3600 segundos menos

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Volvemos a encontrarnos en una esquina remota. No sé cómo he llegado a tí pero parece que los 3600 segundos que me han quitado hoy han decidido desviarme en esta dirección.

Últimamente estoy perdiendo la carrera contra las manecillas del reloj, me adelantan por la derecha y por la izquierda, sin dejarme siquiera un margen, rozándome. Pensé que me angustiaría más cuando este momento llegara, pero he vuelto a subir a aquel barco del que te hablé, ¿sabes?

Te mentiría si te dijera que creí que volvería, no lo esperaba. Fue tan repentino como los rayos del sol tras dos semanas de lluvia. Nunca había llovido tanto en valencia, dos semanas, ¿te lo puedes creer? estamos en registros históricos.

Me volví a ir por las ramas ¿verdad? Sabes que siempre dije que adoraba la lluvia, pero el sol que me acompañó estos días me hace dudar de ello. Me mojé, bailé, canté, reí y amé bajo la lluvia de estas fogatas. Dios sabe que adoré cada segundo de ellas. Pero el momento en el que él me dijo que quería sol, empecé a gritarle a las nubes que nos dejaran solos.

¡Ah, que añoranza me trae hablarte! ¡Y qué extraño acontecimiento me trajo hasta tí! Disculpame otra vez por la tardanza y por los desvíos del camino, continuo.

Una noche de lluvia fina, en la que la luz bañaba las calles de valencia a las 5 de la mañana y tras haber conocido a un amistoso molusco, el camino comenzaba a hacerse molesto. Fue entonces cuando lo vi, mi barco pesquero, surcando la tempestad mientras sonreía y me ayudaba a llegar a casa. Desde aquél día, trato siempre de verlo, de dar un rodeo por cualquier lugar donde las gotas caigan (o no). No me importa el clima.

Ayer me hizo sonreír tanto que dolía.

¡Ah, ¿porqué lo bueno siempre duele!? ¿Porqué siempre es tan complicado? Diría que por bonito que sea el mar, jamás me pasaría la vida en barco, pero jamás voy a volver a hacerme caso. Y es que casi nunca tengo la razón.

Me asusta un poco, ¿sabes? Ser tan feliz aún sabiendo que él no será nunca mío.

Las cosas están raras últimamente, te seguiré contando. Esta vez tardaré menos.

Noches despiertasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora