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Ignorar a Emeric no era un trabajo complicado, pero algo que para mí si era difícil.

Y lo peor era esa semana que se había ausentado, tanto que ni siquiera a la empresa había asistido.

—No se que ponerme para la fiesta de Ari —dijo Lilian cubriendo su rostro.

—Eres hermosa amor mío —Simon deposito un beso sobre su mejilla.

Aun no tenia en claro como haría para ir a esa fiesta ya que a pesar de que el castigo aun no terminaba solo al instituto podía ir.

—¿Tienes idea por que Emeric no apareció? —pregunto Simon mirando a Alban.

Alban levanto su mirada y me miro a mi por unos segundos.

—No lo sé creo que esta enfermo —dijo volviendo la mirada a su comida.

—¡Wow amigo de verdad eres famoso! —exclamo Marion apareciendo junto a Bastien.

Toda la heladería estaba repleta de personas que a penas habíamos conseguido lugares.

—Al menos no reconocieron a Elise —Marion me miro con una sonrisa.

—Entonces esta noche pasaremos por ti —dijo Lilian guiñándome un ojo.

—La verdad es que no se... —no me dio tiempo de terminar y Marion se puso de pie.

—¡Eres una princesa encerrada en ese castillo! ¡Debemos salvar a la princesa Bella!

—¡El príncipe Adam también está encerrado! —acompaño Alban y todos lo miraron— ¿Qué no saben quién es el príncipe Adam? ¿La bella y la bestia?

—Pensé que el príncipe se llamaba Bestia —dijo Simon entre risas.

—Yo tampoco sabía que la bestia era un príncipe y que se llamaba Adam —dijo Marion tomando asiento de nuevo.

—¿Me pregunto quién será el príncipe Adam? —dijo Lilian moviendo sus ojos y mirando a Bastien.

Negue con mi cabeza y tome mi teléfono. Era hora de volver a casa, aun no sabia como iba a salir de la casa, mis padres regresaban más temprano del trabajo.

Como esos últimos días miraba a la ventana de la casa de el frente con la esperanza de ver a Emeric pero nada.

No sabia el motivo y tampoco nadie me dijo que estaba enfermo.

<<Extraño a Emeric>>

No quería caer de nuevo en su juego pero sabia que me estaba haciendo daño a mi misma.

Ya me había asegurado que mis padres estuvieran en casa, sentía el tiempo pasar lento pero era salir por mi cuenta o arriesgarme a que Marion entrara por mi.

Cerré la puerta de mi habitación y baje las escaleras evitando hacer ruido. Me dirigí hacia la puerta de la cocina que daba al patio.

Estaba cerrada con llave...

Me dirigí hacia la puerta que daba de la sala de estar a la piscina era mi ultima esperanza antes de optar por salir por el balcón.

—Por favor... —murmure pero la puerta también estaba cerrada.

Regrese a mi cuarto y me asome por el balcón, divise el auto de Simon estacionado del otro lado de la calle.

Mi casa no tenia ningún tipo de enredadera ni nada que me ayudase a bajar.

Solo algo bueno de mi oufit eran los tenis.

Algo que si podía hacer era ayudarme de las molduras y a parte convertirme en Spiderman.

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