19_ ¿Coqueteo o pelea?

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Lucía y Amelia se encontraban en su lugar especial que era un campo lleno de flores en un pequeño monte, alejado de Huesosburgo.

Perfecto para pasar un agradable rato con tu novia.

Y hubiera sido así, si Lucía no le estuviera dando la espalda, al parecer todavía seguía molesta por lo que pasó.

- Ya, Lucía, ya te pedí perdón, pero eso no es del todo mi culpa, tu no supiste explicarte bien.- hablo Amelia con clara irritación.

Ya llevaba más de dos días que Lucía no le hablaba ni le daba cariñitos y ella necesitaba atención.

- Pues hubieras preguntado antes de romperme todos los huesos.- le contestó Lucía poniéndole unas mini gafas a su bate.

- ¡Ya te dije que...- Amelia se callo y suspiró profundo, debía calmarse y no decir una tontería.- Mira, se que hice mal en actuar de esa manera y prometo que no volverá a pasar pero ya perdóname, llevas dos días sin hablarme.- dijo la bruja apenada.

En verdad extrañaba sus mensaje de buenos días y las tontas conversaciones que tenían sobre sí comer algo del suelo te caería mal o cuantos pelos tenía una mosca.

La extrañaba a ella.

Lucía se quedó callada, pensando la respuesta hasta que por fin se digno en mirarla y abrir la boca para hablar.

- No.

-...

-...

- ¡¿Cómo que no, Noceda?! ¡Te exijo que me perdones!

- ¡Y yo te digo que no!

- ¡Perdóname o te mordere el cuello!

- ¡Y yo tu oreja, bruja loca!

Ambas empezaron a juntar sus frentes y ha mirarse con desafío.

- ¡Nalgas caídas!

- ¡Bruja glotona!

- ¡¿Cómo me llamaste, Noceda!?- Amelia le agarro de la solapa de su chaqueta.

- ¡GLO-TO-NA! ¡Glotona! ¡Y para que sepas mis nalgas no están caídas!- le grito Lucía sacándole la lengua.

- ¿Ah, no?- Amelia sonrió con burla.

- ¡Por supuesto que no! Es más, todas desean mi suculento cuerpo.- hablo con arrogancia.- Es el encanto Noceda, nena.

- Pues que lástima, seguirán deseándolo, por que tu eres mía.- sentenció Amelia sentándose en el regazo de la morena.

- ¿Así? ¿Quién dice?- interrogó con burla mientras ponía sus manos alrededor de la cintura de su novia y la apegaba más a ella.

- Yo, yo lo digo...- susurro Amelia acercando su rostro al de la latina.

Ante eso Lucía empezó a cerrar los ojos, sintiendo la respiración de su novia contra la suya, estaban a un milímetro de besarse.

- Ehhh... una pregunta... ustedes estaban... ¿coqueteando o peleando?- preguntó Edric con extrañeza.

De inmediato Lucía y Amelia se separaron y dirigieron su mirada hacia el peliverde quien estaba sentado al lado de ellas junto con Emira y Amity.

¡¿De dónde diablos salieron?!

Lucía se puso roja de la vergüenza y miró hacia otro lado.

Ese fue el décimo momento más vergonzoso de su vida.

Mientras que Amelia también se puso roja pero de ira, por fin se estaba reconciliando con su novia y llegaban sus tontos hermanos a arruinarlo todo.

¡¿Por qué no pudo ser hija única?!

- ¡¿Que diablos hacen aquí?!- les grito Amelia levantándose del regazo de Lucía.

- Pues...- Edric se rasco la cabeza y miró hacia otro lado, nervioso.

- Mamá nos dijo que fuéramos a sacar a pasear a papá ya que andaba más deprimido de lo normal y ahora el está cazando mariposas.- explicó Amity con una tonta sonrisa mientras señalaba a su padre quien jugaba con las mariposas.

Amelia miró a su padre con incredulidad, parecía un niño pequeño, mientras Lucía lo miraba con los ojos brillosos.

Ella también quería ir a jugar con las mariposas.

- Ah, si, casi lo olvido, papá dijo que cuando termines con Amelia fueras con el.- le dijo Emira a Lucía.

- ¿En serio?- preguntó la morena emocionada.

La peliverde asintió en respuesta.

- ¡Yeiiii!

Y Lucía se fue con Alador dando pequeños saltitos.

Ante eso Amelia frunció el ceño, ella quería un beso de su novia pero la muy idiota se iba a convivir con su padre.

Parecía que no tuvieron infancia.

- Parecen niños pequeños.- comentó Edric viendo cómo su cuñada y padre se ponían a saltar alegres por capturar a una mariposa.

- Lo sé.- bufo Amelia con enfado por no tener la atención de su novia.

Y así, Lucía y Alador se pusieron a jugar toda la tarde con las mariposas mientras que Edric, Emira y Amity buscaban en donde esconderse ya que "accidentalmente" habían matado a la mascota de su madre y le dejaron una nota diciéndole que Amelia era la culpable.

Por esa razón tenían que buscar un lugar en donde esconderse por unos días.

Solo por seguridad.

Bonus:

En la casa Búho, Luz se encontraba mirando el techo de su habitación,  llevaba más de tres días pensando en el beso que le dio Amity.

- Amity es una diosa con cabello de algodón de azúcar, es elegante, genial y bonita, no creo que alguien como yo pueda estar con ella... pero... ese beso que me dio parecía que... no Luz, es obvio que Amity solo quiere ser mi amiga... pero yo quiero ser algo mas que eso... ¡Bien! Ya lo decidí, voy a declararme a Amity y nadie lo podrá evitar.- hablo Luz con mucha determinación.

Ese día se declararía de la manera más genial posible.

- Me alegro por ti, niña, pero... ¡No puedo creer que te la pasaste más de tres días solo en aclarar tus sentimientos y tomar una decisión! ¡¿Si quiere pensaste en cómo decirle que sea tu novia?!- clamó Eda con enojo.

En todo ese tiempo vio a su niña ir de un lado a otro balbuceando cosas sin sentido y... extrañamente llorando y ponerse feliz de la nada, si que era muy bipolar.

La cosa es que ella pensó que estaba así por que estaba ideando un plan para declararse a Amity ya que el otro salió mal pero no.

¡La muy idiota solo estuvo así por que estaba decidiendo si declararse o no!

- Merengues.- dijo Luz en español, había olvidado ese detalle.

Y así Luz pasó cuatro días más pensando en cómo pedirle a Amity que sea su novia.

Continuará...

Luz y Amity: Tonterías de los Noceda [Lumity] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora