Almas Negras

155 19 15
                                    

Esta historia no empieza por el típico "había una vez", porque jamás hubo una sola vez, fueron tantas las veces que esta historia se ha repetido a lo largo del tiempo... Esta historia toma presencia en un lugar que no puedo nombrar, alejado del mar y sumido en las tinieblas del horror, un lugar repleto de árboles milenarios, más viejos que las propias mentiras. Tormentas, rayos, nieve y granizo amenazaban con destruir las diminutas e incómodas casas de los habitantes. Ellos, sin embargo, no se cansaban, no se rendían, siempre seguían hacia delante si algo sucedía, fuese bueno o malo. Había un pequeño e incompetente colegio, unas calles a la izquierda, el cementerio. No había hospital ni centros para mayores, no había comodidades ni caprichos, no había sonrisas sinceras, ni miedo, ya tenían asumida su vida. Sus habitantes eran llamados "la gente de los bosques" por su gran fama de apañarse con lo que tenían en la arboleda. No eran muchos, todos se conocían entre ellos por algún parentesco familiar o por el simple hecho de verse cada día y saludarse con una fingida mirada de aprecio.

El sol nacía temprano por el horizonte iluminando este pequeño poblado, tiñéndolo de cobre rojizo. El lago semejaba oro y las calles quilates sobre los que andar. Que pena que el sol no puediera embellecer el alma de la gente que a duras penas se levantaba a trabajar el campo, con la misma pala gastada y oxidada de todos los días. Almas angustiadas, desesperanzadas, intoxicadas por las cosas que sus ojos han visto, llenas de veneno y gritos callados. Almas negras.

No obstante, había un habitante con una mente tan poética como el mismísimo Shakespeare, él veía las penas de la gente, y se reía. Siempre estaba riendo. Le daba gracía la forma en la que sus amigos o familiares tenian sus almas teñidas de negro y como sin embargo vestían de colores. Le daba gracia la manera en la que la gente sonreía, fingiendo alegría cuando tenían ganas de echarse a llorar. Le daba gracia el extraño fenónemo por el cuál el sol nacía tan solo para volver a morir 15 horas más tarde. Pero sobre todo, le daba gracia la forma en la que la gente se encerraba en sus casas por la noche, con la duda de si volverían a abrir los ojos a la mañana siguiente. Siempre reía a carcajadas pensándolo.

Ese 13 de Octubre no parecía ser diferente a los demás días, nada más lejos de la verdad. La gente trabajaba como normalmente lo hacían, realizando lo de siempre, con las mismas miradas envenenadas y los mismos rastrillos descoloridos. El sol seguía saliendo por el horizonte, el mar seguía pareciendo oro líquido, las calles seguían siendo ficticios quilates y el colegio seguía a pocas calles del cementerio.

En las paredes blancas, de una sala blanca, ocupada por una cama blanca, con sábanas blancas, se leía una fecha marcada por una tinta roja que no podía haber salido de otro lugar que del interior del chico de las carcajadas. Mientras con sus uñas se cortaba la piel, reía. Le daba gracia la forma en la que su sangre corría por su brazo, dejando la sala blanca llena de un color tan chillón que dolía a los ojos. Con su dedo índice, recorría el lugar por donde la sangre salía. Su dedo era su pluma, su papel era las paredes blancas, su tinta era la sangre que perdía, su mensaje..... su mensaje era una fecha.

13 Octubre.

Esta fecha estaba escrita varias veces, por todas las paredes, algunas ocasiones ni siquiera podía entenderse ya que todo él líquido rojo sufría una injusticia llamada gravedad y corría hacia abajo. También había marcas de la mano del pequeño niño de las carcajadas y un círculo. Un rastro de la tinta manchaba el inmaculado suelo. Era mucha la cantidad de sangre que había perdido teniendo en cuenta lo roja que se encontraba la habitación en esos momentos. Entretanto, el chico se tumbaba en el suelo, con una sonrisa en el rostro manchado de sangre. Y reía. Reía porque le daba gracia la forma en la que su sangre salía de su brazo causándole dolor y, si nadie interviene en unos minutos, la muerte. Le daba gracia porque nadie entendía que él les estaba advirtiendo algo, ellos no tenían su mente, ellos no comprendían. No comprendían que él no estaba loco. Pero el chico de las carcajadas ya estaba en paz, había cumplido con su parte. Quizá tuvo suerte y murió desangrado en vez de la noche del 13 de octubre. Lo que con certeza se, es que murió riendo, porque le daba gracia la forma en la que se puede pasar de la vida a la muerte en una milésima de segundo.

*******************************

Eran las diez de la noche y el sol volvería a morir y caer por el horizonte, como todos los días. La gente recogía sus materiales de trabajo para irse a casa rápidamente, si la noche caía, la muerte vendría con ella. Y si alguien quedaba en las calles, todos sabían que esa persona estaba en peligro, nada había que se pudiera hacer por ella. Si alguien no estaba a salvo cuando la noche tomara cada rincón, ellos vendrían a por él.

-¿Quiénes son ellos?
-Vete a dormir hijo mio.
-¿Pero quiénes son?
-Ellos.... son los malos, esto es un juego y para no perder nos tenemos que quedar en casa siempre que sea de noche. - arropa a su hijo bajo las sábanas de Star Wars.
-¿Y como ganamos?
Suspiró.
-No lo se. Buenas noches.
-Buenas noches, yo nos salvaré mamá.
La madre ríe y le besa la frente a su hijo pequeño, sin saber que ese era su último adiós.

***************************

La campana da el primer "dong", en un lugar de los bosques, dos hermanos juegan a tocar el tambor observando la lluvia caer por la ventana.
La campana da el segundo "dong", en un lugar de la aldea, una niña lee un libro de terror.
La campana da el tercer "dong", en un lugar del pueblecillo, unos amigos ríen mientras beben cerveza.
La campana da el cuarto "dong", en un lugar del condado, dos padres rememoran tiempos pasados en los que calleron enamorados.
La campana da el quinto "dong", en un lugar cerca del colegio, dos enamorados se acurrucan mientras hablan.
La campana da el sexto "dong", en un lugar donde habita la gente de los bosques, un anciano termina su maqueta de uno de los barcos de la armada invencible.
La campana da el séptimo "dong", en algún lugar, una niña se peina y se maquilla como mamá. Su madre la encuentra y ríen.
La campana da el octavo "dong" un chico cansado, se acuesta en la cama para cerrar los ojos y dormir. Nunca volverá a despertar.
La campana da el noveno "dong", una chica llora por su mala suerte en el amor, sube a su cuarto sin despedirse de su familia por nunca jamás.
La campana da el décimo "dong", un bebé llora.
La campana da el undécimo "dong", el niño de las carcajadas ríe por última vez.

***************************

23:01
Las puertas del cementerio se abren desde dentro.
23:02
Se oyen pasos por la calle.
23:03
Ellos han llegado, como todas las noches.
23:30
Todos están a salvo.
23:43
Ellos siguen por las calles y, por primera vez, tocan a las puertas.
23:44
Tocan a las ventanas.
23:56
Eclipse lunar.
23:57
Las casas ya no están protegidas, ellos y el niño de las carcajadas lo sabían.
23:58
Ellos entran en las casas.
Ellos sobreviven tomando las almas negras, envenenadas, intoxicadas.
Ellos se llevan la vida de todo al que ven.
Ellos fueron los culpables de la grande masacre que tuvo lugar en un sitio que no puedo nombrar.
Ellos son los asesinos jamás encontrados.
23:29
Ellos... están vigilándote.
Desde la oscuridad.

00:00
Silencio.

Noches despiertasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora