me observa con detenimiento.
-Cataleya,¿¡sabes lo que pasaría si su majestad se entera que a salido de noche sin su consentimiento, y que decir del rey?!- sus gritos van disminuyendo mientras que le hago un gesto con mis manos para que baje la voz.
-Lo sé Juana, ¡pero por favor no le diga nada,no quiero que me encierre otra vez en las mazmorras!- le digo suplicándole con mis manos en modo de compasión.
Juana se queda en silencio,mientras que me mira con esa mirada tan especial. Desde que era muy pequeña a sido mi canta cuentos,mi peluche de entretenimiento, e incluso a espantado los monstruos de debajo de mi cama en mis pesadillas. Por ese motivo,para mí no es sólo una fiel sirvienta, es parte de mi familia.
-Esta bien princesa, ¡pero de esto no se puede enterar nadie!,¿Sabes lo que pasaría si se enterará su padre?.Sería tu compañera en las mazmorras,¿Entiendes?- Me dice mientras se acerca más a mí para que solo pueda escucharlo yo,y nadie más.
-¡Te lo prometo Juana!- estiró mi mano y saco mi dedo meñique,Juana entrelaza su dedo con el mío y así pactamos nuestro secreto.
-¡Y ahora vete a la cama,antes de que alguien nos vea aquí!- me dice mientras levanta el dedo con autoridad.
Yo me acerco a Juana,y le doy mis gracias infinitas con un beso es su mejilla.
A la mañana siguiente, mientras que el día esta amaneciendo. Me quedo absorta pensando en Hernando,en sus labios cálidos en mis mejillas. ¿Cómo se sentirá sus labios en los míos? Pienso mientras que soy consciente,que solo el pensarlo estoy cometiendo un pecado.
Hora del baño.
-Puedes retirarte, Dorotea- le digo mientras que disfruto de este baño tan relajante.
Dorotea me mira extrañada por mi orden.
-¿Seguro princesa,sabe que mi deber es secarla y vestirla?- dice Dorotea en un tono de modestia.
-Si Dorotea, puedo hacerlo sola,ya no soy una niña- le digo mientras le sonrió.
Dorotea se inclina en modo de reverencia,y sale de la habitación.
Mientras me seco,me observó en el espejo,mi cuerpo está cambiando,y mi mente de niña lo hace también. Mi cintura está cogiendo la forma de un jarrón terminado, mis senos están más turgentes y en mis partes íntimas,empieza asomarse un poco de vello púbico.
Mi madre nunca me ha hablado del cambio que nos sucede, y me siento como una gusano de seda,que al tiempo se convierte en un preciosa mariposa. Pero con la diferencia de que ella puede volar,y yo en cambio nací sin alas.
Miro por mi ventana, la misma que divide mi prisión con la libertad. Tengo ansias de volver haber a Hernando, si te soy sincera,llevamos tiempo quedando a escondidas desde aquella noche.
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El Secreto De Cataleya
RandomSiglo XVI, Europa. Una princesa de la alta nobleza,llega a la edad en la que es obligada a casarse con un duque desconocido. Pero su amor, ya le pertenecía a un joven que ya conocía desde la niñez,estando pérdidamente enamorada, desafiando los pecad...