Me despierto en mitad de la noche en sudor. Últimamente no dejo de tener pesadillas, a veces pienso que es mí mente que quiere atormentarme por mis actos impuros.
Me giro hacía el otro lado,y veo que Nicolás no está. Me incorporo en la cama y veo una silueta oscura mirando por la ventana. Él está sin camiseta,y mi mirada se pierde en la anchura de su espalda. Parece un alma atormentada,que esconde lo más oscuro de su interior.
Me levanto de la cama y me dirijo sigilosamente hacía él, pero Nicolás nota mis pasos sigilosos,y se gira rápidamente.
-¿Qué haces levantada Cataleya?-pregunta extrañado.
Me quedo callada,sin saber exactamente que hago aquí. Cuando me giro en dirección hacía mi cama, Nicolás me agarra del brazo acercándome hacía él.
-¿De verdad piensas que soy un castigo para tí?¿Tan desalmado me ves,Cayaleya?- pregunta desolado.
Intentó escaparme de sus garras.
-No te voy a soltar hasta que me respondas,Cataleya- me responde apretándome del brazo.
Respiro profundamente para ayudarme a controlar mis impulsos más salvajes.
-¿Qué es lo que quieres oír duque?¿Lo que verdaderamente siento?¿O lo que tus oídos quieren escuchar para no sentirte tan ruin?
Nicolás me suelta del brazo en señal de derrota. Mientras que su mirada atormentada busca en la mía algo que le de esa paz que necesita.
-¡Gracias por soltarme!- le digo con sarcasmo,mientras me acarició el brazo por su apretón.
Da un paso más hacía a mí y noto como su compostura a cogido una forma más dominate.
Empiezo a ponerme un poco nerviosa,y al dar un paso hacía atrás mis pies tropiezan entre sí perdiendo el equilibrio.Me agarra rápidamente,y nos quedamos mirándonos frente a frente.-¿Le puesto nerviosa,princesa?- pregunta con descaro.
E inevitablemente empiezo a reírme como una demente.
-¿Nerviosa yo? Usted lo único que me hace sentir es repulsión.- le respondo fríamente.
Nicolás se lleva su mano hacía su pelo, mientras que lo acaricia para así poder mitigar mis duras palabras.
Me voy hacía la cama,dando finalizado este bochornoso espectaculo. Mientras que él se queda mirándome desde la ventana en silencio.
A la mañana siguiente.
Los rayos de luz empiezan a colarse por las cortinas, avisándonos de un nuevo día. Abro lentamente mis ojos, y veo a Nicolás durmiendo plácidamente como un recién nacido.
Sin darme cuenta llevo como unos dos minutos observándolo,y ya me es suficiente para saber cuántos lunares tiene en su rostro. En su brazo izquierdo tiene una cicatriz pequeña, y justo debajo de su pecho tiene un hermoso antojo con forma de un trébol.
Y sin esperarlo.
-¿Estás mirando como duermo, Cataleya?-pregunta mientras que abre lentamente sus ojos.
Aparto rápidamente mi mirada y salgo de la cama sin responder,mientras que él observa mis pasos.
Veo de lejos que Nicolás no tiene la intención de levantarse de la cama.
-¿Te vas a quedar ahí mirando cómo me desvisto?¿O no tienes nada mejor que hacer?
Él está reincorporado en la cama, preparado para ver el espectáculo en primera fila.
Se levanta de la cama y se dirige hacía a mí. Todavía sigue sin camiseta,y deja al descubierto mi imaginación. Giro mi cabeza hacía un lado,apartando esos oscuros deseos.
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El Secreto De Cataleya
RastgeleSiglo XVI, Europa. Una princesa de la alta nobleza,llega a la edad en la que es obligada a casarse con un duque desconocido. Pero su amor, ya le pertenecía a un joven que ya conocía desde la niñez,estando pérdidamente enamorada, desafiando los pecad...