Me tienes como una idiota esperando tu mensaje.
La lluvia cae sobre el charco de agua que se ha formado, reflejando el cielo como una cámara desenfocada. El rojo del atardecer es ahora morado, azul en algunas partes, y las nubes parecen algodón cuando los rayos las iluminan, encriptando todo en una foto bellisima que alguien colgaria en un museo con el título "mientras yo espero tu mensaje".
Los árboles se mecen ahora más que nunca porque el viento sopla con más fuerza, hay quien diría que Zeus está soplando para guiar a la lluvia hacia mi ventana, que suena como un tambor viejo marcando un ritmo descompasado, como los latidos de un corazón roto. Melodía de acordes suntuosos, que algún violinista plasmaria en una partitura a la que le pondría el nombre de "esperando tu mensaje".
Las hojas de los árboles caen y se saludan entre ellas mientras vuelan en ninguna dirección, como en un camino sin salida. Como un viaje sin retorno. Los animales callejeros se ocultan en escondites lóbregos, viendo a las marrones emprender una aventura sin rumbo. Como un pirata que tan solo ama la mar, diría Espronceda, y al igual que él, otro poeta escribiría sobre este viaje en un libro de rimas, a la cual llamaría "como un idiota esperando tu mensaje".
O quizas, el viento es solo viento, la lluvia es solo lluvia. Zeus no me manda saludos, las hojas no viajan a nunca jamás y los rayos no pintan cuadros en el cielo. Quizás estás ocupado y por eso no me envías tu mensaje. Pero aquí me tienes, como una idiota, escribiendote este texto para calmar las ansias de hablarte. Un texto al que ya se como llamar...
